Planes en autocaravana en España más alla de las rutas naturales y el turismo rural

Viajar con autocaravana o con furgoneta camper es una de las maneras más libres de llegar hasta los lugares más recónditos del país. En España, el boom de esta forma de viajar ha permitido crear nuevas rutas, nuevos planes y nuevas maneras de conocer el territorio.

Por eso, explorar una región puede ser una oportunidad para conocer no solo sus pueblos y su entorno natural, sino también los tesoros prehistóricos escondidos entre sus cuevas que nos hablan de los antiguos pobladores de la Península Ibérica. En las paredes de las rocas, nuestros antepasados plasmaron sus miedos, sus anhelos y su necesidad de comprender la vida.

Aunque al pensar en pintura rupestre lo primero que nos venga a la cabeza sean los icónicos bisontes de Altamira, en el resto de España también hay joyas prehistóricas escondidas en muchos de sus rincones. La plataforma Yescapa propone seis en toda España para empezar a conocer el patrimonio de arte rupestre que existe en el país, que ha seleccionado especialmente para poder llegar y disfrutarlos en autocaravana. Lugares como Extremadura, el Parque de Valltorta-Gasulla en Castellón o la Cueva de los Murciélagos en Córdoba son algunas de las propuestas.

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Reconocida como la capital gallega del arte rupestre, Campo Lameiro alberga uno de los conjuntos más importantes de petroglifos en Europa. Desde 1974, esta zona ha sido protegida como Monumento Histórico Artístico. Entre las más de 100 rocas grabadas, destacan ejemplares notables como la Laxe da Forneiriña, donde se puede reconocer la imagen de un gran animal rodeado de representaciones de ciervos; Outeiro Da Pena Furada, único por sus figuras laberínticas; y Laxe Dos Carballos, reconocido por la presencia de un imponente ciervo con grandes astas.

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En la Sierra de las Cuerdas, un abrigo al aire libre custodia un tesoro histórico compuesto por más de 84 figuras rupestres, con una cronología que oscila entre los 8.000 y 3.500 años. Este emplazamiento ofrece la posibilidad de reconocer entre sus grietas figuras humanas estilizadas y representaciones de animales en diversas escenas de caza, incluyendo la icónica imagen de un gran bóvido. Además, se encuentran motivos más abstractos con inspiración naturalista. Desde 1998, este sitio forma parte de la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.

Conocida como la Cueva de los Murciélagos, ubicada en el Geoparque de las Sierras Subbéticas, destaca por las formaciones geológicas de su interior, donde el paso del tiempo ha moldeado formaciones de estalactitas y estalagmitas. Entre ellas destaca una impresionante estalagmita de más de cuatro metros de altura, apodada ‘el Espárrago’. Esta cueva también es célebre por el hallazgo de los restos de un esqueleto humano, el cual se identificó como el de un agricultor que vivió hace más de 7.245 años y al que se le considera el primer agricultor conocido del sur de la Península Ibérica.

Además de su riqueza geológica, la Cueva de los Murciélagos es un importante yacimiento arqueológico neolítico donde poder admirar pinturas rupestres que datan desde el Paleolítico Superior hasta el Neolítico en las que se reconocen caballos, osos, ciervos, hombres o cabras.

En Vélez Blanco, Almería, se encuentra la Cueva de los Letreros, un emblemático sitio que alberga un valioso conjunto de pinturas rupestres. Este enclave, parte del Conjunto de Arte Rupestre del Arco Mediterráneo, ofrece a los visitantes la oportunidad de sumergirse en las representaciones de la vida cotidiana de los pobladores prehistóricos de la zona.

Las pinturas, con más de 5.000 años de antigüedad, incluyen figuras de animales como cabras y ciervos, así como representaciones humanas caracterizadas por hombres y mujeres con brazos y piernas en posiciones arqueadas. Uno de los hallazgos más notables en la Cueva de los Letreros es el Indalo, un símbolo icónico de Almería que representa a un hombre sosteniendo el arco iris con sus manos y que se ha convertido en un emblema de la región.

El parque de Valltorta-Gasulla, ubicado en Castellón, alberga algunos de los abrigos rupestres -es decir, escenas de la vida cotidiana de nuestros antepasados- más destacados de la región, motivo por el que ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Este parque forma parte del emblemático Conjunto de Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, distinguido a su vez por la Unesco como Patrimonio Mundial. Con más de 92 escenas de arte rupestre, en Valltorta-Gasulla las paredes cuentan cómo sus antiguos pobladores cazaban, interactuaban con la naturaleza o daban a luz.

Entre los hallazgos más significativos del parque se encuentran las escenas de recolección en El Cingle del Mas d’En Salvador, vivas representaciones de caza con un grupo de arqueros en La Coveta de Montegordo, y la dinámica interacción entre animales y arqueros en La Cova del Gran Puntal. Además, destaca la Venus de la Valltortala en Les Covetes del Puntal, una intrigante representación de una mujer en el acto de dar a luz, subrayando la diversidad temática y profundidad simbólica del arte rupestre en este enclave.

La región extremeña es un destino imprescindible para los aficionados al arte rupestre, ya que ofrece una de las colecciones más densas y variadas de España. El legado que atesora Extremadura abarca desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce, por lo que se puede elegir entre varias representaciones destacadas, entre las que destacan pinturas paleolíticas que muestran varias manos impresas sobre la piedra.

En este viaje a través del tiempo, hay otros lugares por descubrir, como los abrigos de El Castillo de Monfragüe, La Calderita en La Zarza, y especialmente la Cueva de Maltravieso, conocida tanto por sus pinturas paleolíticas como por su antigüedad.

Este patrimonio histórico-cultural, diseminado por la geografía española, no solo es testimonio de la habilidad y la cosmogonía de las sociedades prehistóricas, sino que también invita a una forma de turismo que combina la aventura con el profundo respeto y la valoración del legado de nuestros antepasados. Lugares que, lejos de los circuitos turísticos convencionales, ofrecen una experiencia única para entender nuestra historia común desde una perspectiva diferente.