La ruta que llega a una impresionante cascada en medio de un parque natural

Según cuenta la leyenda, el bosque de Goiuri, ubicado en uno de los límites del Parque Natural del Gorbeia, era el hogar de una lamia, un ser mitológico similar a una ninfa, pero con pies de pato. La mujer tenía un espejo mágico que hacía realidad todos sus deseos. Todo era bonito hasta que, un día, lo robó un pastor de la zona. Cuando lo vio, enfadada, le preguntó su nombre: Urjauzi (cascada en euskera), contestó. Tras ello, lo hechizó y lo convirtió en un salto de agua. Fue así como nació la cascada de Gujuli. Hasta ella conduce una impresionante ruta.

Con la primavera y, por ende, el buen tiempo ya instaurado en buena parte de España, comienza la mejor época para hacer rutas de senderismo y disfrutar de la naturaleza y la desconexión que esta ofrece. Aunque el otoño también es ideal para ello, este es el momento perfecto para disfrutar de la cascada de Gujuli, con la temporada de deshielo, pues durante el verano el caudal apenas tiene agua.

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Tras unas semanas de lluvias, el paisaje luce tonos verdes que hacen que la ruta sea aún más bonita. Es por ello que, ahora que el puente de mayo y las vacaciones se acercan, es una oportunidad perfecta para conocer una joya de la naturaleza que ha sido creada por la caída del río Oiardo y que tiene más de 100 metros de altura. Después del salto, desemboca en el afluente del Nervión.

La cascada de Gujuli, situada en el municipio de Urkabustaiz, a aproximadamente 30 kilómetros al oeste de Vitoria, en la provincia de Álava, es uno de los atractivos naturales más impresionantes de la región. Este salto de agua ofrece un espectáculo singular en el corazón del País Vasco, no solo por su magnitud, sino también por el entorno natural que la rodea. Para quienes deseen contemplar esta maravilla, pueden acceder a través de la carretera A-2521, siguiendo las indicaciones hacia Orduña, desde Izarra o Vitoria-Gasteiz.

La ruta hacia la cascada dispone de un mirador específicamente diseñado para los visitantes, localizado a unos 500 metros de la entrada principal. Desde esta plataforma metálica, hay una vista inigualable del fenómeno natural, y se puede apreciar el contraste entre la escarpada geografía, moldeada por la erosión, y la densa vegetación característica del área, destacando la presencia de hayas. Esta región da inicio a uno de los bosques más extensos de la comunidad autónoma, complementado por la posible vista de las faldas del Parque Natural del Gorbeia, dependiendo de las condiciones meteorológicas.

Además, en las proximidades de la cascada, en el barrio bajo de Goiuri-Onduna, los visitantes pueden explorar el curso del arroyo de Oiardo y descubrir elementos históricos, como un antiguo molino de agua que conserva la maquinaria de época, y un viaducto que data del mismo período. La iglesia de Santiago Apóstol, con sus raíces arquitectónicas en el siglo XII, se sitúa igualmente en esta área y sirve como punto de inicio para quienes deseen llegar hasta la cima de la cascada, cruzando para ello las vías del tren y siguiendo un sendero hacia un mirador natural.

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La cascada de Gujuli es un imponente salto de agua que supera los 100 metros de altura en el municipio de Urkabustaiz, en la Cuadrilla de Gorbeialdea. Es uno de los destinos turísticos más relevantes de la región, que atrae a miles de visitantes cada año. Esta maravilla natural, junto al Salto del Nervión, constituye una de las cataratas más destacadas de España. El río Oiardo se desploma desde un macizo calizo creando un espectacular cañón, que ofrece a los visitantes un escenario casi místico para disfrutar de la naturaleza.

Este enclave se encuentra en el límite del Parque Natural de Gorbeia, una zona de gran belleza salvaje y rural recomendada para todo aquel que visite la provincia de Álava. En las inmediaciones de la cascada, se halla un mirador para observar este fenómeno natural, que ofrece vistas increíbles de la cascada y su entorno.

Además de la naturaleza, la zona alrededor de la cascada de Gujuli ofrece atracciones culturales como el antiguo molino de agua, la iglesia de Santiago Apóstol, y diversas queserías locales donde se puede adquirir el famoso queso Idiazabal. Este aspecto cultural enriquece aún más la visita, combinando la majestuosidad natural con la tradición y la gastronomía de la región.

La contraposición entre las dos laderas del cañón de Goiuri, una erosionada y prácticamente desprovista de vegetación, y la otra densamente poblada por hayas y otros árboles que forman un bosque frondoso, añade un elemento de interés adicional para los visitantes. La diversidad natural e histórica de la zona la convierte en un destino imprescindible para aquellos interesados en explorar la riqueza natural y cultural del País Vasco.