El pueblo medieval que es uno de los más bonitos de Valencia: cuatro barrios históricos y una impresionante ruta en mitad de la naturaleza

Esta villa destaca por su impresionante casco antiguo, donde las diferentes civilizaciones han ido dejando su legado en forma de un rico patrimonio monumental

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Esta villa destaca por su impresionante casco antiguo, donde las diferentes civilizaciones han ido dejando su legado en forma de un rico patrimonio monumental

En el corazón de la comarca de Los Serranos, a menos de una hora de Valencia, se localiza uno de los pueblos más especiales de España. Esta villa refleja el paso del tiempo y la historia a través de su bello casco antiguo, donde se pueden apreciar los diferentes legados que han ido dejando cada una de las civilizaciones que pasaron por allí. Esto da lugar a un rico patrimonio que invita al viajero a perderse por sus calles, estrechas y sinuosas, y descubrir todos los rincones que guarda.

De este modo, Chelva transporta al visitante a la época medieval a través de sus barrios, bien diferenciados, y de su conjunto monumental. Por si fuera poco, sus alrededores y la propia villa cuenta con otro gran protagonista: el agua. A través de ella el viajero puede disfrutar de algunos de los paisajes y monumentos naturales más bonitos de la región. Tanto es así, que la ruta del Agua de Chelva es una de las más conocidas de Valencia.

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Cuatro barrios históricos

Barrio del Arrabal, en Chelva,
Barrio del Arrabal, en Chelva, en Valencia (Turismo Chelva).

La historia de Chelva se remonta a la época romana, como lo evidencian los restos arqueológicos encontrados en la zona. Durante la ocupación musulmana, la localidad floreció, y muchos de los vestigios de aquella época aún se pueden observar hoy en día. Pero no fueron solo los musulmanes quienes habitaron esta villa, pues hasta el siglo XVII convivieron en ella tres culturas diferentes: la judía, la cristiana y la musulmana, sin olvidar la morisca. Este legado histórico conforma un casco histórico único, el que el laberinto de calles invita al viajero a perderse a través de sus cuatro barrios históricos:

  • Barrio Andalusí ‘Benacacira’. Se trata de la antigua medina musulmana perteneciente a los siglos XI y XII. A día de hoy se puede apreciar su entramado urbano intacto, con estrechos callejones, casas blancas encoladas y un sinfín de cosas, todas ellas sobre un promontorio desde donde se vigilaban las huertas de Chelva. Todo ello estaba rodeado por una muralla que se unía con el alcázar, aunque a día de hoy apenas quedan restos.
  • Barrio Judío ‘Azoque’. Este barrio conserva a la perfección la estructura de la antigua aljaima medieval. En él, el viajero se adentra en un mundo donde las estrechas calles y portales que dan paso al barrio le transportan a un tiempo pasado.
  • Barrio Cristiano ‘Ollerías’. Establecido a lo largo del siglo XIV, debe su nombre a los hornos de producción cerámica que se instalaron en sus calles. A diferencia de los barrios preexistentes de Benacacira y la judería del Azoque, las Ollerías presenta una configuración urbana más amplia y ordenada.
  • Barrio Mudéjar-Morisco ‘Arrabal’. Este barrio fue levantado en el siglo XIV en los arrabales de la ciudad, más allá de las murallas. A día de hoy, se puede apreciar un trazado medieval intacto en el que se han vivido alguna de las historias más dramáticas del pueblo.

Qué ver en Chelva

Chelva, en Valencia (Shutterstock).
Chelva, en Valencia (Shutterstock).

Un paseo por estos cuatro barrios permiten al viajero conocer la historia de Chelva de primera mano, todo ello a través de sus monumentos y rincones. Uno de los emblemas de la localidad es la iglesia arciprestal de Nuestra Señora de los Ángeles, un templo que se empezó a construir en 1626, alargándose sus obras durante ochenta años. Además, la iglesia está considerada una de las mejores obras del barroco valenciano. “La fachada retablo, de estilo manierista, es un trabajo monumental de sillería que alterna en sus pisos los cuatro órdenes clásicos (dórico, jónico, corintio y compuesto)”, explican desde la web de turismo de Chelva.

Igualmente, su gran campanario de casi 60 metros de altura es considerado el primero del Barroco Valenciano. A este templo se le suma la ermita de Santa Cruz, antigua mezquita de Benaeça. Se localiza en pleno barrio mudéjar – morisco del Arrabal y data del siglo XIV. Así, su arquitectura original se mantiene, siendo la más antigua de las dos mezquitas que alberga la Comunidad Valenciana. A su vez, la ermita de Nuestra Señora de los Desamparados tiene su origen en la trágica historia del Vizconde de Chelva, asesinado por sus amores con una morisca y que propició la construcción de este templo.

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En este sentido, el palacio Vizcondal es otro de los atractivos de la localidad. Declarado Bien de Interés Cultural desde 2006, junto con los restos de murallas medievales que forman parte del Centro Histórico de Chelva, alberga el alcázar almohade del siglo XII. Este edificio evolucionó arquitectónicamente con el tiempo hasta llegar a presidir la Plaza Mayor.

Recientemente, se ha descubierto una ocupación ibérica del siglo IV a.C. y se ha confirmado la ubicación de la primera iglesia cristiana de Chelva, datada en el siglo XIII, entre los muros del castillo. Pero esto no es todo, pues en la villa también destaca la plaza de toros del Partidor, los lavaderos públicos y un refugio de la Guerra Civil. Este último cuenta con dos accesos, una profundidad de ocho metros y 42 metros de longitud.

La ruta del Agua y el acueducto romano

La ruta del Agua en
La ruta del Agua en Chelva, Valencia.

A todo esto hay que sumar su entorno natural, el cual se puede disfrutar con la ruta del Agua de Chelva. Se trata de un sencillo sendero de poco más de siete kilómetros que discurre por uno de los parajes más especiales de Valencia. De sentido circular, el viajero puede disfrutar de uno de los mayores tesoros de Chelva: el agua. Todo ello a través del río Tuéjar que recorre la localidad y que muestra multitud de manantiales y fuentes, los cuales tienen su máxima expresión en el enclave conocido como la Playeta.

A su vez, el acueducto de Peña Cortada es otro de los tesoros de Chelva. Construido en tiempos de los romanos, esta impresionante estructura de piedra se mantiene en excelente estado de conservación. El acueducto, que incluye un túnel de más de 36 metros de longitud y una espectacular arcada, fue parte de una compleja red de canales destinados a abastecer de agua a la ciudad de Valencia. Hoy en día, es una popular ruta de senderismo que ofrece vistas panorámicas del paisaje circundante.

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Cómo llegar

Desde Valencia, el viaje hasta Chelva es de alrededor de 55 minutos por la carretera CV-35. Por su parte, desde Teruel el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 45 minutos por las vías A-23 y A-1514.

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