La bonita ciudad de Cataluña que tiene una catedral del siglo XIII y la fiesta más ‘gigante’ de la comunidad

Historia, cultura y tradición es lo que se puede respirar en cada rincón de esta localidad. Además, cuenta con un rico conjunto monumental que atrae a infinidad de viajeros

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Historia, cultura y tradición es lo que se puede respirar en cada rincón de esta localidad. Además, cuenta con un rico conjunto monumental que atrae a infinidad de viajeros

En el corazón de Cataluña, más concretamente en el Prepirineo, se ubica uno de los pueblos más especiales de la comunidad. Su rico patrimonio permite descubrir una pequeña ciudad llena de historia, de tradiciones y de cultura artesana, donde la naturaleza también conforma uno de sus principales atractivos. Así, se pueden disfrutar de infinidad de actividades al aire libre como son rutas de senderismo, caminos ciclistas o una visita al bonito parque de la Mare de la Font.

Estamos hablando de Solsona (Lleida) una localidad que se mantiene fiel a su patrimonio y tradiciones. De hecho, se la puede denominar como la ciudad de los gigantes, ya que es el municipio catalán con más gigantes y bestiario popular por metro cuadrado. Pero esto no es todo, pues sus valiosos monumentos permiten disfrutar de unos atractivos increíbles, como es el caso del Castellvell o su imponente catedral.

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Su recinto amurallado

Solsona, en Lleida (Shutterstock).
Solsona, en Lleida (Shutterstock).

La ciudad de Solsona tiene su origen en el siglo X, cuando le fue concedido el título de ciudad por Felipe II. La ciudad está custodiada por las imponentes murallas que datan de la Edad Media, periodo durante el cual la localidad experimentó un notable crecimiento. De este recinto se pueden apreciar numerosos restos como es el caso de las tres torres de la zona del Vall Calent. Igualmente, el Portal del Font es uno de los tres portales de acceso que ser conservan y permitían la entrada a la ciudad.

“Después de construirse el puente de piedra de doce arcadas a finales del siglo XVIII y destruido en 1939, este portal, terminado en 1805, se convirtió en la entrada principal a la ciudad. El antiguo portal medieval estaba situado más arriba, donde se puede percibir en el pavimento”, explican desde Turismo de Solsona. A su vez, en el patio privado del Palacio Episcopal se descubrió en 2009 unos restos de la antigua muralla y el foso donde se abría la puerta del palacio.

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El foso, excavado en el siglo XIV en la roca natural, presenta una profundidad de unos cuatro metros y su función era la de proteger a la ciudad de los ataques enemigos. “Se puede ver también vestigios de un claro ejemplo de las fortificaciones que levantó Ramon Folc X, vizconde de Cardona”, detallan.

Por su parte, el Palacio Episcopal se construyó en el siglo XVIII por petición del obispo Lasala y su fachada principal es uno de los mayores exponentes del neoclásico catalán. En su interior se puede disfrutar de un museo, el cual es uno de los primeros que se fundaron en Cataluña.

Los monumentos de Solsona

Catedral de Solsona, en Lleida (Shutterstock).
Catedral de Solsona, en Lleida (Shutterstock).

Más allá de los restos del recinto amurallado, Solsona permite disfrutar de verdaderas joyas monumentales como es su catedral. Este templo románico original se levantó entre los años 1070 y 1163, y a día de hoy se conservan notables testigos como los tres ábsides, el campanario, el claustro, la bodega y el comedor de los canónigos, actual sala de los Santos Mártires. Sin embargo, la catedral actual presenta un estilo gótico y fue construida entre los siglos XIII y XVII.

En su interior se pueden apreciar estancias como la capilla de la Mercè, con un retablo barroco, así como la capilla donde se venera la imagen de la virgen del Claustre, del siglo XII, catalogada como una de las esculturas más importantes del románico catalán. A su vez, “la puerta exterior de la plaza de la catedral es neoclásica (1780) con un relieve de san Agustín en éxtasis. En la plaza de Palau se encuentra la fachada barroca de la Asunción (1769)”, explican.

Igualmente, la Plaza Mayor de Solsona es otra de las paradas imprescindibles en la ciudad, pues en ella se celebran las fiestas más importantes de la localidad. Junto a ella, destacan otros espacios como son la poza de hielo, la torre de las Horas, la fuente de la iglesia, o la plaza de Sant Joan. Asimismo, destacan ejemplos de arquitectura civil como es la casa natal del pintor Francesc Ribalta y la casa Morató, que fue el hogar del linaje de escultores del siglo XVIII, donde Carlos Morató estableció su taller.

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Por otro lado, el modernismo es palpable en las calles de Solsona, pues se pueden apreciar varios edificios que se adecuan a la perfección con la arquitectura civil popular. Así, destaca el Hotel Sant Roc, construido en 1929, A esto hay que sumar una fuerte influencia del linaje de los Llobera, pues calles, monumentos y edificios llevan su nombre. Este es el caso del hospital Llobera, el portal Llobera y la calle Llobera. Por último, el viajero no se puede ir sin visitar la atalaya de Castellvell desde donde puede contemplar la mejor vista de la ciudad.

Costumbres y tradiciones

Solsona, en Lleida (Shutterstock).
Solsona, en Lleida (Shutterstock).

Otro de los aspectos que diferencia a Solsona son sus festividades y tradiciones, especialmente el Carnaval, celebrados a finales de invierno, y la Fiesta Mayor, entre el 7 y el 11 de septiembre, “de una solemnidad rigurosamente pautada”. El Carnaval de Solsona, declarado fiesta de interés turístico nacional, se adueña de las calles durante una semana. Mientras que la Fiesta Mayor tiene una tradición que se remonta al siglo XVII, cuando la Virgen del Claustre fue proclamada patrona de la ciudad

Durante esta festividad, reconocida como fiesta patrimonial de interés nacional, “salen a bailar compasadamente unos gigantes solemnes que tienen una retirada con las figuras de la estatuaria barroca. Uno de ellos, el dragón inmemorial, de una belleza enigmática y amenazante, es todavía el mismo que danzaba hace más de trescientos treinta años”, cuenta Turismo de Solsona.

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Cómo llegar

Desde Barcelona, el viaje hasta Solsona es de alrededor de 1 hora y 30 minutos por la carretera C-55 (hay peajes). Por su parte, desde Girona el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 55 minutos por las vías C-25 y C-55.

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