La provincia de Huelva quizás sea la más desconocida de las ocho que componen Andalucía. Tal y como recoge la Encuesta de Coyuntura Turística de la comunidad autónoma, es el lugar con menor gasto medio por turista. Aunque poco a poco los onubenses van ganando visitas y mejoran sus datos prepandemia.
El turismo de Huelva esconde muchas sorpresas para aquellos que se animen a descubrirla. En el corazón de la provincia se encuentra Almonaster La Real, una localidad que ofrece un mosaico natural distribuido entre las comarcas del Andévalo y la Sierra de Huelva, zonas pertenecientes al Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Un municipio repleto de historia, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1982, que posee la única mezquita que encierra rastros romanos, visigodos, musulmanes y cristianos que se conserva en el medio rural de la península. No es de extrañar, por ello, que pertenezca a la asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España.
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Este lugar lo recorren calles empedradas, rincones singulares y un legado histórico, cultural y monumental. Su variado conjunto de edificios lo convierten en uno de los conjuntos urbanos de mayor interés de la comarca, con construcciones modestas y señoriales, de diferentes épocas y que combinan elementos góticos, mudéjares, renacentistas y otros más modernos.
Una de las primeras obras islámicas del país
En lo más alto del cerro que corona el castillo encontramos la mezquita. Una de las primeras obras islámicas de España construida durante el reinado de Abad al-Rahman III.
Por los restos reutilizados para su construcción se cree que en época romana, en ese mismo lugar se erigió un edificio monumental que después fue transformado en iglesia visigodo-cristiana que perduró hasta la invasión musulmana. Sus numerosas columnas y capiteles romanos de los S. I y II hacen las veces de testigo. Aunque el arquitecto autor de su restauración en 1975, Alfonso Jiménez, se muestra seguro de que para la construcción de la mezquita no se aprovechó ninguna parte del edificio preislámico salvo algunos detalles decorativos.
Quizás lo más especial de esta iglesia-mezquita es la mezcla de piezas arqueológicas de diferentes periodos y estilos que la conforman. Desde un ara funeraria romana, pasando por un epitafio paleocristiano hasta numerosos fustes y capiteles romanos.
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Ni el paso de los años, ni el cambio de estilo o religión, ni los ataques de la naturaleza han podido con este peculiar monumento que ha pasado a convertirse en todo un emblema de Almonaster, que sintetiza la historia que esconden las calles de este lugar.
Vestigios del antiguo castillo
Este pueblo conserva vestigios de su antiguo castillo de 80 áreas de superficie y 313 metros. Una edificación que ha vivido varias etapas constructivas, tal y como revelan las investigaciones arquitectónicas recientes. Su estructura más antigua data de la época califal, el análisis también ha relevado significativas aportaciones durante la época almohade y modificaciones en el periodo medieval cristiano. El estudio detalla cómo cada etapa aportó sus propias técnicas y materiales a la estructura, lo que refleja no sólo el avance arquitectónico a lo largo de los siglos, sino también el entrecruzamiento cultural en la región.
Un castillo en el que la población del municipio llegó a vivir en 1.267 según un documento que cita A. Jiménez en su obra La Mezquita de Almonaster, conservado en el archivo de la Catedral de Sevilla.
Destino ideal para el turismo activo
Este territorio, puente entre diferentes paisajes, facilita la exploración de una amplia variedad de ecosistemas, promoviendo el turismo rural y actividades al aire libre como el senderismo y la observación de especies. La riqueza natural y cultural de Almonaster la Real lo convierte en un punto de interés para quienes buscan experiencias auténticas en contacto con la naturaleza y la tradición rural.