Desde que estalló el ‘Caso Rubiales’, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se ha visto sumida en una tormenta de críticas e inestabilidad que no han logrado solucionar. Además del escándalo en la celebración del mundial femenino, Pedro Rocha, el sustituto en funciones, también ha tenido que asumir las consecuencias de sus actos.
El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) acordó su inhabilitación por un periodo de dos años. El motivo de esta decisión fue el despido del secretario general, Andreu Camps. Pese a sus reclamaciones, la Audiencia Nacional reiteró la decisión del TAD, por lo que no podrá presentarse a las elecciones. En plena renovación de la RFEF, el lunes 25 de noviembre se renovó la asamblea; el plazo para presentar las candidaturas a la presidencia arrancó el 28 de noviembre y se extenderá hasta el 2 de diciembre.
Hasta el momento, la única persona que ha presentado una candidatura firme ha sido Juanma Morales, aunque, a esa lista se ha sumado un nuevo nombre: Rafael Louzán. Para ser candidato, es necesario obtener 21 avales. Entre los posibles postores a la presidencia podrían estar Pablo Lozano de la Federación Andaluza, Rafael Louzán, de la Gallega, y Monje, de la Murciana.
Quién es Rafael Louzán
Rafael Louzán Albal nació en Ribadumia, Pontevedra (España) el 21 de noviembre de 1967. A sus 57 años, es el 32º presidente de la Real Federación Gallega de Fútbol, desde 2014; cuatro años más tarde, en 2018, volvió a salir elegido sin necesidad de votación al no haber más candidatos. Además, es miembro de la Junta Directiva de la RFEF desde diciembre de 2019. Además, es funcionario de la Administración Local, en 1995 fue investido teniente de alcalde en su ayuntamiento. También salió elegido diputado de la Diputación de Pontevedra por la comarca del Salnés. Entre el año 2000 y el 2015, ejerció como presidente del Partido Popular de Pontevedra.
En el año 2017 realizó el Curso Superior Universitario de Gestión Deportiva FIFA/CIES, un programa desarrollado por la propia RFEF, la Universidad Rey Juan Carlos y el Centro Internacional de Estudios del Deporte (CIES), en colaboración con la FIFA.
Pese a la novedad de su candidatura, ya se ha postulado como uno de los favoritos para ser el próximo presidente de la RFEF, principalmente, porque contaría con el favor de Pedro Rocha. Además, también tendría de su lado a LaLiga, lo que le permitiría contar con los votos de los clubes profesionales. Su amistad con Rocha viene de lejos, concretamente de cuando Louzán ejercía como vicepresidente de la Junta Directiva que encabezaba el expresidente.
Su experiencia deportiva va más allá; fue presidente de Primera RFEF, la tercera división del fútbol español. Tomo el cargo en abril de 2024, tras la salida del catalán Joan Soteras. Anteriormente, había sido el responsable de la Tercera RFEF, hasta que, en 2022, ascendió a la Segunda Federación.
El favorito, pero... ¿la mejor opción?
Pese a su experiencia, la hemeroteca nunca olvida el pasado, y este puede acabar pasando factura. La estrecha relación que mantuvo con el PP gallego le acabó costando más que dinero. Desde que entró en la Diputación, estableció una red propia de apoyos, a la que apodaron ‘el sindicato de alcaldes’. Su estilo se definió por las mociones de censura y por la proliferación de campos de hierba artificial en toda Pontevedra.
Ese ‘sindicato’ fue clave para que Alberto Núñez Feijóo, actual líder del Partido Popular nacional, se impusiese en la sucesión de Fraga. Cómo recoge elDiario.es, el propio Louzán amenazó a los alcaldes que le seguían con retirarles su apoyo y el dinero de su institución si no se inclinaban del lado de Feijóo. Esta estrategia le costó más de un dolor de cabeza, aunque se pudo librar.
Se le acusó de un supuesto soborno, que se habría tapado con un sobrecoste que el ahora candidato a la RFEF y su mujer cobraban a un diputado popular por unos bajos comerciales en barrio de Navia, Vigo. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) anuló todas las pruebas de la Fiscalía, ya que consideraron que se había llevado a cabo una investigación “prospectiva”.
Este no fue su único coqueteo con la justicia; en 2021, un juzgado de Pontevedra lo condenó por fraude y prevaricación en la construcción de uno de los campos de hierba artificial que había mandado instalar en la localidad de Moraña. En la sentencia se recoge que se había pagado, en 2013, 86.311 euros por unas obras de mejora que ya se habían realizado en 2011. Louzán recurrió y se retiró la condena por fraude, pero no se le perdonó por prevaricación. Finalmente, le inhabilitaron para ejercer un cargo público durante siete años, es decir, hasta 2029, por el Juzgado de lo Penal nº 3 de Pontevedra.
El miércoles 27 de noviembre, tanto él como 10 de los 19 presidentes territoriales se reunieron en un restaurante en Torrelodones, como desveló Relevo. Durante la comida, Louzán ‘ejerció' como presidente, aunque todavía cae sobre él un cargo de inhabilitación. No obstante, esta condena está recurrida ante el Tribunal Supremo y pendiente de resolución. Desde su entorno están convencidos de que no afectará a su candidatura. Sin embargo, los estatutos de la RFEF se recoge, como cuarto requisito para formar parte de un órgano, el “no estar inhabilitado para desempeñar cargos públicos”, pese a ser una entidad privada.
Este recurso es lo que le permite seguir al mando de la Federación Gallega, pero si sale elegido y, posteriormente, se ratifica la condena, cabe la posibilidad de que sea inhabilitado de su cargo en la RFEF. Según el artículo 17.3 de la Orden Ministerial, para ser elegible una persona como presidente se requiere “no estar inhabilitada para ocupar cargos directivos o de representación en el ámbito deportivo por resolución firme en vía administrativa dictada por el órgano disciplinario competente, ni estar inhabilitada para el desempeño de cargo público o de representación por sentencia judicial firme, ni estar inhabilitada en el ámbito deportivo por resolución definitiva de un Tribunal Deportivo, una federación nacional o internacional”, como indican desde Iusport.
El gobierno podría intervenir
Miguel Galán, presidente de CENAFE, el Centro Nacional de Formación de Entrenadores de Fútbol del Ministerio de Educación y Formación Profesional del Gobierno de España, anunció que sería absolutamente “impugnable” si Louzán se presentase a la presidencia.
El País adelantó que el Consejo Superior de Deportes (CSD) no hace interpretaciones “en positivo” de los estatutos de la propia RFEF y se remiten a las reglas, por lo que no se puede presentar nadie que esté inhabilitado para un cargo público. Por ello, si el día 3 de diciembre se confirmara la candidatura de Rafa Louzán, el Gobierno denunciaría la propuesta al resultar inelegible.
Debido a la naturaleza de la denuncia, al TAD le debería dar tiempo a tomar una decisión entre el 3 y el 16 de diciembre, día en el que se pretende presentar al nuevo presidente. El máximo tribunal del Deporte español puede reunirse de forma extraordinaria o como haga falta para sacar adelante esta decisión, incluso solicitando más tiempo y hasta retrasando la votación final. La intervención del Tribunal no implica que su candidatura esté muerta de origen, ya que podrían entender que sí puede presentarse.