Como si quisieran tocar el Olimpo, los monasterios de Meteora se alzan a más de 600 metros de altitud. Parece que todos los dioses griegos se pusieron de acuerdo para otorgar a este lugar la espectacularidad y majestuosidad que atesora, pues estos templos emergen sobre pilares naturales de roca, creando un paisaje casi surrealista.
Así, se han convertido en una de las principales atracciones turísticas de Grecia, atrayendo a miles de visitantes cada año. Situados en la llanura de Tesalia, cerca de la ciudad de Kalambaka, su imponente panorámica da a Meteroa un aspecto impenetrable, pero nada más lejos de la realidad, pues todos son accesibles más o menos de una forma sencilla tanto a pie, en autobús o en coche.
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Hasta 24 monasterios
La historia de los Monasterios de Meteora se remonta al siglo XIV, aunque la zona había sido habitada por eremitas desde el siglo XI. Los monjes buscaban un lugar de retiro espiritual lejos del tumulto del mundo, y encontraron en las inexpugnables cimas de estas rocas el escenario perfecto. Inicialmente, vivían en cuevas y pequeños eremitorios, pero con el tiempo comenzaron a construir monasterios que desafían la gravedad en la cima de estos pilares naturales.
Las cuevas originales donde se asentó esta comunidad son accesibles a día de hoy solo con cuerdas o escaleras removibles. Ya en el siglo XIV fue cuando se levantaron los primeros monasterios, los cuales se convirtieron rápidamente en espacios importantes de culto. Meteora llegó a albergar hasta 24 abadías, sin embargo, a día de hoy tan solo se pueden apreciar seis. Cada uno tiene su propia historia y encanto particular, albergando valiosas colecciones de frescos, iconos, manuscritos y reliquias religiosas.
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Un conjunto monástico único en el mundo
Los seis monasterios que conforman Meteora guardan infinidad de secretos y rincones que los convierten en únicos. Tanto es así, que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998. El más grande de todos y el más visitado es el de Moni Megalou Meteorou, que data del siglo XIV y se eleva a unos 613 metros de altura. A este le acompañan también el de Varlaam, Roussanou, San Nicolás Anapausas, San Esteban y Trinidad.
El acceso a los monasterios no siempre fue tan accesible como hoy. Antiguamente, los monjes y visitantes debían escalar los precipicios rocosos o ser izados en redes, lo que garantizaba tanto la seguridad como el aislamiento del mundo exterior. Actualmente, escaleras talladas en la roca permiten un acceso relativamente más sencillo, aunque todavía desafiante, a estos lugares de adoración y retiro. Para visitar este precioso monumento, son muchas las excursiones organizadas que parten desde Atenas o Salónica, permitiendo disfrutar y conocer, a través de guías especializados, todos los secretos de este impresionante enclave.
Igualmente, Meteora ofrece no solo la oportunidad de explorar estos maravillosos monumentos, sino también de disfrutar de las actividades al aire libre en su entorno natural. El senderismo y la escalada son populares, permitiendo a los aventureros experimentar la magnificencia de la zona desde perspectivas únicas.