El pueblo creado por la unión de barrios de San Sebastián y Hondarribia

La llegada del buen tiempo y las altas temperaturas invitan a viajar, a descubrir nuevos lugares y culturas y, por ende, a escapar de la rutina, aunque solo sea por unos días. Y todo esto es posible sin necesidad de coger un avión y salir al extranjero: España cuenta con un sinfín de lugares increíbles. Uno de ellos es un pueblo cuya seña de identidad es que fue creado por la unión de varios barrios que, durante décadas, dependieron de San Sebastián y Hondarribia.

Todos los territorios que se juntaron para conformar el pueblo confluyen en una bahía que está conectada con el mar a través de un estrecho paso. Esto hizo posible que hoy exista un sitio que es uno de los puntos de paso más bonitos del Camino a Compostela por el Norte. Aunque es pequeño, tal es su belleza y los lugares increíbles que aglutina, que no deja indiferente a ninguno de sus visitantes.

Es por ello que, ahora que el puente de mayo se acerca, las personas que busquen unos días de desconexión y quieran adentrarse en la naturaleza, no han de dejar pasar la oportunidad de conocer Pasajes de San Juan. El acceso a este pueblo ya da muestra de su magnificencia: hay que pasar por un gran cinturón portuario que alberga un pequeño e increíble entorno natural de la bocana de la bahía.

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Las aldeas de Pasajes de San Juan y Pasajes de San Pedro, ubicadas a ambos lados de un estrecho canal en la bahía de Pasajes que conecta con el mar Cantábrico, tienen una gran historia en comercio marítimo y en la construcción de embarcaciones durante la Edad Media y los siglos siguientes. Estas localidades, cuyos nombres derivan de las advocaciones de sus parroquias, experimentaron distintos desarrollos bajo las influencias de Hondarribia y San Sebastián respectivamente, lo que ha dejado una huella imborrable en su patrimonio histórico y cultural.

Desde el siglo XIII, Pasajes de San Juan ha sido un punto estratégico para la exportación de hierro y lana hacia Europa, mientras que mercancías importantes llegaban a España a través de este puerto. La construcción naval tuvo un significativo impulso a partir del siglo XVI, momento en el que los astilleros de Pasajes crearon navíos para la Corona y embarcaciones destinadas a la pesca del bacalao y la ballena en aguas de Canadá.

La Factoría Albaola es un testimonio moderno de esta tradición marítima, ofreciendo una visión única sobre la construcción naval histórica. A pesar de la especialización en la marina, fue durante el siglo XVIII cuando la actividad comercial del puerto tuvo un notable incremento gracias a la iniciativa de la Compañía Guipuzcoana de Caracas, que fomentó las relaciones comerciales con el imperio español.

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La unificación de Pasajes de San Juan y Pasajes de San Pedro en un solo municipio en 1805, por orden del rey Carlos IV, marcó un hito en la historia de la región, tras un periodo de ocupaciones francesas en 1794 y 1808, eventos que, afortunadamente, no alteraron el casco histórico gracias a la ausencia de combates. A lo largo de los años, estas localidades han sido la cuna de personajes ilustres como Blas de Lezo, nacido en 1689 en San Juan, quien es recordado por su victoria sobre la escuadra inglesa en Cartagena de Indias en 1741, así como por Daniel Zuloaga, quien trabajó en la zona entre 1906 y 1907, dejando un importante legado artístico en la cerámica.

Pasajes de San Juan, un enclave vasco donde historia y naturaleza se fusionan, es un destino que cautiva por su belleza y riqueza patrimonial. Situado en Pasaia, este distrito, junto a San Pedro, Pasai Antxo y Trintxerpe, se ubica alrededor del río Oyarzun, delineando un paisaje único donde lo moderno y lo antiguo coexisten.

En este escenario, Pasajes de San Juan destaca por ser el más encantador de los cuatro núcleos, donde sus estructuras reflejan la esencia de una época pasada a lo largo de Donibane kalea, una calle empedrada que corre paralela a la bahía. Este sitio no solo es apreciado por su estética, sino por albergar un gran patrimonio histórico y cultural.

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Entre los atractivos principales se encuentra el Humilladero de la Piedad, una estructura renacentista que conmemora una victoria vasca histórica, y el Palacio de Villaviciosa, una muestra del diseño renacentista del siglo XVI. No obstante, la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista y el misterioso mascarón de Iriberri añaden a la localidad un aire de misterio y devoción que pervive a través de los siglos.

La riqueza monumental de Pasajes de San Juan se extiende a la Plaza de Santiago y otros sitios de interés como la Iglesia del Santo Cristo de la Bonanza y las ruinas del Castillo de Santa Isabel, ofreciendo una perspectiva única sobre la historia naval y militar del lugar. Además, desde puntos elevados como la ermita de Santa Ana, los visitantes pueden disfrutar de vistas panorámicas que enriquecen la experiencia de conocer este peculiar rincón del País Vasco.

Para llegar a Pasajes de San Juan, situado en la provincia de Guipúzcoa, en el País Vasco, hay varias opciones dependiendo del punto de partida:

• En coche. Desde la ciudad de San Sebastián, hay que tomar la carretera GI-20 y luego la salida hacia Pasai Donibane / Pasajes de San Juan. La distancia aproximada es de unos 5 kilómetros, lo que hace de esta una ruta corta y directa.
• En transporte público. Desde San Sebastián, se puede tomar la línea de autobús E09 que conecta directamente con Pasajes de San Juan. Otra opción es usar el servicio de trenes de cercanías (Euskotren), bajando en la estación de Gaintxurizketa y cogiendo un autobús local para hacer un corto trayecto hasta Pasajes de San Juan.
• En barco. Para quienes se encuentran ya en la zona y desean una experiencia diferente, es posible acceder a Pasajes de San Juan mediante las pequeñas embarcaciones que cruzan desde Pasajes de San Pedro, lo que ofrece una vista pintoresca del entorno marítimo. Este servicio se presta regularmente a lo largo del día.