El 19 de noviembre de 2024 será una fecha que quedará grabada a fuego en los libros de historia del tenis y del deporte en general. Es el día en que Rafa Nadal pisó una pista por última vez como tenista profesional, es el día en que puso el punto y final a una carrera de 23 años y el día en que colgó la raqueta para siempre. Y aunque ahora lo haya sido todo en el tenis, cuando Nadal era pequeño y empezaba a hacer sus primeros pinitos en el mundo de la raqueta, también destacaba en otro deporte: el fútbol. “Él marcaba las diferencias, y dentro del equipo era un referente a nivel técnico y por su carácter”, asegura Toni Mesquina, el entrenador de fútbol de Nadal en el Club Deportivo Manacor, a Infobae España.
En la familia del mallorquín, el deporte se respiraba por los cuatro costados. Con Miguel Ángel Nadal jugando en el RCD Mallorca y en el FC Barcelona y Toni Nadal ejerciendo como entrenador de tenis, un joven Rafa se vio incapaz de elegir entre los dos deportes reyes en su familia y se apuntó a ambos. En el Club Deportivo Manacor comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo del fútbol. Por entonces, Nadal debía jugar en Benjamín, pero acabaron metiéndole en Alevín, una categoría superior. “Por sus condiciones físicas y técnicas, era un chaval aventajado y se decidió subirle de categoría. Y ahí lo estuve entrenando durante dos temporadas y era un chaval muy competitivo, muy disciplinado. Quería aprender. Se le veía que tenía ya unas maneras de liderar y marcaba un poco las diferencias. Se veía que podía ser un buen jugador de fútbol”, recuerda Toni Mesquina.
La misma confianza que mostró de mayor en sus habilidades y su capacidad para lograr los objetivos ya la tenía cuando era un niño: “Era un chaval reservado, tímido, pero con mucha confianza en sus posibilidades”. Por entonces, cuando jugaba al fútbol, ya mostraba ese gen competitivo que demostró después durante tantos años en el tenis. De hecho, ni siquiera le hacían falta las palabras: “Simplemente entrenando o viendo lo que estaba haciendo en el campo, su manera de jugar, su ímpetu, sus ganas, su fuerza mental (que tenía ya a esa edad), contagiaba bastante al equipo y a muchos jugadores”. Rafa se convirtió en el pilar del equipo: “Él marcaba las diferencias y dentro del equipo era un referente a nivel técnico y por su carácter”.
Por entonces, Nadal jugaba en la banda izquierda, ya que era zurdo cerrado. Tenía velocidad, técnica y gol. Todo lo que un entrenador puede pedir. Después de dejarse la piel en el campo de fútbol, cambiaba las botas por la raqueta. “Muchas veces ya iba con todo en la misma bolsa de entrenamiento, y del campo de fútbol se iba a la pista de tenis para entrenar con el tío Toni, y la verdad que se le daba fenomenal también”. De hecho, incluso parecía que le gustaba más dar patadas a la pelota que golpear con la raqueta: “Cuando lo conocí, él estaba apasionadísimo, le encantaba y le sigue encantando el fútbol. Además, recuerdo que me decía que se ponía más nervioso con el fútbol que con el tenis”, destaca Mesquina. Aunque reconoce que finalmente acertó con su decisión de quedarse con la raqueta, ya que “ha demostrado que es un fuera de serie”, pero considera que si se hubiera decantado por el fútbol “también habría hecho sus pinitos y posiblemente habría sido un buen jugador”.
El problema es que llegó el momento de tomar una decisión. En ese momento Toni Mesquina ya no le entrenaba, sino que contaba con otro técnico, que era menos flexible en cuanto a saltarse un entrenamiento para ir a jugar el tenis. Un hecho que le fue cerrando poco a poco las puertas del mundo del fútbol y le fue dirigiendo hacia el tenis. En un deporte o en otro, ya se veía que iba a ser un gran deportista. “La primera vez que le vi jugar al tenis me sorprendió para bien, pero jugando al fútbol también era increíble, podía haber sido un jugador muy importante”.
Lo cierto es que dejó al Toni del fútbol (Mesquina), por irse con el Toni del tenis (Nadal). Una broma que el propio entrenador le hizo al tío de Rafa una vez: “Si tu sobrino hubiera escogido el fútbol en vez del tenis; el tío Toni hubiera sido yo porque tampoco le habría dejado y le habría seguido en su carrera”. Al final fue su familiar el que le acompañó y le guio lo a lo largo de su carrera y “mira lo bien que ha ido”. Toni Mesquina también destaca: “Luego llegas o no llegas porque se pueden torcer los caminos. Pero ha estado muy bien enfocado, bien encaminado. Y su mentalidad también es muy importante, porque todo esto es innato”.
“Un ejemplo para todos”
Rafa se ha mantenido en la cúspide del tenis durante 23 años, en los cuales ha pasado por momentos buenos y malos, rachas de éxito, de lesiones, pero siempre ha mantenido ese carácter deportivo y esa esencia que siempre le ha caracterizado. Ahora que ha puesto punto y final a su trayectoria como tenista profesional, es inevitable no pensar en todo ello. “No se le puede pedir más a Rafa. Ha sido un ejemplo para todos y sería injusto decir que se hubiera podido hacer más cosas, porque con lo que ha conseguido y todo lo que ha hecho es increíble”, destaca Mesquina.
Lesiones a un lado, la trayectoria de Rafa cuenta con pocos borrones. “Rafa ha tenido una regularidad increíble. Ha perdido muy pocos partidos”. Ahora se abre un nuevo camino en el horizonte para Nadal. Nuevos retos. Nuevos proyectos. Y quien sabe, a lo mejor le espera una aventura en el mundo del fútbol. Ante esta posibilidad, Toni Mesquina (el Toni del fútbol) añade: “Si se mete en el mundo del fútbol que me llame y yo entro otra vez también”.