El impresionante Parador incrustado en un convento del siglo XVI: se encuentra en uno de los pueblos más bonitos de España

En el corazón del Campo de Calatrava, la villa de Almagro, emerge como uno de los pueblos más bonitos de nuestro país y como una de las cunas del teatro español. Este municipio se distingue por albergar el Corral de Comedias, una emblemática estructura que ha preservado su originalidad y actividad desde los albores del siglo XVII hasta la actualidad, convirtiéndose en el único espacio de su tipo en mantenerse intacto a lo largo de los siglos. Dicha singularidad ha conferido a Almagro el reconocido título de ‘ciudad del teatro de corral’, aspecto que refleja su invaluable contribución al ámbito cultural y artístico del país.

Pero esto no se queda aquí, pues la localidad también se caracteriza por su riqueza cultural, artística, y su inconfundible esencia castellana que acoge cálidamente a sus visitantes. Las calles de esta pintoresca villa, trazadas con historia y belleza, han sido merecidamente designadas como Conjunto Histórico Artístico. Este reconocimiento subraya su lugar entre los pueblos más hermosos de España, convirtiéndola en destino ideal para quienes buscan una escapada de fin de semana enriquecedora. Sumado a su atractivo patrimonial, Almagro ofrece alojamientos únicos, destacando como uno de los lugares con más encanto para hospedarse en toda la provincia.

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En este sentido, en pleno casco histórico emerge el espectacular Parador de Almagro. Este ocupa el antiguo Convento de Santa Catalina, que data del siglo XVI y fue el primer convento franciscano de la ciudad. Gracias a su impresionante arquitectura, el viajero se puede introducir de lleno en la historia de la localidad y vivir una experiencia única.

El Convento de Santa Catalina, erigido en el siglo XVI, es un edificio que ha testificado la evolución arquitectónica a lo largo de los siglos, integrando en su estructura elementos renacentistas y barrocos, así como detalles mudéjares que realzan su singular belleza. A pesar de las diversas ampliaciones que ha experimentado con el paso del tiempo, su esencia original se mantiene en elementos como la iglesia, el claustro y ciertas estancias que han sobrevivido hasta nuestros días.

En el siglo XX, este icónico convento fue objeto de una cuidadosa rehabilitación, transformándose en un Parador de turismo. Este proceso de restauración no solo preservó partes fundamentales del edificio, como el refectorio y la bodega, sino que también dio lugar a la creación de nuevos patios y áreas, enriqueciendo así su valor histórico y su atractivo como destino turístico.

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Las instalaciones del Parador ofrecen al viajero habitaciones completamente equipadas, donde se logra un equilibrio perfecto entre el clasicismo arquitectónico y elementos de diseño moderno, asegurando así una estadía confortable y llena de comodidades. A esta experiencia se suma una atractiva propuesta gastronómica, que se caracteriza por una cuidadosa actualización de la cocina regional manchega. “Es un reflejo de la rica y variada cocina regional manchega actualizada, servida en el ambiente monacal que impregna al restaurante ubicado en un antiguo convento franciscano”, explican desde Paradores”.

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En este sentido, el viajero puede disfrutar de especialidades tales como “migas del Pastor, gachas manchegas, duelos y quebrantos (revuelto de jamón, morcilla y panceta), ensalada de asadillo, pisto manchego, chuletillas de cordero lechal, bacalao a la Orden de Calatrava o bizcochada manchega”.

Las calles de Almagro invitan al viajero a perderse. Con su bello trazado se puede disfrutar de un increíble día en uno de los pueblos más bonitos de España. El Corral de Comedias, emblema indiscutible de la ciudad, captura la atención por conservar en perfecto estado sus componentes arquitectónicos originales, tales como el zaguán, alojería, patio, cazuela, galerías y el tablado. Este recinto histórico es, además, el escenario donde tiene lugar el Festival Internacional de Teatro Clásico, considerado uno de los eventos culturales más significativos de la ciudad.

Recorrer sus calles permite al visitante un encuentro cercano con los monumentos más representativos, siendo la Plaza Mayor uno de los puntos focales, reconocida por su estructura única sustentada por columnas toscanas de piedra que dan vida a soportales y galerías cubiertas. Así lo explica la información proporcionada por Turismo de Castilla y León, subrayando el valor arquitectónico de este espacio.

Además, Almagro se distingue por su rico legado religioso, ejemplificado en construcciones como el convento de la Encarnación, la iglesia de la Madre de Dios, el convento de Santa Catalina, y la iglesia de San Bartolomé. Esto se suma a un compendio de fachadas y edificaciones civiles que realzan la belleza del barrio Noble.

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Desde Ciudad Real, el viaje hasta Almagro es de alrededor de 25 minutos por la carretera CM-45. Por su parte, desde Jaén el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 45 minutos por la vía A-4.