El tesoro arquitectónico de Cantabria: un seminario del siglo XIX situado en uno de los pueblos más bonitos de España

Comillas es uno de los pueblos más bonitos de España. Situado en la costa occidental de Cantabria, esta localidad alberga un impresionante legado arquitectónico y una riqueza natural única que atrae a visitantes de todas partes del mundo. De hecho, entre sus calles se ubica uno de los ejemplos más significativos del modernismo en España, fruto de la estrecha relación que la villa mantuvo con el arquitecto catalán Antonio Gaudí: El Capricho.

Pero esto no es todo, pues otro de los emblemas de la ciudad es su espectacular universidad, concretamente el conocido como Seminario Mayor de Comillas. El edificio fue fundado a finales del siglo XIX y no solo destaca por su belleza, sino también por el valor cultural y educativo que ha aportado a la sociedad a lo largo de los años.

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El Seminario Mayor de Comillas formó parte de la Universidad Pontificia de Comillas, institución creada por la Compañía de Jesús con el fin de formar sacerdotes. Su arquitectura, influenciada por el modernismo catalán, le confiere un aspecto majestuoso y singular, lo que lo convierte en una visita obligada para los interesados en la historia y el arte. Su construcción tiene origen en la figura de Antonio López, I Marqués de Comillas, el cual comunicó a los jesuitas su intención de levantar un colegio de segunda enseñanza.

Estos rechazaron la propuesta, pero el padre Tomás Gómez Carral “le propuso al marqués la construcción de un Seminario para la evangelización de América”, explican desde su página web. “En una reunión mantenida entre ambos, el marqués insiste en su proyecto inicial, pero ante la insistencia del Padre Gómez, este accede a entregar la primera cantidad de dinero, que supuso el inicio de los trámites para las obras del Seminario, y la compra de la colina de La Cardosa”, detallan.

Sin embargo, el marqués fallece antes del inicio de la construcción del seminario, por lo que su hijo eleva la financiación, iniciándose las obras en mayo de 1883. El diseño se le encarga al arquitecto catalán Joan Martorell i Montells, que trabajaba al servicio del marqués en Barcelona y en el conjunto monumental de Sobrellano en Comillas. “La distribución del edificio fue adaptado, conforme al planteamiento jesuita, ubicando la iglesia en el centro, y a cada lado un patio, destinados a la comunidad y a las aulas, respectivamente”, cuentan.

El seminario cuenta con una arquitectura que deja con la boca abierta. Esta se caracteriza por emplear una mezcla de estilos que van desde el gótico al mudéjar. Esto se conoce como Historicismo y fue un movimiento arquitectónico muy extendido a finales del siglo XIX. Igualmente, sus fachadas presentan una combinación de mampostería y ladrillo, a lo que se añaden azulejos cerámicos con motivos que evocan la tradición medieval y renacentista, elementos que juntos enriquecen el exterior de la iglesia.

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Para cubrir la cabecera y la nave de la iglesia, así como el aljibe situado bajo el claustro principal, se optó por bóvedas construidas con ladrillo catalán curvado. Este último, un espacio de singular belleza, mantiene intacta su esencia estética y lumínica, testimoniando la maestría arquitectónica que define al conjunto. Cabe destacar que la construcción del seminario tuvo dos arquitectos, en primera instancia fue el arquitecto catalán Cristóbal Cascante i Colom hasta su muerte en 1889, el cual fue sustituido por Lluis Doménech i Montaner, quien finaliza la construcción del edificio en 1892.

Este último hace algunos cambios respecto a la idea inicial, incluyendo medios industriales a la construcción. Así, incorpora a la obra la Puerta de las Virtudes, el vestíbulo y la escalera, con sus arquerías, vidrieras, pinturas y artesonado en madera, el Paraninfo, la capilla doméstica y la iglesia. A su vez, en el interior es donde se pueden apreciar todo el arte que alberga, pues cuenta con vidrieras, columnas, pinturas, esculturas y un largo etcétera que aumenta más si cabe su valor.

A la hora de visitar el seminario, se debe tener en cuenta su horario, pues varía en función de la época del año. De este modo, mantiene sus puertas abiertas de la siguiente forma:

• Del 21 de octubre al 28 de febrero. De lunes a viernes, y domingos de 9:30 h a 15:30 h (última sesión a las 14:40 h). Sábados, 1 de noviembre y 6 de diciembre de 9:30 h a 14:30 h (última sesión a las 13:40 h) y de 15:30 a 17:30 h (última sesión a las 16:40 h).
• Del 1 de marzo al 14 de junio y del 16 de septiembre al 20 de octubre. De lunes a sábado de 10:00 h a 14:30 h (última sesión a las 13:30 h) y de 15:30 h a 18:30 h (última sesión a las 17:50 h). Domingos de 9:50 h a 16:00 h (última sesión a las 15:00 h).
• Del 15 de junio al 15 de septiembre. De lunes a domingo de 10:30 h a 14:30 h (última sesión a las 13:15 h) y de 15:30 h a 19:30 h (última sesión a las 18:15 h).

Desde la página web del seminario indican que la taquilla permanece abierta hasta 15 minutos antes de la visita y que cada sesión tiene una capacidad máxima de 40 personas. Por otro lado, el precio por visitar esta joya arquitectónica es de:

• Normal: 5 € (a partir de 13 años)
• Reducida: 3 € (familias numerosas, mayores de 65 años o pensionistas, carnet de estudiante y personas con un 65% de discapacidad funcional)
• Niños/Grupos escolares: 1,5 € (de 4 a 12 años, ambos inclusive)
• Gratis: de 0 a 3 años (ambos inclusive)
• Acceso gratuito: Miembros ICOMOS, Guías Oficiales de Cantabria y poseedores del Pasaporte Cultural

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Desde Santander, el viaje hasta el seminario es de alrededor de 40 minutos por las vías A-67 y A-8. Por su parte, desde Ribadesella el trayecto tiene una duración estimada de 50 minutos por la vía A-8.