El futbolista de 31 años, Jesé Rodríguez, ha roto el silencio. El actual jugador del Johor Darul Takzim FC, un equipo de la liga de Malasia, llevaba tiempo apartado de los focos y ahora ha vuelto a elevar las cotas de interés en torno a su persona con las últimas declaraciones lanzadas durante una entrevista en la que hizo repaso de su carrera. A bordo de su Lamborghini Urus Mansory Venatus, el exjugador del Real Madrid se abrió con el youtuber Mowlihawk y trató temas como su debut con el club blanco, su relación con Cristiano Ronaldo, su mejor momento o su mala experiencia con el PSG.
Jesé siempre ha sido del Real Madrid, aunque confiesa que cuando era pequeño su gran ídolo era Ronaldinho: “En ese momento, y no porque estuviera en el Barcelona, me gustaba Ronaldinho. La magia, la calidad, la técnica… Yo me sentaba a verlo y era como el que va al teatro y va a ver un espectáculo. Lo imitaba, hasta que conocí a Cristiano. Era cuando estaba en el Sporting de Portugal. Cuando estaba en el Manchester, ya lo seguía”. Ante la pregunta de si era del Madrid o del Barcelona, él lo tiene claro: “Madrid siempre”.
Con tan solo 13 años llegó a las filas blancas y, a partir de ese momento, su ascenso fue meteórico: “Pasé solo dos años en el Castilla. Debuté con 16, terminé esa temporada, empecé la siguiente, en 2ºB, subimos a Segunda. Me iban a subir, pero dijo Floren: ‘Déjalo que juegue otro año en Segunda porque es casi profesional’. Y al año siguiente estaba en el primer equipo. En Segunda superé el récord de goles de Butragueño. Había anotado 21 goles y yo marqué 22″. Y añade: “Al año siguiente estaba en Las Palmas y me llama Karanka, que era segundo con Mourinho y con el que me llevaba muy bien, para decirme que si estaba preparado para ir a la pretemporada. Acababa de llegar Mourinho y Karanka le dijo: ‘A este hay que llevarle. Metí un gol con el pecho en China tras un centro de Di María de rabona y ese mismo año, con 18, debuté contra la Real. Salió Cristiano y entré yo. En ese momento me quería comer el mundo’”.
José Mourinho fue el entrenador que le dio la primera oportunidad a Jesé: “Es un pedazo de entrenador. Listo y estratega. Se nota que tiene mucha calle. Pero con algunos jugadores chocaba porque tenía mucho carácter. Yo tengo un par de episodios de discusión, pero en plan jugador-entrenador, sin faltar el respeto. Le ponía la polémica, pero es buen tío. Me ayudó a mejorar mucho”. Lo cierto es que pronto comenzó a destacar en el primer equipo. Tal fue la situación que incluso llegó a robarle el puesto a grandes jugadores: “Yo tuve la sensación de decir ‘voy a jugar yo y este no va a jugar’ antes de la lesión. Yo jugaba y Bale no jugaba. Costó 120 millones de euros y yo salí gratis. Él hablaba muy poco y en inglés. Ancelotti tuvo los huevos de sentarlo en el banquillo y ponerme. Otro entrenador a lo mejor no lo hace. A Florentino le gustaba mucho que los canteranos le solucionaran los partidos porque acababa diciendo: ‘Yo he apostado por ellos’”.
Su rivalidad con Gareth Bale no quedó ahí: “Cuando llega dice que quiere jugar en la izquierda. Cristiano se enteró, y entonces, con Ancelotti y Florentino, le dicen: ‘Tú, a la derecha’. Y yo detrás descojonado. Pero piques entre nosotros no había. Sí que había caras largas, pero qué me va a decir si no sabe hablar. En el Madrid eran todos muy profesionales”. Las capacidades y habilidades que demostró el canario sobre el campo provocaron que se le comparara con Cristiano Ronaldo y que se ganara el apodo de el bichito: “Es verdad que teníamos aspectos parecidos, pero la prensa lo inflaba mucho. Para mí era como un espejo, y lo tenía en casa. Quería ganar lo que él ya había ganado. Imponía mucho por su seriedad y profesionalidad. Alguna vez nos decía, vamos a cenar con Sergio (Ramos). Lo conocí cuando aún era juvenil, dándose un baño de agua fría. Cuando yo subí al primer equipo se acordó de eso”.
Sin embargo, entre tantas luces hubo muchas sombras: “Había mucha gente que se metía mucha mierda para rendir. Eso antes no estaba tan controlado como ahora. No estoy criticando ni juzgando a nadie, pero era así. Lo que pasa que a lo mejor públicamente no salió”.
La lesión de rodilla y su experiencia en el PSG
Uno de los momentos más duros en su carrera fue la lesión de rodilla: “Con el tiempo me di cuenta de que ese día me cambió la vida para siempre. Fue uno de los peores días de mi vida. Antes de ello me sentía en el mejor momento de mi carrera. Sabía que si mantenía ese ritmo le podía discutir a cualquiera. Era joven y lo estaba haciendo muy bien en el mejor club del mundo, con la mayor presión. Florentino me llevó al mejor cirujano de Alemania. Pero cuando tuve la infección y me tuvieron que limpiar dos veces, dije: ‘Se acabó’. Cuando me empecé a encontrar mejor en mi último año con el Madrid se acababa la Liga”.
Tras su salida del Real Madrid, emprendió un viaje a Francia para vestir la camiseta del PSG: “Si hubiese querido me hubiera quedado en el Madrid, pero apareció la opción del PSG. Como no estaba teniendo muchos minutos pensé en irme a París porque iba a jugar y tener minutos. Encima estaba Emery de entrenador, que fue el que me llamó. El Madrid hizo muchos fichajes y quería ir a la Eurocopa con la Selección, porque ya estuve a punto de ir al Mundial de Brasil. Del Bosque me iba a llevar, pero me lesioné. Además, me mejoraban el contrato y pagaban mucho más. Y mira que en el Madrid, que cobrábamos cada seis meses, pagaban muy bien. Cobraba algo menos de cinco millones de euros brutos. La primera vez que vi un millón en la cuenta dije: ‘Agüita, ¿esto por meter goles?’”.
Y añade: “En el PSG debuté dando el pase de gol de la victoria en el primer partido, pero luego estuve dos meses KO por una apendicitis y en invierno me dijeron que me tenía que ir. Le dije a Emery que me sentía engañado. El presidente (Nasser Al Khelaïfi) no me quería ver ni en pintura. No sé si le gustó más mi mujer que yo. No me dieron ninguna explicación. Podías cobrar mucho, pero me trataron muy mal. Ahí me di cuenta de que el Madrid es el mejor del mundo en todo. Me sentía que trataba con un tío que es billonario y usa a los jugadores como si fueran chapas”.
Respecto a su relación con Mbappé: “No había tanta diferencia con las sensaciones que tenía cuando entrenaba con Cristiano. Los dos eran iguales, metían goles en todos los entrenamientos. Los dos tienen sus diferentes talentos, pero ya se veía que Mbappé iba a ser una estrella. Tuve un par de conversaciones antes de irme con él, me preguntó que qué tal era el Real Madrid como club y yo le dije que era el mejor club del mundo y que si quería ganar el Balón de Oro fichara por el Madrid. Pero ahora a ver quién lo gana entre Vinicius y él. El Madrid está preparando un equipo para dominar LaLiga años”.