Ubicado a 930 metros sobre el nivel del mar en plena Sierra de Béjar y sosteniendo el título de Mirador de la Sierra. El pueblo salmantino de Sequeros suma más de 800 años de historia. Desde su fundación en el siglo XIII, han sido mucho los episodios de los que ha sido partícipe. Para empezar, su origen toma presencia durante el proceso de repoblación llevado a cabo por los leoneses. Desde entonces, los episodios y leyendas que explican su porvenir se asientan entre sus bosques.
Y aún más, sus calles y edificios son la prueba viva de su historia. Además, también son el lugar perfecto para disfrutar tanto de la cultura, como de la naturaleza. Varios senderos que serpentean entre huertos y bancales invitan a explorar la belleza de esta localidad. Entre los caminos que se entrelazan, uno conduce hasta el venerado santuario de Nuestra Señora del Robledo y la histórica ermita del Humilladero.
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A la hora de sumergirse en este rico legado cultural y natural, los visitantes pueden deleitarse con la arquitectura de la plaza porticada del Altozano y la imponente Torre del Concejo, ubicada en la Plaza de la Iglesia. Estos sitios emblemáticos son testigos de la rica historia de Sequeros.
Del mismo modo, la propia arquitectura de la zona también pone el foco sobre la esencia del territorio. Las elegantes casas burguesas, el distinguido Teatro del Liceo erigido a finales del siglo XIX y la majestuosa iglesia parroquial de San Sebastián, dan prueba de las características que definen a este pueblo. Ahora bien, si hay algo que lo convierte en un único, es la leyenda que se esconde tras su historia.
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La leyenda de la Moza Santa de Sequeros
La conexión de Sequeros con la Peña de Francia y su venerada Virgen Santa trasciende lo terrenal. En el tejido de su historia se entrelazan leyendas de profundo significado, como la que protagoniza Juana Hernández, una figura del pasado con un relato asombroso.
Esta narración se remonta al año 1424, cuando, según la tradición, Juana Hernández sorprendió a todos al levantarse de su propio funeral para emitir un mensaje muy concreto: el descubrimiento de una imagen sagrada. Todo el mundo había dado por muerta a esta mujer. Sin embargo, su vuelta a la vida reveló que se encontraba en un estado de agonía. Esta imagen mencionada por Juana Hernández resultó ser la de Nuestra Señora de la Peña de Francia, cuyo hallazgo se atribuye al monje francés Simón Vela, que lo descubrió en 1434.
La leyenda no termina aquí. Además de esta profecía, Juana Hernández, conocida como La Moza Santa de Sequeros, también predijo la fundación del Convento de Gracia en San Martín del Castañar, un pueblo vecino. En la actualidad, la casa de la Moza Santa en este municipio es un lugar de peregrinación, y sus reliquias descansan en la hermosa Ermita de la Virgen del Robledo.