La llamada que pretendía estafar al manager de Michael Schumacher: “Dame 12 millones o filtraremos fotos del piloto en la dark web”

El caso sobre el chantaje a Michael Schumacher avanza. Hace unas semanas, salió a la luz el tormentoso episodio que vivió la familia del expiloto con un intento de extorsión que involucró a tres individuos, uno de ellos vinculado estrechamente al círculo de confianza de Schumacher. Una situación por la que incluso llegaron a exigirles 15 millones de euros para no difundir el contenido de los archivos sustraídos, entre los que se encontraban informes médicos del piloto. Ahora, el juego ha dado el pistoletazo de salida y la primera en declarar ha sido Sabine Kehm, persona que se encarga de manejar los asuntos del famoso expiloto de Fórmula 1 Michael Schumacher.

Este intrincado caso involucra a tres individuos: Markus Fritsche, antiguo guardaespaldas de Schumacher, Yilmaz Tozturkan, un portero de discoteca, y su hijo Daniel Lins, conocido por sus habilidades en informática. Los tres están acusados de intentar lucrarse con material visual y datos confidenciales, presuntamente obtenidos de la casa del piloto en Suiza. El relato comenzó cuando Sabine Kehm recibió insistentemente llamadas de un número desconocido. Finalmente, atendió una de estas comunicaciones y se encontró con un hombre que ofrecía “proteger” a la familia Schumacher de la difusión de comprometedoras imágenes, a cambio de una exorbitante suma de dinero. Según Kehm, el hombre se presentó como un intermediario que ya poseía material altamente personal del expiloto.

El juicio en Wuppertal investiga cómo Markus Fritsche, utilizando su antigua posición como guardia de seguridad en la residencia de Schumacher, capturó clandestinamente ciertas imágenes y las guardó durante un tiempo, antes de ser despedido en 2021. Los años de servicio en la casa suiza de Schumacher se habrían convertido en una ocasión para reunir el material con el fin de extorsionar más adelante.

Yilmaz Tozturkan confesó en la corte que Fritsche le había entregado un conjunto compuesto por 1.500 imágenes y 200 videos, además de información médica sensible. La transacción de este material se produjo en una reunión celebrada en un café, donde Tozturkan aceptó investigar el potencial económico de las imágenes. Eventualmente, el trío habría optado por abordar directamente a la familia Schumacher después de no encontrar compradores interesados. Las pruebas principales, almacenadas en dos discos duros y varias memorias USB, fueron localizadas, aunque uno de los discos desapareció bajo misteriosas circunstancias, complicando el esclarecimiento del caso. Tozturkan asegura que parte del material pudo haber provenido de una enfermera que había trabajado para la familia Schumacher y que podría haber colaborado con Fritsche.

Durante las primeras sesiones de la vista, la atención se ha centrado no solo en los detalles del complot, sino también en las relaciones personales y profesionales que los acusados mantenían con empleados de Schumacher. Kehm destacó en su testimonio cómo ciertas colaboraciones y amistades sospechosas podrían haber facilitado la filtración del material.

El proceso se extenderá a lo largo de cinco sesiones, con una resolución esperada para el próximo año. Las confesiones de los acusados podrían atenuar sus penas, limitando el castigo a un máximo de cuatro años de cárcel, según estimaciones de medios locales. Mientras tanto, la familia Schumacher, notoriamente reservada sobre el estado de salud del piloto desde su accidente en 2013, ha solicitado que cualquier información relacionada con su condición no sea discutida públicamente en la corte, buscando proteger su privacidad ante la atención mediática que rodea al caso.