A lo largo del planeta, se pueden encontrar infinidad de lugares que asombran al viajero por sus características únicas. Desde pueblos incrustados en lo alto de montañas o en pleno desierto hasta localidades que flotan en el mar, son muchos los rincones cuya explicación escapa casi al entendimiento humano. Otros enclaves, sin embargo, destacan por situarse en lugares muy particulares, pues ¿se imaginan un pueblo situado sobre el cráter de un meteorito?
Esto puede parecer algo extraño, pero Nördlingen es el claro ejemplo de que todo es posible. Esta villa alemana perteneciente al distrito de Donau-Ries, en Baviera, se alza como uno de los rincones más especiales de la comarca, pues está construido sobre el cráter de un meteorito lleno de diamantes. A esto hay que sumar un rico patrimonio histórico y cultural, del que destacan sus impresionantes murallas y su casco histórico, el cual transporta al viajero a la misma Edad Media.
¿Cómo es esto posible?
Todo tiene una explicación. Hace alrededor de 15 millones de años, durante el Mioceno, un meteorito impactó en esta región de Alemania, dejando un cráter de unos 25 kilómetros de diámetro. De hecho, a día de hoy es uno de los mejor conservados de todo el planeta. En el lugar del impacto se localizaba un depósito de grafito, por lo que al chocar con la Tierra, se formaron millones de pequeños de diamantes. Se estima que el impacto dejó más de 70.000 toneladas de microdiamantes.
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Así, sobre el siglo XI, los habitantes comenzaron a usar esta piedra, conocida como suevita, para la construcción de sus casas y monumentos sin saber su composición real. A día de hoy, se puede decir a ciencia cierta que este pueblo está lleno de pequeños diamantes que hacen brillar todos los edificios cuando el Sol cae. Todo esto se puede conocer de la mano del museo de la ciudad.
Este se localiza en un establo del siglo XVI, y explica a los visitantes cómo el impacto del asteroide moldeó el futuro del pueblo. En sus seis salas hay vitrinas llenas de pedazos de meteorito y, por supuesto, suevita. Pero más allá del museo, Nördlingen esconde un casco histórico caracterizado por sus preciosas calles empedradas y una arquitectura típica de la región que destaca por sus casas de madera y su estilo gótico tan particular.
Todo ello, rodeado por unas murallas medievales que datan del siglo XIV, siendo una de las pocas en Alemania que se pueden recorrer completamente a pie, ofreciendo vistas panorámicas del casco antiguo y sus alrededores. En el interior del recinto amurallado, destacan construcciones como la iglesia de San Jorge, cuya torre, conocida como Daniel, se eleva a 90 metros de altura y ofrece una vista inigualable del cráter y la región circundante.
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De Nördlingen a la Luna
Tan especial es la geología de Nördlingen, que ha sido un lugar de entrenamiento para astronautas. Fue en esta localidad donde se prepararon los astronautas del Apolo 14, para que pudieran investigar las estructuras de impacto lunar y las rocas.
De este modo, Alan Shepard y Edgar Mitchell, así como los astronautas de reserva del Apolo 14 Eugene Cernan y Joe Engle, se entrenaron aquí del 10 al 14 de agosto de 1970. Pero esto no es todo, pues tal y como recoge la BBC, todavía hoy siguen recibiendo visitas de la NASA y de la Agencia Espacial Europea.