En paraje donde las temperaturas alcanzan casi los 50 grados, el ingenio humano ha hecho de este espacio un lugar habitable, aunque no de la forma en la que uno se imagina. Así, al norte de Adelaida, en Australia, se ubica la ciudad conocida como Coober Pedy. Se trata de una localidad minera cuyo nombre deriva del término aborigen kupa-piti, el cual significa agujero del hombre blanco. Su nombre es reflejo perfecto de la peculiaridad de esta ciudad, pues la gran parte de la población vive bajo tierra como consecuencia de las altas temperaturas.
Casi 50 grados en el exterior
Para entender la historia de Coober Pedy hay que remontarse al año 1915, cuando se descubrió el ópalo, una de las piedras semipreciosas más valoradas y escasas del mundo. Dos años después, en 1917, se pone en marcha la mayor mina de ópalo del mundo, para acabar en 1999 con más de 250.000 pozos que daban acceso a las múltiples excavaciones. Tras este descubrimiento, fueron muchas las personas de todas las partes del mundo que se vieron atraídas por el mineral.
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Cuando llegaron a esta árida zona, las temperaturas de alrededor de 48 grados hicieron que se adaptaran al calor extremo, de este modo, los trabajadores se dieron cuenta de que donde mejor se estaba era bajo tierra. Así, comenzaron a cavar agujeros en las minas para huir del calor. Pero esto no se queda aquí, pues al calor hay que sumar las constantes tormentas de arena, lo que propició la decisión de llevar una vida subterránea. De este modo, la en Coober Pedy es un claro ejemplo de adaptación al medio.
La gestión del agua es uno de los desafíos más significativos que enfrenta la ciudad. Al ubicarse en una de las regiones más áridas de Australia, el acceso al agua dulce es limitado. La comunidad depende de un sistema de desalinización y del transporte de agua desde regiones más fértiles para satisfacer sus necesidades.
Una ciudad subterránea
Bajo suelo australiano se encuentra una ciudad subterránea a la que no le falta de nada. Estas viviendas se conocen como dugouts y ofrecen un ambiente fresco y constante a lo largo del año, sin necesidad de sistemas de aire acondicionado. Además de las viviendas, en Coober Pedy se encuentran restaurantes, hoteles, iglesias e incluso un museo, todos ellos ubicados bajo la superficie. Un espacio con todo tipo de servicios y necesidades que alberga al año entre mil y tres mil personas de más de 40 nacionalidades distintas, fruto de la inmigración a principios del siglo XX.
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Igualmente, su singularidad ha convertido a la localidad en un destino turístico muy demandado. De este modo, recibe al año multitud de turistas que buscan tener la experiencia de vivir unos días bajo tierra. Así, se pueden hospedar en algunos de los hoteles que dispone la ciudad.+