Al mirar al cielo, siempre existe la posibilidad de ver una estrella fugaz. Este fenómeno astronómico es uno de los más mágicos que existen, pues se tratan de ser destellos brillantes que surcan el cielo a velocidades impresionantes, obligando a los observadores a mantener una atención plena para poder captar ese breve instante de belleza efímera. En este sentido, las líridas son la una de las lluvias de meteoros más antiguas de la que se tiene constancia, con registros históricos que datan de hace más de 2.600 años.
Estas se manifiestan durante el mes de abril, y España es uno de los mejores lugares para contemplarlas. Por ello, este fenómeno astronómico cautiva a aficionados y profesionales de la astronomía por igual, ofreciendo un espectáculo natural impresionante en el cielo nocturno. Esta lluvia de estrellas se mantiene activa del 14 al 30 de abril, siendo su punto álgido entre el 21 y el 22 de abril, tal y como señalan desde el portal especializado tiempo.com.
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Qué son las Líridas
El origen de las Líridas se encuentra en el cometa Thatcher (C/1861 G1), descubierto en 1861. La lluvia de meteoros se produce cuando la Tierra atraviesa la corriente de escombros dejada por este cometa. Las partículas, al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, se queman debido a la fricción, creando así las estelas luminosas que caracterizan a las lluvias de meteoros. Tal y como se ha mencionado anteriormente, este fenómeno tiene su clímax entre el 21 y 22 de abril.
Durante su apogeo, se pueden observar entre 10 y 20 meteoros por hora, aunque en ocasiones este número puede aumentar significativamente. Especialmente notables son los eventos conocidos como “tormentas de Líridas”, en los que la tasa de meteoros puede superar los 100 por hora. Sin embargo, estos fenómenos son raros y difíciles de predecir.
Cuando verlas
Para observar las Líridas, se recomienda alejarse de la contaminación lumínica de las ciudades y buscar un lugar con cielos despejados. La mejor hora para su observación es después de la medianoche y antes del amanecer, cuando Lyra, la constelación de donde parecen emanar los meteoros, se encuentra alta en el cielo. No es necesario emplear instrumentos especiales como telescopios o binoculares; las Líridas pueden ser disfrutadas a simple vista.
Además de su valor estético, las lluvias de meteoros como las Líridas tienen una importancia científica considerable. El estudio de estos eventos permite a los científicos entender mejor la composición de los cometas y la dinámica de los escombros espaciales. Asimismo, proporcionan información valiosa sobre la interacción entre estos materiales y la atmósfera terrestre.
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A pesar de su regularidad anual, las Líridas siguen siendo un fenómeno variable y en ocasiones impredecible, lo que agrega un elemento de sorpresa y expectativa a su observación. Cada año, aficionados y profesionales de la astronomía esperan con interés este evento, no solo por la belleza de los meteoros cruzando el cielo, sino también por las posibles revelaciones científicas que puedan ofrecer.