Con impresionantes paisajes y bellos pueblos de montaña, Suiza atrae a infinidad de viajeros que buscan descubrir algunas de las maravillas de Europa. Enmarcado dentro de la cordillera de los Alpes, este país es uno de los destinos naturales más espectaculares del mundo. Pero esto no se queda aquí, pues es un lugar lleno de historia y cultura que permite disfrutar de un rico patrimonio. Ante esto, uno de los mayores reflejos es la ciudad de Coira.
Esta localidad es la capital del cantón de los Grisones y tal y como señala el portal de turismo de Suiza, es la ciudad más antigua del país. Con más de 5.000 años, esta pintoresca ciudad se ha convertido en un importante punto de encuentro cultural y turístico en el corazón de los Alpes Suizos. La ciudad se caracteriza por su encantador casco antiguo, que es uno de los mejor conservados de Suiza. Las calles adoquinadas y estrechas, flanqueadas por antiguas casas burguesas, conducen a los visitantes en un viaje a través del tiempo.
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Además de su riqueza histórica y arquitectónica, Coira sirve como puerta de entrada a la región de los Grisones, ofreciendo acceso a algunas de las estaciones de esquí y senderismo más populares de Suiza. Igualmente, la localidad es el punto de partida del famoso Bernina Express, una ruta ferroviaria que ofrece vistas espectaculares de los paisajes alpinos y ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
5.000 años de historia
Conocida bajo el nombre de Chur (en alemán), se piensa que esta ciudad tiene su origen hace miles de años, tal y como demuestran algunos restos encontrados de la Edad de Bronce fechados alrededor del 3000 a.C. A lo largo de los milenios, ha sido escenario de una rica mezcla de influencias culturales, evidencia de su estratégica posición en las rutas comerciales a través de los Alpes. De este modo, por la localidad han pasado romanos, para más tarde ser hogar de los pueblos germánicos y acabar formando parte en la época medieval del Sacro Imperio Romano Germánico.
Este periodo es el que ha moldeado la ciudad que se puede contemplar a día de hoy gracias a una combinación única de patrimonio histórico, bellezas naturales y modernidad urbana. Todo se refleja en su bonito centro histórico, un laberinto de calles estrechas y empedradas que está rodeado de edificaciones históricas que datan de la época medieval. Aquí se encuentra la catedral de Santa María de la Asunción, una majestuosa obra del siglo XII que destaca por su impresionante arquitectura gótica y su torre de gran altura que domina el paisaje de la ciudad.
Otros atractivos
El Museo de Arte de los Grisones es otra parada cultural destacada. Este museo alberga una extensa colección de arte suizo, con especial énfasis en los artistas de la región de los Grisones. La moderna ampliación del museo, una obra maestra de la arquitectura contemporánea, contrasta de forma armoniosa con la estructura original, ofreciendo un espacio fascinante donde el arte antiguo y moderno se encuentran.
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Otro sitio de interés es el Obertor, la puerta más antigua y mejor conservada de las antiguas murallas de la ciudad. Esta se encuentra junto a las torres Malteser Turm y Sennhofturm y gracias a su arquitectura se ha convertido en uno de los símbolos de la localidad. El edificio de cuatro pisos, más estrecho en su parte superior, se integra en la estructura residencial similar a la antigua muralla, resaltando, no obstante, por su aspecto luminoso. Las pinturas en el arco de la puerta datan del siglo XX, basándose en parte en viejas vistas de la ciudad, explican desde el portal web.
Por último, la oferta gastronómica de Coira es otro de sus atractivos. Los visitantes pueden degustar platos tradicionales de los Grisones en acogedoras tabernas y restaurantes dispersos por la ciudad. La Bündner Nusstorte, una tarta de nueces caramelizadas, es un postre que no se debe pasar por alto.