El increíble pueblo español con un castillo en la montaña: la leyenda dice que lo fundó Julio César

Esta villa se enclava en uno de los parajes naturales más bonitos de Andalucía, lo que la convierte en un destino perfecto para los amantes del senderismo

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Esta villa se enclava en uno de los parajes naturales más bonitos de Andalucía, lo que la convierte en un destino perfecto para los amantes del senderismo

Málaga es un destino que enamora. Gracias a sus bellas playas y pueblos marineros, la Costa del Sol es uno de esos lugares que invitan a perderse y descubrir todos los rincones que alberga. Pero este lugar es mucho más que eso, ya que apenas a pocos kilómetros de la costa, los secretos que emergen son únicos. Así, se pueden encontrar puntos que desafían hasta al más valiente o que dejan con la boca abierta gracias a su impresionante belleza y arquitectura única.

Uno de estos enclaves es el pueblo de Casares, un pequeño paraíso de casas encoladas que emerge entre las montañas como un bastión de historia, cultura y naturaleza. Esta localidad se abraza a una colina, lo que le otorga una imagen emblemática, merecedora de ser catalogada como Conjunto Histórico-Artístico desde 1978. Sus casas blancas, apiñadas y escalonadas, parecen desafiar las leyes de la gravedad y la fotografía, ofreciendo estampas de una belleza inigualable.

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Igualmente, uno de los mayores tesoros de Casares es, sin duda, su entorno natural. Situado a medio camino entre la serranía de Ronda, en las estribaciones de Sierra Bermeja, el municipio se convierte en un paraíso para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Las rutas por los parajes naturales no solo ofrecen la posibilidad de disfrutar de espectaculares vistas, sino que también brindan la oportunidad de encontrarse con la flora y fauna autóctona, incluyendo especies como el águila perdicera o el buitre leonado.

Julio César y un castillo del siglo XIII

Casares, en Málaga (Shutterstock).
Casares, en Málaga (Shutterstock).

El origen de Casares se remonta a la prehistoria, o así al menos lo demuestran los restos arqueológicos encontrados en las cuevas situadas muy cerca del pueblo. Sin embargo, se dice que el verdadero origen de esta preciosa villa se encuentra en la época romana, cuando el mismísimo Julio César mandó construir la localidad. La leyenda cuenta que el emperador fundó Casares gracias a las aguas termales de los Baños de la Hedionda, pues se dice que estas contenían propiedades curativas que lo sanaron de una infección en la piel.

Historias aparte, algo que sí que es evidente es que al adentrarse en sus calles empinadas y estrechas, el visitante se sumerge en un viaje a través del tiempo. Cada rincón cuenta una historia, donde la mezquita convertida en iglesia y las ruinas del castillo árabe hablan del legado morisco que aún se respira en el aire. Este último es uno de los principales atractivos de la villa y a pesar de no saber con exactitud su fecha de construcción, sus primeras referencias son árabes y danta del siglo XIII.

A lo largo de su historia, fue un punto militar y estratégico importante gracias a su situación privilegiada, pues se incrusta en lo alto del pueblo dominando todos los “valles, colinas y llanuras costeras que se extienden desde la serranía de Ronda hasta la Bahía de Algeciras, teniendo enlaces ópticos con Jimena, Castellar y Gibraltar”, explican desde su portal web. A día de hoy, conforma un punto de gran interés turístico gracias a su recinto amurallado, el cual en algunos puntos está al borde un gran barranco, y a los restos de sus muros y torres.

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Un paseo por sus calles

Casares, en Málaga (Shutterstock).
Casares, en Málaga (Shutterstock).

La mejor forma de descubrir Casares es paseando por sus calles. Estas descubren rincones mágicos donde la arquitectura típica andaluza es la principal protagonista, así como puntos de interés tan emblemáticos como es la casa natal de Blas Infante. Este personaje es considerado el Padre de la Patria Andaluza, por ser el máximo ideólogo del andalucismo político. A día de hoy, este espacio es un punto de información turístico y un museo, pues cuenta con una exposición permanente de fragmentos de la vida y obras de esta célebre figura.

Igualmente, otros puntos imperdibles son la iglesia de la Encarnación, la ermita de San Sebastián, construida en el siglo XVII, y la fuente de Carlos III. Desde la página web de la localidad destacan que para descubrir en profundidad todos sus encantos “Casares cuenta con un servicio de audio guías con toda la información turística en 5 idiomas: español, inglés, alemán, ruso y francés. Estos se pueden arrendar en la Oficina de Información de la Casa Natal de Blas Infante y en el Centro Cultural Blas Infante”.

Por otro lado, a las afueras de la localidad, los Baños de la Hedionda conforman un atractivo turístico único. Con más de 2.000 años de historia, estas termas son un complejo restaurado y habilitado para el baño. Su estructura se resume en una planta cuadrangular con una bóveda esférica central y dos galerías con bóvedas de cañón en dos de los laterales. De todo ello destacan sus aguas, consideradas sulfurosas y ferruginosas (que contienen hierro), además de medicinales, pues son perfectas para tratar afecciones de la piel.

Baños de la Hedionda, Málaga (Ricardo Pastor / Diputación de Málaga).
Baños de la Hedionda, Málaga (Ricardo Pastor / Diputación de Málaga).

Igualmente, un aspecto a tener en cuenta es que sus aguas mantienen una temperatura constante de entorno a los 21 °C, por lo que son perfectas para bañarse durante cualquier época del año. A esto hay que sumar que el recinto se enclava en el margen derecho del arroyo Albarrán, en un entorno con gran vegetación y en el que podemos encontrar una sucesión de piscinas naturales próximas a los baños y un puente romano.

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Un paraíso para los amantes del senderismo

El entorno natural que rodea Casares es de extrema belleza, lo que permite a los amantes de la naturaleza y el senderismo disfrutar de unos paisajes maravillosos. Tanto es así, que desde la localidad parten un gran número de rutas que hacen las delicias de los más aventureros. De este modo, algunas de las más destacadas son:

  • Refugio Sierra Crestellina. Este sendero de alrededor de ocho kilómetros parte desde Casares y destaca por las impresionantes vistas que ofrece de la Sierra Crestellina y del Monte del Duque, brindando a los senderistas una experiencia visual inigualable. Al inicio de esta expedición, los caminantes se encuentran con la Fuente de la Arquita, un monumento datado del siglo XVIII que agregar un toque histórico al viaje natural.
  • La Manga – Celima – Arroyo Hondo. La ruta tiene una distancia de cinco kilómetros y parte de la Espileta, a escasa distancia de la Plaza de España. Este impresionante camino permite al viajero disfrutar de una de las mejores vistas de todo Málaga, ya que cuenta con una panorámica espectacular que engloba el Mediterráneo, divisándose Gibraltar y los Montes de África.
  • Pasada del Pino – La Acedía. Con sus 13 kilómetros de distancia, este sendero es uno de los más destacados del pueblo. Parte desde el cruce de la Acedía con la carretera M-546 y descubre la hondonada en la Garganta de la Acedía, conocida popularmente con la Pasada del Pino. A medida que se avanza por el camino, el viajero puede contemplar unas vistas maravillosas de Sierra Bermeja y del Valle de la Acedía.
Casares, en Málaga (Shutterstock).
Casares, en Málaga (Shutterstock).

Cómo llegar

Desde Málaga, el viaje es de alrededor de 1 hora y 25 minutos por la carretera AP-7 (hay peajes). Por su parte, desde Ronda el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 10 minutos por las vías A-369 y A-377.

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