En la sierra de Cádiz, en mitad de un paisaje dominado por los cultivos de cereales y olivos, se alza uno de los pueblos más singulares de Cádiz. Bañado por el río Guadalporcún, este pueblo es uno de los destinos rurales más visitados de la provincia gracias a su patrimonio natural, pero también a su pintoresco casco urbano, el cual cuenta con una característica única y es uno de sus mayores atractivos.
Estamos hablando de Setenil de las Bodegas, una villa que representa uno de los pueblos más inusuales y fotogénicos de España, gracias a su particular arquitectura y relación única con el entorno. Este pueblo es famoso por sus casas incrustadas en la roca, mostrando una coexistencia armónica entre la naturaleza y la arquitectura humana que se remonta a siglos atrás. Así, pasear por sus calles es una experiencia única en la que el viajero ve como la montaña abraza a las diferentes construcciones y monumentos.
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Una estampa única
La historia de Setenil de las Bodegas se extiende hasta la prehistoria, evidenciada por los hallazgos arqueológicos en la zona. Sin embargo, fue durante la época medieval cuando adquirió gran parte de su característica estructura urbana. Su nombre proviene de la fortaleza árabe ‘Satinil’, que jugó un papel crucial durante la Reconquista, y del término ‘bodegas’ que alude a las antiguas economías vinícolas del lugar. Así, de la época árabe se pueden encontrar el torreón y la muralla, así como la torre del homenaje que pertenecía al alcázar y el aljibe.
Sin embargo, si por algo destaca, es por sus viviendas y estructuras construidas bajo salientes rocosos o directamente dentro de la roca, una estrategia de adaptación al entorno que ofrece ventajas térmicas naturales. Así, el cañón que forma el río Guadalporcún es el espacio ideal para descubrir las casa-cueva y las diferentes construcciones que se incrustan en él.
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De este modo, el viajero no se puede marchar sin visitar las calles Cuevas del Sol, Cuevas de la Sombra, Calle Jabonería, Calle Cabrerías y, sobre todo, la Calle Herrería. Esta última es uno de los mayores atractivos de la villa, pues se encuentra literalmente bajo la roca. La arquitectura típica de la zona, con las casas blancas encoladas, termina por contemplar una imagen que es una de las más bonitas de España.
Su conjunto monumental
Más allá de su legado árabe y sus casas enclavadas en la roca, Setenil de las Bodegas cuenta con un pintoresco conjunto monumental. De este modo, la ermita de San Sebastián se erige como un emblema histórico y cultural, marcando la pauta de la evangelización en el pueblo tras el decisivo triunfo de los Reyes Católicos. Este santuario, reconocido como la primera estructura cristiana de la zona, se distingue por su inmaculada fachada blanca, simbolizando la pureza y la renovación espiritual que caracterizó a la era de la conquista.
Asimismo, otro edificio de gran relevancia es la ermita de San Benito, la cual destaca por albergar en su sagrado altar mayor la venerada imagen del Padre Jesús Nazareno. Esta escultura no es solo una pieza de arte sacro, sino el corazón de la Hermandad de los Negros, representando una faceta profunda de la devoción religiosa que permea en Andalucía. La imagen se destaca entre las tallas más emblemáticas y reverenciadas de la localidad, evidenciando la profunda y arraigada tradición religiosa que define a la región.
Cómo llegar
Desde Cádiz, el viaje es de alrededor de 1 hora y 40 minutos por la vía A-384. Por su parte, desde Málaga el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 20 minutos por la carretera A-357.