Si hay algo que no falta en España, son castillos. Cada pueblo afirma que tiene “el más bonito” del país o “el más importante” por su historia. Sin embargo, y sin entrar a elaborar un ranking, lo cierto es que hay muchos que cumplen estas dos condiciones: destacan tanto por su arquitectura como por su legado. Uno de ellos es el castillo de Caravaca de la Cruz, situado en esta ciudad de Murcia y conocido también como el Real Alcázar o Santuario de la Vera Cruz.
El castillo erige sobre un altozano en el centro urbano de esta localidad. Estratégicamente ubicado, ofrece una vista panorámica sobre los campos regados por el río Argos y vigila las vías de comunicación que, desde la antigüedad, conectaban el interior de la Península Ibérica con el Mediterráneo. La antigua fortaleza alberga hoy el Santuario de la Vera Cruz, una joya del barroco español que figura entre los principales destinos de peregrinación del mundo cristiano.
Te puede interesar: El pueblo abandonado con una iglesia del siglo XVI que fue escenario de rodaje de películas
Orígenes históricos
La historia de esta fortaleza se remonta al periodo islámico, entre los siglos XII y XIII. El autor árabe al-Yacut mencionaba la existencia del “hisn” de Caravaca, una fortificación que garantizaba el control de los campos y la defensa de las aldeas y sus bienes. Tras la reconquista cristiana del reino de Murcia en el siglo XIII, la fortaleza pasó a formar parte de la bailía templaria, una jurisdicción territorial controlada por esta orden de monjes-soldado y donde también se incluían las localidades de Cehegín y Bullas. Este territorio quedaría finalmente bajo la tutela de la Orden de Santiago a partir de 1344.
A lo largo del tiempo, la fortaleza ha experimentado importantes transformaciones debido a los avatares de la historia y su conversión en centro sacro. Sin embargo, su carácter militar sigue siendo evidente en los lienzos de muralla reforzados con torreones cúbicos y circulares. Además, el complejo del alcázar-santuario ha sido declarado Bien de Interés Cultural, en virtud de la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, del Patrimonio Histórico Español.
Santuario y peregrinación
El Santuario de la Vera Cruz, integrado en la fortaleza, es un ejemplo de la arquitectura barroca española y está habilitado para recibir a miles de fieles en peregrinación. Su condición religiosa facilita el acceso de vehículos hasta la misma puerta del templo, permitiendo el tránsito de los peregrinos que llegan atraídos por la importancia espiritual del lugar.
El castillo y el santuario conforman un espacio cargado de historia y simbolismo, donde la arquitectura militar y la religiosa se entrelazan para crear un conjunto monumental único. Su ubicación, en un promontorio que domina el paisaje circundante, refuerza su valor estratégico y espiritual.
Te puede interesar: El espectacular hotel que Rafa Nadal abrirá este verano: 214 habitaciones y un gran complejo deportivo a pie de playa
En resumen, el castillo de Caravaca de la Cruz es un símbolo de la confluencia de culturas que han moldeado la historia de España. Su legado arquitectónico y su significado religioso lo convierten en un punto de interés tanto para los amantes de la historia como para aquellos que buscan una conexión espiritual en un entorno singular.