La Supercopa de España da este miércoles el pistoletazo de salida. La competición, como es habitual desde que se trasladó a Arabia Saudí, llega marcada por la polémica suscitada, no solo por el emplazamiento, sino también por el reparto económico. Aunque lo cierto es que la Supercopa echó a andar envuelta en la polémica. Tal fue la situación que la primera edición que se iba a disputar no pudo celebrarse debido al estallido de la Guerra Civil. Los protagonistas, Real Madrid y Athletic Club, se quedaron sin poder competir por el nuevo título y ahora vuelven al torneo en busca de sumar la copa de nuevo a sus vitrinas.
Corría el año 1936. El entonces presidente de la Federación española de Fútbol, Leopoldo García-Durán, barajó distintas posibilidades para hacer evolucionar el fútbol en España. En cuanto a la competición, Athletic Club y Real Madrid eran los dos reyes nacionales y entre ellos repartían los títulos. Cada uno fiel a su estilo y esencia. El Athletic fiel a una plantilla y cantera formada única y exclusivamente por jugadores vascos (una característica que actualmente siguen manteniendo). Por su parte, el club blanco ya desprendía poderío con fichajes de tronío como Ricardo Zamora, jugador por el que pagó 150.000 pesetas. Un elevado desembolso para la época.
Esa temporada 35-36, el Athletic ganó la Liga, mientras que los blancos tuvieron que conformarse con un segundo puesto. La venganza blanca no tardó en servirse y fue la Copa el escenario en el que la llevaron a cabo, dado que el Real Madrid consiguió eliminar a los vascos para posteriormente alzarse campeón tras acabar con el FC Barcelona en la final disputada en Mestalla. Los blancos se adelantaron en los primeros minutos del encuentro gracias a los goles de Eugenio y Lecue. Escolà recortó distancias en el minuto 29 de la primera parte y dio esperanzas a los azulgranas de conseguir remontar el duelo. Nada más lejos de la realidad. El marcador no había vuelto a moverse cuando el árbitro pitó el final del partido. El Real Madrid levantaba su séptima Copa.
Con el Athletic y el Real Madrid como dueños de los dos títulos nacionales, Leopoldo García-Durán decidió que era el momento de que los dos campeones se enfrentaran en una Supercopa como inauguración de la temporada 36-37 con el fin de elegir al supercampeón de España. La idea fue aprobada por la RFEF, pero no pudo ponerse en práctica. La Guerra Civil española truncó la idea de García-Durán y este perdió la presidencia de la Federación, que no fue ocupada durante los tres años que duró el conflicto, aunque no fue el único afectado. Ambos equipos perdieron a muchos de sus jugadores en la guerra y otros tantos se marcharon de España exiliados. Y la idea de la Supercopa permaneció guardada en un cajón.
El primer torneo de la Supercopa de España
La nueva directiva de la Federación, tras concluir el conflicto armado, recelaba de la idea de llevar a cabo una Supercopa, dado que se trataba de un invento republicano. Lo que sí autorizaron fue un enfrentamiento entre los ganadores de la Liga y la Copa de la temporada 39-40, el Athletic Aviación y el Espanyol. El torneo, que carecía de carácter oficial, recibió el nombre de Copa de los Campeones. El título se disputó a doble partido. En el primer duelo empataron a tres en Barcelona, mientras que en el segundo, el Athletic Aviación ganó 7-1 en Madrid.
No fue hasta el año 1945, cuando la idea de enfrentar a los dos campeones de España volvió a ponerse sobre la mesa. El apoyo de la embajada de Argentina fue clave para que la Federación catalana pudiera volver a organizar la competición. Esta vez fue bajo el nombre de la Copa de Oro con el FC Barcelona como ganador del título tras imponerse al Athletic por 5-4. En 1947, vio la luz de nuevo bajo el nombre de la Copa de Eva Duarte de Perón. Con este nombre la competición se disputó año tras año hasta 1953, un año después de que muriera Eva Perón.
Tras ello, la Supercopa no volvió a disputarse hasta el año 1982 y fue gracias a José Luis Núñez, presidente del FC Barcelona y tiempo después vicepresidente de la Federación. Pablo Porta, entonces presidente de la RFEF, le acogió y escuchó todas sus ideas. Muchas de ellas desaparecieron tras ponerse en marcha, pero hubo dos que calaron y que aún hoy siguen vigentes: la ampliación de 18 a 20 equipo y la implantación de la Supercopa de España.