Visitar un cementerio, en contra de lo que es habitual pensar en un principio, puede ser una experiencia memorable, sobre todo, cuando se trata de uno de los más bonitos de España. Aunque pasear entre sus tumbas produce cierta nostalgia, hay un precioso pueblo costero de Asturias, Luarca, que alberga un camposanto cuya situación y vistas privilegiadas hacen que merezca la pena descubrirlo. Además, en él están enterrados algunos destacados personajes que marcaron la historia del país.
Lejos del miedo que suele experimentarse en un lugar de estas características, tal es la belleza del cementerio de Luarca que llega a transmitir incluso paz y tranquilidad, en parte, gracias al espectacular entorno en el que se encuentra. Y es que esto no es de extrañar, si se tiene en cuenta que las villas marineras de Asturias esconden rincones hermosos, de gran interés histórico y cultural.
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Ahora que las vacaciones de verano se acercan, Luarca se postula como un destino ideal para pasar unos días o un fin de semana exprés. Esto no solo se debe a sus impresionantes paisajes costeros o sus escarpadas laderas que miran hacia el mar y están rodeados de playas, sino también a su bonito cementerio, situado en lo alto de un saliente rocoso que se adentra en el mar Cantábrico.
Una hermosa villa costera que forma un anfiteatro alrededor de su puerto
Luarca, un encantador pueblo pesquero situado en la costa asturiana, es conocido como la ‘Villa Blanca de la Costa Verde’. Ubicado a lo largo de las laderas que rodean el puerto y la desembocadura del río Negro, se divide en tres áreas distintas: la zona indiana, burguesa y marinera, cada una con una identidad y arquitectura únicas.
El área indiana, en la parte más elevada de Luarca, destaca por las impresionantes mansiones edificadas por los emigrantes que regresaron a la villa a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Entre estas, destacan nombres como Villa Rosario, Villa Barrera, Villa Excelsior o Villa La Argentina, que son ejemplos magníficos de la opulencia y el esplendor de esa época.
En cambio, el sector burgués tiene una atmósfera más sobria, con edificaciones importantes como el ayuntamiento y el casino. Esta área es también el hogar de estructuras históricas como el Palacio de la Gamoneda del siglo XVIII, que ofrece un vistazo a la vida y obra del Premio Nobel de Medicina, Severo Ochoa, a través de la exposición permanente dedicada a su legado.
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Más allá de su rica historia y arquitectura, la villa ofrece un ambiente único que combina la tranquilidad de un pueblo pesquero con la majestuosidad de sus edificaciones históricas. La distribución del pueblo en un anfiteatro natural alrededor del puerto añade un atractivo estético único, haciendo de Luarca un destino imperdible para aquellos que deseen explorar la belleza del norte de España.
El cementerio de Luarca, un lugar con vistas al mar alejado del terror de un camposanto
El histórico cementerio de Luarca fue construido en 1813 y es conocido por su peculiar distribución en dos niveles, albergando tanto imponentes panteones como humildes tumbas. Destaca, además, por sus estilos modernista y cubista. Este camposanto no solo es un lugar de descanso final para los difuntos, sino que también ofrece vistas excepcionales de la localidad, incluidas sus playas y el mar.
Entre las personas más notables que fueron enterradas en el cementerio de Luarca se encuentra el médico y científico español, Severo Ochoa, galardonado con el Premio Nobel de Medicina, junto a su esposa, Carmen García. También reposan en este lugar figuras como el escritor y periodista Evaristo Casariego, así como la escritora y poetisa Nene Losada, lo que enriquece aún más el patrimonio cultural e histórico. Asimismo, destaca la Capilla de Nuestra Señora la Blanca, erigida en el siglo XIV sobre lo que fue una ermita anterior, y que sirvió como faro antes de la construcción del actual, guiando a los navegantes con una luz desde su campanario.
Este camposanto es un testimonio de la riqueza arquitectónica y estilística de la región, pero también actúa como custodio del legado de figuras prominentes de diferentes ámbitos, lo que lo convierte en un punto de interés para los estudiosos de la historia y para aquellos interesados en la cultura asturiana. La cuidadosa preservación de este sitio permite a turistas y locales apreciar la belleza y tranquilidad que ofrece, acompañada de las impresionantes vistas que lo rodean.
Cómo llegar a Luarca
Para llegar a Luarca es posible optar por distintos medios de transporte dependiendo de su punto de partida. Si se opta por el coche, está conectada por la autopista A-8, facilitando el acceso desde ciudades principales como Oviedo o Gijón, con un trayecto aproximado de 1 hora y 30 minutos desde la primera.
La estación de Luarca forma parte de la red de Renfe, con servicios que conectan con Oviedo y otras ciudades importantes del país. La duración del viaje desde ese municipio puede rondar las 2 horas.
A su vez, existen líneas de largo recorrido y regionales que conectan Luarca con diversas ciudades, incluyendo conexiones directas desde Oviedo, Gijón, y otras localidades asturianas.