La ruta de la Boca del Infierno: un sendero por el Pirineo que descubre un imponente barranco de hasta 1.500 metros de longitud

Este recorrido se ubica en la selva de Oza, un impresionante entorno que alberga una combinación de paisajes única

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Valle de Hecho, en Huesca (Turismo Valle de Hecho).
Valle de Hecho, en Huesca (Turismo Valle de Hecho).

La provincia de Huesca alberga atractivos únicos. De la mano de sus impresionantes paisajes protagonizados por los Pirineos, la región es un destino rural único para los amantes de la naturaleza. Además, gracias a su extensa red de senderos, los viajeros más aventureros pueden disfrutar de rincones y parajes que son una maravilla. De todos estos caminos, la ruta de la Boca del Infierno es una de las más espectaculares gracias al paisaje que muestra.

Este paraje natural se localiza en la entrada de la Selva de Oza y constituye un imponente barranco de hasta 1.500 metros de longitud, el cual ha sido moldeado con el paso del tiempo por el río Aragón Subordán. El sendero cuenta con una longitud de alrededor de ocho kilómetros en sentido circular. El tiempo estimado en completarla es de alrededor de tres horas y tiene una dificultad media.

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La ruta de la Boca del Infierno

El punto de partida de la ruta se encuentra cerca del desvío de la carretera de Oza, encaminándose hacia el refugio de Gabardito y el puente de Santa Ana. Partiendo de este punto, los viajeros deben tomar un sendero situado a la izquierda de la carretera. Este camino, inicialmente una zona de desmonte, asciende rápidamente hasta conectar con la antigua calzada romana, señalizada como GR 11. Dicho itinerario transcurre a lo largo del margen derecho del río Aragón Subordán, ofreciendo a los caminantes espectaculares vistas naturales.

A lo largo de la calzada romana el viajero puede apreciar tramos impresionantes debido a las infraestructuras que durante la época facilitaban el tránsito de las mercancías. A día de hoy, se mantienen algunos restos de muros y estructuras defensivas como es el caso de una pequeña torre. Igualmente, las vistas son impresionantes, ya que se puede contemplar todo el valle de Hecho, así como hayedos y pinares en las laderas. Pasada la calzada romana, el sendero se adentra en la Boca del Infierno.

Valle de Hecho, en Huesca (Turismo Aragón).
Valle de Hecho, en Huesca (Turismo Aragón).

En este punto, se puede apreciar una profunda garganta formada por imponentes paredes verticales. Más allá de la ruta, este paraje es ideal para hacer barranquismo y descender o ascender por sus escarpadas paredes. A continuación, el viajero llega al campamento de San Juan de Dios para, seguidamente, coger el camino de los Ganchos.

A continuación se debe pasar por los cantiles más verticales que descienden hacia el río Aragón Subordan y los que ascienden hacia Peña Agüerri, para llegar a la parte este de la Boca del Infierno. Al pasar este punto, el camino conduce a la parte más baja de Peña Agüerri que finalmente lleva al puente de Santa Ana, llegando de nuevo al punto de inicio.

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La impresionante vía ferrata y la selva de Oza

Aparte de la ruta convencional, este maravilloso paisaje ofrece la posibilidad de realizar una vía ferrata. Esta travesía es solo apta para los más valientes y experimentados, pues discurre a través de pasos verticales y horizontales, diversos puentes colgantes, un cresteo y hasta una tirolina. El itinerario cuenta con poco más de dos kilómetros de longitud y parte del mirador del Alto de San Julían.

Por otra parte, este enclave se encuentra en lo que se conoce como la selva de Oza, un espacio natural incluido en el parque natural de los Valles Occidentales, ubicado en el Valle de Hecho, que se caracteriza por su rica biodiversidad y sus impresionantes paisajes que combinan densos bosques, ríos caudalosos y altas cumbres. Está formado por extensos bosques de hayas y abetos, donde se esconden senderos que invitan a explorar sus rincones más recónditos.

Entre los lugares de interés en la Selva de Oza se encuentra el Ibón de Acherito, un lago glaciar de aguas cristalinas que refleja las altas cumbres que lo rodean, creando un paisaje de ensueño para los visitantes. Otro punto destacable es el Dolmen de Lizara, una construcción megalítica que testimonia la presencia humana en esta zona desde tiempos prehistóricos.

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