Tazones, el pueblo con uno de los faros mejor conservados de España

El emperador Carlos V y su séquito desembarcaron en una de las villas marineras más bonitas de Asturias en 1517, un hecho que los vecinos recrean cada verano y que está declarado de Interés Turístico

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El pequeño pueblo de Asturias que guarda las reliquias de la Cristiandad: rutas de senderismo y unas bonitas vistas.

El buen tiempo del que se disfruta ya en buena parte de España invita a pensar en el verano, y esto solo puede ser sinónimo de una cosa: viajar. Quienes busquen un plan de playa, historia y naturaleza encontrarán en Tazones, un precioso pueblo del concejo de Villaviciosa (Asturias), su lugar ideal. Y es que tiene el honor de albergar el único puerto con carácter imperial de la región, incluido en las rutas imperiales de Carlos V en Europa. Por si esto fuera poco, cuenta con uno de los faros mejor conservados del país.

No hace falta salir de la localidad para encontrar una playa de arena, situada junto al puerto y con una longitud de cerca de 200 metros. Según cuenta la historia, fue en ella donde se produjo el desembarco de Carlos V y su séquito, en septiembre de 1517. Cuando baja la marea es posible caminar hasta el pedrero de la playa. De hecho, en este murallón natural se han encontrado diversas huellas de dinosaurio bípedos tridáptilos (tres dedos) y, en el camino que dirige hasta el faro, de dinosaurios cuadrúpedos.

Los turistas que opten por descubrir Tazones durante el mes de agosto, podrán presenciar el día 17, además, la fiesta de San Roquín, una recreación de los vecinos de la localidad del desembarco de Carlos V en el que fue su primer viaje a la Península. Tal es la belleza de este acto, que incluso está declarado de Interés Turístico. Esto, unido a todos los monumentos que se pueden ver, hacen que merezca la pena descubrir esta villa marinera que cuenta con una gran tradición ballenera y un paisaje de ensueño.

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El pueblo que cautivó al emperador Carlos V y marcó la historia española

Tazones, un precioso pueblo del
Tazones, un precioso pueblo del concejo de Villaviciosa (Asturias). (Shutterstock)

Tazones es un singular pueblo costero que tuvo el privilegio de recibir a Carlos V en su primera visita a España en 1517. Esto lo convirtió en un lugar de gran importancia histórica, no solo por ser el primer contacto del emperador con el país, sino también por su peculiar elección de ruta, al optar por la vía marítima para evitar conflictos en Europa.

La llegada de Carlos V a España por el puerto de Tazones no fue un acto premeditado, sino el resultado de una desviación causada por una tormenta, lo que añade un carácter fortuito a este acontecimiento histórico. Con tan solo 17 años, el nieto de los Reyes Católicos y nacido en Flandes, se vio con el deber de gobernar un amplio imperio, por lo que tenía el desafío de viajar a un reino lejano para asumir su futuro como monarca, motivado por la incapacidad de su madre, Juana ‘la Loca’. La elección de su trayectoria marítima fue estratégica, diseñada para esquivar las amenazas de enemistades europeas, especialmente al rey Francisco I de Francia.

Además de su notable papel en la historia española, Tazones sigue siendo un destino encantador para visitantes. Destaca por sus pintorescas casas de pescadores, la Casa de las Conchas, su gastronomía del Cantábrico y una vibrante atmósfera marinera. Gracias a estos elementos, ofrece una experiencia única de la cultura marinera del norte de España.

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Qué se puede ver en Tazones

Tazones tiene el único puerto
Tazones tiene el único puerto con carácter imperial de Asturias. (Shutterstock)

Si hay algo por lo que se conoce a Tazones es por su singular encanto y autenticidad frente a destinos turísticos de mayor envergadura como Gijón. A pesar de su menor tamaño y diversidad de atracciones, ofrece una rica historia vinculada a la caza de ballenas y conserva un ambiente pesquero tradicional. Las áreas de San Roque y San Miguel han sido nombradas Conjunto Histórico Artístico por el Principado de Asturias, lo que subraya su valor cultural y turístico.

Este enclave, aunque no rivaliza con otros puntos de interés de Asturias, dispone de elementos de gran belleza. Uno de ellos es la Iglesia parroquial de Tazones en San Miguel, construida a mediados del siglo XX, que refleja la arquitectura rural tradicional asturiana. A su vez, las casas de pescadores en la misma parroquia, con sus características fachadas coloridas, suman al atractivo visual del pueblo. El puerto mantiene su esencia marinera y sigue siendo el centro de la actividad pesquera local. Entre los puntos de interés se encuentra también la Casa de las Conchas, una residencia moderna cuya fachada está completamente decorada con conchas de moluscos, lo que es una curiosidad arquitectónica única en la región.

Asimismo, este pueblo se apoya en la pesca y el turismo como pilares de su economía tras la desaparición de la caza de ballenas, actividad que durante siglos fue su principal fuente de ingresos. Esta transición hacia una economía más sostenible y enfocada en la valorización de su herencia cultural y natural, preserva la esencia de Tazones y ofrece una alternativa turística que complementa la oferta de la región.

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Una de sus señas de identidad: el faro de Tazones

Faro de Tazones, en funcionamiento
Faro de Tazones, en funcionamiento desde 1864. (Shutterstock)

El faro de Tazones, situado en la aldea de Villar, en la Punta del Olivo, destaca por su singular diseño y su significativa relevancia histórica y arquitectónica en la costa de Asturias. Levantado a 127 metros sobre el nivel del mar, este faro no solo guía a los marineros, sino que también se ha convertido en un punto de interés turístico.

Inaugurado en 1864 y con una altura de 11 metros, este faro llama la atención especialmente por su torre de base octogonal construida en piedra arenisca. Desde 1928, se ha modernizado, al funcionar con energía eléctrica, lo que evidencia su compromiso con la preservación, pero también con las nuevas tecnologías. Su impecable estado de conservación lo posiciona entre uno de los faros más emblemáticos de la región.

Aparte de su función, uno de los elementos más admirados por los visitantes es su escalera de caracol de hierro pintado de gris, que consta de 37 escalones, ofreciendo una experiencia única a aquellos que deciden explorarlo por dentro. Esta combinación de valor funcional, histórico, y estético, hace del faro de Tazones un tesoro arquitectónico y un faro guía no solo para los barcos, sino para la rica historia marítima de Asturias.

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