La reciente retirada del mejor tenista español de la historia sigue causando reacciones en el mundo del deporte. Rafael Nadal ha dejado huella en las pistas de todos los rincones del circuito ATP con sus puntos de fantasía, su lucha y sus golpes de ensueño. Tras una longeva carrera, de la que se dudó en su momento en el año 2005 por una lesión crónica, el balear ha colgado la raqueta después de defender los colores de España en la Copa Davis.
Perdió su partido y cerró el ciclo a una trayectoria inmaculada en actitud y en cuanto a títulos. La admiración por él es tal que son decenas de deportistas del más alto nivel de todas las disciplinas los que han querido tener un detalle con él. A pesar de que su despedida no podido estar a la altura de las circunstancias, los mensajes y cartas sí que han cumplido con las expectativas. Uno de ellos ha sido el de Emilio Sánchez Vicario, que se ha querido acordar de forma emotiva de su vivencia como capitán en la Davis en ediciones pasadas, como ha resaltado El Español.
La carta, al detalle
En el escrito dedicado al mejor deportista español de todos los tiempos sin discusión, el extenista se refiere a Nadal como un “superhéroe”, tal y como ha demostrado con remontadas que nadie creía posibles salvo él. Sin embargo, narra también el proceso del balear para alcanzar el Olimpo del deporte, que no fue nada fácil. “Eligió a los 11 años jugar de zurdo siendo diestro”, comienza Sánchez Vicario a explicar el proceso de transformación que Nadal experimentó en sus bases. “Su grandeza es difícil de resumir, es como un estado excepcional de rendimiento y superioridad”, complementa para resaltar el nivel que alcanzó el español tras ese cambio en su estilo voluntario.
Después de coincidir y ver el nivel del de Manacor, él ya supo que tenía delante a un potencial talento, pero no de tan alto calibre como finalmente ha sido. “Al verle jugar vi a un superdotado, pero no vi al superhéroe”, narra el excapitán de la Davis. “Fue impresionante verle ganar con apenas 15 años, con un dominio total del centro del campo”, añade para evidenciar la superioridad e inteligencia de su juego con esa corta edad. Más allá del talento, el trabajo y el esfuerzo eran sinónimo del balear. Al hilo de ello, Nadal destacaba por una característica única en los más grandes como Jordan o Severiano, “que definía la grandeza con sus 4 C’s: Condición, Cabeza, Corazón y Coraje”.
Por otro lado, la profesionalidad del isleño también dejaba mella y ha sido un modelo a seguir en todo momento por su seriedad en los momentos en los que entrenaba y buscaba crecer como tenista. “Es el jugador que mejor y más atento ha escuchado a cualquier consejo para convertirlo en parte de su repertorio”, afirma Vicario para engrandecer la humildad del campeón de 22 Grand Slams. “Con un objetivo único, ser mejor”, añade, para evidenciar que siempre ha buscado la excelencia a pesar de las dificultades.