Redención blanca. El Real Madrid llegaba a la Copa Intercontinental por la puerta grande, con acceso directo a la gran final y tocados por la gloria del The Best; a diferencia del resto de participantes que han tenido que disputar las fases previas. Esa alfombra roja marcaba distancia entre los españoles y los mexicanos antes de que el balón comenzara a rodar sobre el verde. Tras unos minutos iniciales donde el Pachuca se ha lanzado al ataque y los Carlo Ancelotti no sabían ni por dónde les veían. Finalmente, los blancos despertaron y dejaron sobre el césped un ambiente de rebeldía protagonizado por Vinicius y su impecable jugada para ceder el primer gol a Mbappé; y Rodrygo con un magistral golazo nada más arrancar la segunda mitad y un tercero de Vinicius para sentenciar el duelo.
Tras un inicio de temporada gris tirando a negro, tras muchos tropiezos, críticas, reproches... los blancos comenzaban a recuperar sensaciones tras cosechar dos victorias consecutivas ante el Girona y el Atalanta. El empate ante el Rayo volvía a ponerles la soga sobre el cuello, la misma que han portado toda la campaña. Los blancos aterrizaban en Qatar dispuestos a cambiar el rumbo de campaña. Enfrente, el Pachuca, que terminó en el antepenúltimo puesto durante la apertura 2024 de la Liga MX, aunque recuperaron confianza con las victorias en las fases previas de la Copa Intercontinental, consiguieron recuperar cierta moral. Con el pitido inicial, el guion daba un giro de 180 grados. El club mexicano se lanzaba al ataque y protagonizaba la peor pesadilla de los blancos: que les presionen.
Lejos de desmoralizarse, como en pasadas ocasiones, los de Carlo Ancelotti supieron sobreponerse a la situación y volver a encarrilar el guion del encuentro. Los minutos pasaban y la posesión se fue tiñendo poco a poco de blanco. El Real Madrid puso cierta calma en el terreno de juego una vez se hizo con el balón para poner fin a ese tira y afloja que habían sido los minutos iniciales. La bola circulaba por el terreno de juego, los jugadores de Chamartín se iban gustando, las cosas comenzaban a salir por primera vez en toda la temporada. Evidenciaban ese juego que el Santiago Bernabéu lleva largo tiempo reclamando.
Tras varias embestidas blancas, Rodrygo protagonizaba la ocasión más clara hasta el momento para los suyos, pero acababa saliendo por la línea de fondo. Minutos más tarde, en el 36 de partido, el Real Madrid se adelantaba en el marcador. La jugada arrancaba con el balón en la banda en los pies de Vinicius. El brasileño hizo su magia y tras mostrar un impecable truco para anular totalmente al guardameta del Pachuca, decidió revelar su secreto con Mbappé, para que fuera el francés quien firmara la actuación. Con cierta ventaja en el marcador, el Real Madrid ya sí empezaba a sentirse cómodo en el Estadio de Lusail, mientras el club mexicano trataba de volver a poner el duelo en tablas. La primera mitad llegaba sin que fueran capaces de batir a Courtois.
Rodrygo y Vinicius se suman a la fiesta
El segundo asalto comenzaba de la misma manera que la primera: con el Pachuca tanteando la portería de Courtois. Y una vez más, el Real Madrid volvía a dar un golpe sobre la mesa para poner la victoria de cara. Siete minutos después de que el árbitro señalara el inicio de los segundos 45 minutos, Rodrygo ampliaba la distancia de los blancos en el marcador con un impecable golazo. El tanto tuvo que pasar por la revisión del VAR antes de subir al luminoso, debido a un posible fuera de juego de Bellingham. El festejo se quedó a medias, pero gol subió al marcador. Sobre el césped empezaba a sentirse ese ambiente de fiesta. Aunque necesitaban poner la guinda. No cesaron los ataques blancos en ningún momento, pero el tercer se resistía a llegar.
Entrados ya en los últimos 10 minutos de partido, Lucas Vázquez caía en el área tras una entrada de Idrissi. El árbitro volvía a recurrir al VAR para comprobar si debía pitarlo o no. Tras revisar la jugada, finalmente señalaba la pena máxima. Vinicius iba directo a por el balón. Solo faltaba él por marcar de la VMR. Tenía que ser él quien lanzara desde los once metros. A punto estuvo de fallar, dado que Carlos Moreno adivinó el lado e incluso tocó el balón, pero no fue suficiente para pararlo. Con 3-0 en el marcador, el partido ya estaba más que sentenciado. Solo debían mantener el resultado. Casi consigue el cuarto el brasileño, pero la vaselina se le quedó corta. Instantes después, el colegiado señalaba el final del encuentro certificando la victoria del Real Madrid, que volvía a ponerse la corona de campeón del mundo. Los blancos habían vuelto a conquistar la Copa Intercontinental, había conseguido redimirse, habían conseguido levantarse tras pasar largo tiempo sobre la lona.