Los Pirineos, conocidos por sus imponentes montañas y extensos valles, se alzan como uno de los parajes naturales más impresionantes de España. Esta región alberga cascadas, frondosos bosques y ríos que rodean pueblos pintorescos, los cuales preservan la tradición y la cultura desde tiempos ancestrales. Son muchos los rincones mágicos que ofrece, y uno de ellos es el espectacular Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido. Este enclave es uno de los mejores destinos rurales de España, pues cuenta con infinidad de rutas de senderismo y pequeñas localidades de montaña.
Una de estas últimas es Torla, una villa que da la bienvenida al viajero y abre las puertas de este inmenso parque nacional. Con poco más de 200 habitantes, esta localidad se incrusta a más de 1.000 metros de altitud sobre el valle glaciar del río Ara. Con el imponente macizo de Mondarruego (2.848 metros) como telón de fondo, Torla se erige como la puerta de acceso al Valle de Ordesa. Este lugar es digno de visitar por sus espectaculares vistas, sus variadas rutas de diversos niveles de dificultad y su curiosa flora y fauna.
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Arquitectura tradicional
Durante años, Torla se dedicó exclusivamente a la ganadería. No obstante, el turismo rural ha prosperado en la zona gracias a su extraordinario entorno natural. Esto ha dotado al municipio de todos los servicios esenciales, como alimentación, consulta médica, farmacia, colegio, tiendas de regalos, restaurantes y refugios, entre otros. A su vez, el casco antiguo de la villa, con sus calles empedradas y sus casas de piedra, refleja la esencia de la arquitectura tradicional de la zona. Las construcciones, muchas de ellas centenarias, se caracterizan por sus tejados de pizarra y sus chimeneas troncocónicas, elementos distintivos de la comarca.
Entre los edificios más destacados se encuentra la iglesia de San Salvador, un templo de origen románico que fue reformado en el siglo XVI, y que hoy en día es uno de los principales atractivos del municipio. A esto hay que sumar otras construcciones como el castillo, que a día de hoy ha sido reconvertido en abadía y museo etnológico con pinturas medievales, y la cripta de San Jorge. También destacan la plaza mayor, del siglo XIII, y la casa consistorial, restaurada a finales de los años 50.
Un destino perfecto para los amantes del senderismo
Desde Torla, los visitantes pueden acceder fácilmente a diversas rutas de senderismo que recorren el parque. Entre las más populares se encuentra la que lleva hasta la Cola de Caballo, una espectacular cascada situada en el Valle de Ordesa. Este recorrido, de aproximadamente 17 kilómetros entre ida y vuelta, atraviesa frondosos bosques de hayas y abetos, y ofrece vistas panorámicas de montañas emblemáticas como el Monte Perdido, el Cilindro de Marboré y el Soum de Ramond.
La ruta hacia la cima de Monte Perdido, a 3.335 metros de altura, es muy popular entre los excursionistas. No obstante, requiere una gran capacidad física, especialmente tras pasar el refugio de Goritz. El recorrido dura entre 11 y 12 horas, por lo que muchos excursionistas optan por pernoctar en dicho refugio. Por otro lado, la Senda de los Cazadores es una ruta que actúa como un mirador continuo, ofreciendo vistas espectaculares del valle. Su duración es de aproximadamente 9 horas y se recomienda realizarla en otoño.
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Cómo llegar
Desde Huesca, el trayecto hasta Torla es de alrededor de 1 hora y 15 minutos por las carreteras A-23 y N-260. Por su parte, desde Jaca el viaje tiene una duración estimada de 1 hora por la carretera N-260a.