A mitad del siglo XX, entre las décadas de los 50 y 60, fueron muchos los pueblos de nuestro país que fueron expropiados y abandonados debido a la construcción de numerosos embalses. Este programa, llevado a cabo por el gobierno franquista, supuso el desalojo de estas villas al estar próximas a ellos y ser declaradas zonas inundables. No obstante, muchas no quedaron bajo el agua, dando lugar a un patrimonio abandonado, pero no olvidado, pues a día de hoy se puede conocer la historia y cultura de todos sus habitantes.
El mejor reflejo de esta situación se encuentra en Granadilla, un pequeño pueblo situado en Cáceres, que es considerado como el pueblo abandonado más bonito de España. Esto es gracias a su alto valor histórico, pues mantiene intacto, en su mayoría, todo su patrimonio arquitectónico. Pertenece al municipio de Zarza de Granadillla y se encuentra cerca del embalse de Gabriel y Galán. En la actualidad, está considerado Conjunto histórico-artístico y está incluido en el Programa Interministerial de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados.
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La Granada original
La historia de Granadilla comienza durante el periodo musulmán, cuando establecieron en lo alto del cerro un pequeño asentamiento con funciones militares y defensivas. Tanto es así, que finales del siglo XII y comienzos del XII, la localidad se convirtió en un emplazamiento fronterizo de gran importancia entre tres reinos cristianos: Castilla, León y Portugal. De esta forma, los musulmanes decidieron levantar en la parte noroeste de la villa una alcazaba, la cual tras la reconquista pasaría a ser un castillo cristiano.
Cabe destacar que el nombre de Granadilla no fue el primero que tuvo, pues en su origen la villa era conocida como Granada. Sin embargo, la toma del reino nazarí por parte de los Reyes Católicos hizo que se cambiara el nombre al actual para así evitar malentendidos. No obstante, este nuevo nombre no fue oficialmente utilizado en los documentos del Concejo hasta el siglo XIX.
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Un pueblo abandonado
En cuanto al desalojo de la villa, el 24 de junio de 1955, se decretó la expropiación de la mayor parte del término municipal de Granadilla (incluyendo el casco urbano) a causa de la construcción del embalse de Gabriel y Galán. De esta forma, el 15 de junio de 1960 las tierras y el pueblo se consideraron ya propiedad del Estado tras el pago de las correspondientes indemnizaciones. Lo últimos habitantes abandonaron Granadilla en 1964, y a pesar de que el pueblo no se inundó, el agua anegó las tierras de la Vega Baja, de modo que el modelo de vida de los vecinos desapareció.
A esto se le suma que como consecuencia de la inundación, la localidad se vio aislada, formando una península cuyo único acceso se encuentra en la zona norte. Ya en 1980, durante el gobierno de Adolfo Suárez, la villa fue declarada Conjunto Histórico-Artístico y se comenzó el Proyecto de Restauración.
Un paseo por Granadilla
En un recorrido por la localidad, los visitantes tienen la oportunidad de apreciar la impresionante belleza de Granadilla y sumergirse en su fascinante historia. Entre sus destacados monumentos se encuentra el imponente castillo, erigido en el siglo XV sobre los cimientos de una antigua alcazaba árabe. Dotado de una torre central y cuatro torres semicirculares distribuidas en cada uno de sus flancos, este símbolo de fortaleza exhibe una planta polilobulada y alcanza una altura de cuatro niveles.
Complementando esta estructura militar, se alzan las imponentes murallas que envuelven la villa, consideradas entre las mejor conservadas de España junto con las de Lugo y Ávila. Con sus orígenes que se remontan al siglo IX, según algunos historiadores, estas murallas abrazan en su totalidad a Granadilla, destacando su legado de la época musulmana. Aunque desprovistas de torres, las murallas están adornadas con almenas de forma cúbica, añadiendo un toque distintivo a su arquitectura defensiva.
Por otro lado, la iglesia parroquial de la Asunción emerge como una pieza fundamental en el patrimonio monumental del pueblo. Construida en el siglo XVI con materiales como la sillería y la mampostería, esta majestuosa edificación se distingue por su elegante estilo arquitectónico.
A pesar de los intentos de expropiación que afectaron a gran parte de Granadilla, la iglesia permaneció intacta gracias a la firme oposición del obispo de Coria. Destacan en su interior una espaciosa capilla mayor y un ábside de tres lados, enriqueciendo la experiencia de aquellos que exploran este tesoro arquitectónico e histórico enclavado en las tierras de Granadilla.
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Cómo visitar Granadilla
La experiencia de descubrir Granadilla es accesible para todos los interesados, sin precio alguno, aunque sí que es esencial tener en cuenta su horario. El acceso al sitio se encuentra disponible de martes a domingo, si bien los horarios varían según la temporada del año. Durante los meses de abril a octubre, las puertas están abiertas de 10:00 h a 13:30 h y de 16:00 h a 20:00 h. Por otro lado, de noviembre a marzo, el horario de visita es de 10:00 h a 13:30 h y de 16:00 h a 18:00 h.
Asimismo, es importante seguir las normas de acceso establecidas para garantizar la seguridad y el cuidado del lugar:
- Las puertas de acceso y salida se cierran 10 minutos antes de cada horario establecido.
- Se permite la entrada de mascotas, siempre y cuando estén atadas en todo momento.
- Se identifican zonas en proceso de obra, por lo que se ruega evitar atravesar las vallas de seguridad.
- Las vallas de color verde son móviles para facilitar el paso, pero es fundamental cerrarlas después de utilizarlas.
- Queda estrictamente prohibido el acceso a las viviendas dentro del recinto.
Estas medidas contribuyen a preservar la integridad del sitio histórico y garantizan una visita segura y enriquecedora para todos los visitantes.
Cómo llegar
Desde Cáceres, el viaje es de alrededor de 1 hora y 20 minutos por la carretera A-66. Por su parte, desde Salamanca el trayecto tiene la misma duración y además, se debe coger la misma vía, la A-66.