Gracias a sus imponentes montañas y extensos valles, los Alpes se alzan como uno de los paisajes más impresionantes, no solo de Europa, sino del mundo. Así, cuenta con infinidad de encantos que lo han convertido en todo un paraíso para los amantes de la naturaleza. Ya sea en invierno, con el paisaje nevado, o en verano, con su verdor característico, esta cordillera atrae a infinidad de turistas que buscan disfrutar de unos días alejado del bullicio de las grandes ciudades.
En este sentido, son muchos los atractivos que alberga, pero uno de ellos es la ruta que ofrece el tren conocido como Bernina Express. Este ferrocarril brinda al visitante una experiencia única a través de un recorrido de ensueño por alguno de los paisajes más espectaculares de este enclave.
Te puede interesar: Disneyland Paris anuncia un nuevo capítulo basado en la fantasía de ‘Frozen’: nuevas atracciones y una experiencia inmersiva única
De hecho, el ferrocarril ha sido incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2008, destacándose como un logro sobresaliente en el campo de la ingeniería ferroviaria. Según la organización, esta distinción se otorga no solo por su mérito técnico, sino también por la forma en que se integra con el paisaje alpino, preservando su belleza y accesibilidad para las futuras generaciones.
Más de 50 túneles y casi 200 puentes
Más allá de su atractivo natural, el Bernina Express constituye una de las mayores hazañas de la ingeniería civil en Europa. El tren recorre un total de 144 kilómetros desde la ciudad de Coria hasta Tirano, todo ello a través de 55 túneles y sobre 196 puentes. Uno de los puntos más destacados del itinerario es el paso por el viaducto de Landwasser de 65 metros de altura, símbolo del Ferrocarril Rético y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, pues se adentra directamente en un túnel en la montaña.
A lo largo del viaje de aproximadamente cuatro horas, el Bernina Express ofrece vistas panorámicas que son posibles gracias a los vagones con ventanas que se extienden hasta el techo, permitiendo a los pasajeros sumergirse completamente en el paisaje alpino sin obstáculos visuales. A medida que el tren asciende hasta el punto más alto de la ruta, en el Paso Bernina, a 2.253 metros sobre el nivel del mar, ofrece vistas deslumbrantes de glaciares y picos nevados, accesibles únicamente gracias a la audaz ruta del tren
Desde este punto, los pasajeros pueden disfrutar de vistas espectaculares de los glaciares y picos nevados antes de descender hacia el pintoresco valle de Poschiavo. A esto hay que sumar otros puntos de relevancia como son el glaciar Morteratsch, los tres lagos Lej Pitschen, Lej Nair y Lago Bianco, el Alp Grüm y el viaducto circular de Brusio. El viaje no termina en los límites de Suiza, pues al cruzar a Italia, la atmósfera y el paisaje cambian dramáticamente. Los pasajeros pasan de la rigurosa belleza alpina a los viñedos y el clima más cálido del norte de Italia, ofreciendo una muestra tangible de la diversidad geográfica y cultural de Europa.