El impresionante Parador ubicado en uno de los pueblos más bonitos de España: patrimonio arquitectónico y un rico entorno natural

Gracias a la combinación perfecta de historia, cultura, gastronomía y naturaleza, Guadalupe es uno de los pueblos referentes de España en turismo rural. Esta bonita villa de Cáceres destaca también por su rico patrimonio histórico, el cual destaca gracias a su monumento más emblemático: el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. Tanto es así, que en el año 2022, Guadalupe fue elegido como uno de los tres mejores pueblos de España para visitar en 2023 por la Organización Mundial del Turismo (OMT).

Esto no es de extrañar, pues el pueblo lo tiene todo. Al monasterio se le suman otros espacios imprescindibles como es la Plaza de Santa María de Guadalupe, la iglesia barroca de la Santa Trinidad, la fuente de los Tres Chorros o el Colegio de los Infantes. Este último es el que nos trae hoy aquí, pues entre sus muros se ubica el impresionante Parador de Turismo de la localidad. Se enclava en un punto inmejorable, entre el Real Monasterio y la plaza de Santa María, en un impresionante conjunto mudéjar de los siglos XV-XVI.

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El Parador ocupa los antiguos Hospital de San Juan Bautista, del siglo XIV, y Colegio de Infantes, del siglo XV, donde a día de hoy, se puede apreciar parte de la arquitectura original, lo que ofrece al visitante una experiencia única. De estilo mudéjar, cuenta con una fachada que resalta por su belleza y simplicidad en la que “la herencia del antiguo monasterio mudéjar puede verse en el uso de tejas y azulejos verdes de influencia árabe, y en el trabajo de celosías y solerías tradicionales del actual patio del Parador, donde los juegos de agua completan un excepcional entorno de inspiración andalusí”, detallan desde la web del Parador.

Su interior guarda un equilibrio perfecto entre la conservación de elementos históricos y la incorporación de comodidades modernas, ofreciendo a los huéspedes una estancia confortable y llena de carácter. En cuanto a las habitaciones, estas permiten vivir una estancia de lo más acogedora gracias a su combinación de vanguardia con tradición, donde se pueden apreciar trazos medievales, pero también lo último en servicios y comodidad. Además, desde gran parte de ellas se pueden disfrutar de unas maravillosas vistas del Real Monasterio.

Igualmente, si algo caracteriza al Parador es su rica oferta gastronómica en la cual se puede disfrutar de la “mejor cocina tradicional extremeña actualizada. Cocina de la tierra, sencilla, de inspiración monacal, con los reconocidos productos de la despensa cacereña”, explican. Así, entre sus especialidades se encuentran: la sopa de tomate de Guadalupe, migas extremeñas, bacalao monacal, paletilla de cabrito asada, caldereta de cordero, técula mécula, biscuit de higos, tal y como recogen en su portal web.

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Incrustada en el corazón del Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara, Guadalupe se alza como uno de los destinos más emblemáticos de Extremadura, gracias a su singular belleza y riqueza cultural. Este pintoresco enclave es célebre por su impresionante paisaje que armoniza de manera única la naturaleza con el patrimonio arquitectónico y artístico. La mejor forma de descubrir todos los secretos que atesora esta villa es perderse por sus estrechas y empedradas calles.

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De este modo, el viajero puede observar la arquitectura tradicional característica de esta zona y todos sus monumentos, de los cuales destaca el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe. Este imponente complejo religioso, que fusiona estilos gótico y mudéjar, no solo domina el paisaje urbanístico, sino que, además, ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, resaltando su valor universal excepcional. Tampoco hay que perderse la plaza de Santa María, y la antigua judería. Además, Guadalupe alberga museos que son custodios de un valioso patrimonio artístico, con obras de artistas de la talla de Goya, El Greco, Pedro de Mena y Juan de Flandes.

Por otro lado, el entorno natural que rodea la villa es perfecto para los amantes del senderismo. Así, las rutas que recorren estos parajes, como la que rememora el camino de Isabel la Católica, ofrecen panorámicas espectaculares y desvelan joyas ocultas como la Ermita del Humilladero o el Arca del Agua. Pequeños, pero encantadores pueblos como Cañamero, Logrosán y Berzocana pueblan la sierra, siendo testimonios vivos de la cultura y tradiciones locales.

Desde Cáceres, el viaje hasta Guadalupe es de alrededor de 1 hora y 35 minutos por las vías A-58 y EX-102. Por su parte, desde Badajoz el trayecto tiene una duración estimada de 2 horas por las carreteras A-5 y N-430.