Son muchos los lugares misteriosos que se localizan a lo largo del planeta. Estos, por norma general, cuentan con nombres evocadores que anticipan lo que el viajero se va a encontrar allí, mientras que otros simplemente son objetos de leyendas e historias en torno figuras o sucesos fuera de lo normal. Sin embargo, otros espacios se han ganado su reputación debido a una serie de sucesos inexplicables que los han convertido en puntos del planeta donde nadie quiere ir.
Este es el caso de la conocida como Costa de los Esqueletos, un litoral situado en Namibia que es uno de los más inhóspitos y fascinantes del mundo. Se extiende a lo largo de aproximadamente 500 kilómetros, desde el río Kunene, que hace de frontera con Angola, hasta el río Swakop, cerca de la ciudad de Swakopmund. Además, esta área se caracteriza por su clima extremadamente árido, resultado de la corriente fría de Benguela que fluye frente a sus costas, enfriando las masas de aire y limitando la formación de nubes que podrían generar precipitaciones.
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Un cementerio de barcos y bonitos paisajes
El nombre de Costa de los Esqueletos se debe a que en ella se ubican innumerables restos de naufragios que a lo largo de los siglos se han acumulado en sus arenas, testimonio vivo de la peligrosidad de sus aguas y de los desafíos que representa para la navegación. La neblina que frecuentemente cubre el área ha sido uno de los factores que ha contribuido a los numerosos naufragios, reduciendo la visibilidad y desorientando a las embarcaciones. A esto se suma la presencia de fuertes corrientes y vientos que complican aún más la navegación.
Igualmente, es uno de los lugares más aislados del mundo debido a sus condiciones extremas. Pero es precisamente aquí donde reside su encanto, pues gracias a ese aislamiento constituye un paraje prácticamente virgen donde los paisajes son maravillosos. Así, más allá de su inquietante nombre, se puede encontrar un paisaje dominado por dunas de arena, llanuras salinas y, por supuesto, los restos de barcos que a lo largo de los años han encontrado su final en estas costas. En este sentido, las imponentes dunas de arena se entremezclan con el claro azul del océano Atlántico, dando lugar a una imagen de ensueño.
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Un parque nacional
La Costa de los Esqueletos es una zona de gran importancia ecológica. La corriente de Benguela, a pesar de inhibir las precipitaciones, nutre una rica biodiversidad marina. En sus aguas abundan peces, lobos marinos y varias especies de aves. La interacción entre el desierto y el océano crea un ecosistema único, donde especies adaptadas a la aridez conviven con la abundante vida marina.
Por ello, la región ha sido declarada parque nacional, con el objetivo de proteger su singular ambiente natural y su patrimonio cultural. Dentro del Parque Nacional de la Costa de los Esqueletos, los visitantes pueden explorar esta singular mezcla de paisajes desérticos y marítimos, observar su fauna salvaje y, por supuesto, contemplar los restos de los naufragios, que siguen despertando la imaginación de viajeros de todo el mundo.
Aunque su acceso es limitado y se requiere de un permiso especial para visitar la mayor parte del parque, este enclave atrae a aventureros y amantes de la naturaleza dispuestos a descubrir sus secretos. La zona ofrece oportunidades únicas para el turismo de aventura, como safaris en 4x4, caminatas por el desierto y vuelos por la zona que permiten apreciar la magnitud de su paisaje.