Llegó el momento que nadie quería presenciar, que todos querían posponer: el adiós de Rafa Nadal. La leyenda del tenis español y mundial, el rey de la tierra batida, ha puesto punto y final a su carrera tras una corta aventura en la Copa Davis. El equipo español no fue capaz de vencer a Países Bajos para seguir avanzando en el torneo. El resultado final fue de 1-2, tras perder un partido en individuales y otro en dobles, pero la fiesta no había acabado, le tenían reservada una gran despedida. Además, tras 23 años de carrera, el de Manacor ha amasado una gran fortuna, según Forbes.
En el ámbito deportivo, Nadal ha sobresalido notablemente, logrando 22 títulos individuales de Grand Slams, una hazaña que durante mucho tiempo representó un récord masculino sin precedentes hasta que fue superado por Novak Djokovic. En cuanto a ganancias, Nadal ha acumulado 134,9 millones de dólares en premios en efectivo, posicionándose como el segundo en la historia del ATP Tour, detrás de Djokovic. Sin embargo, estas representan solo una parte de sus ingresos totales.
A lo largo de su carrera, Nadal ha sabido capitalizar su éxito en la pista con una cartera de patrocinadores que ha sido clave para sus ingresos. Desde muy joven, selló un contrato con Nike que ha perdurado a lo largo de su carrera, junto a asociaciones con otras empresas importantes como Kia, Babolat y Richard Mille. Estos vínculos, estables y duraderos, le han permitido acumular más de 415 millones de dólares a través de patrocinios, apariciones y actividades comerciales. Aunque no ha alcanzado la cifra de su contemporáneo Roger Federer, quien acumuló alrededor de 1.100 millones de dólares en su carrera, la fortuna de Nadal es comparable a la de Djokovic y supera significativamente la de Serena Williams, figura destacada del tenis femenino. Este éxito económico se debe, en parte, a su capacidad para mantenerse relevante y atractivo para las marcas, incluso en periodos de lesión.
Nadal, conocido por su carisma y humildad, también ha diversificado su portafolio empresarial. Ha invertido en Playtomic, una startup dirigida a mejorar la experiencia de los tenistas aficionados para reservar espacios en canchas. Además, su incursión en el sector inmobiliario, con el desarrollo de propiedades de lujo en la Costa del Sol, refleja su habilidad para expandir su impacto y su legado más allá de las pistas. Otro de los proyectos que ha llevado adelante con éxito es su academia de tenis en Manacor, Mallorca. Este centro de entrenamiento no solo ha contribuido a la formación de nuevas generaciones de tenistas, sino que también consolida su compromiso con el futuro del deporte. La academia ha sido crucial para el desarrollo de jugadores como Casper Ruud, quien ya se mantiene entre los mejores del circuito ATP.
Mientras Nadal se prepara para retirarse, su dedicación a sus empresas y patrocinadores parece más fuerte que nunca. Contrario a lo que ocurre con muchos atletas que se retiran y ven una disminución en su presencia mediática, Nadal tiene la intención de seguir siendo una figura pública activa. Sus planes incluyen mantener su visibilidad al trabajar en estrecha colaboración con sus socios comerciales y posiblemente ampliar su participación en nuevos mercados.
La retirada de Nadal le permitirá dedicar más tiempo a sus proyectos empresariales y a disfrutar de una mayor libertad para comprometerse con sus actividades fuera de la cancha. Sin embargo, deberá seguir gestionando con cuidado su reputación, enfrentando críticas recientes, como su relación con la Federación Saudí de Tenis, debido a las polémicas relacionadas con los derechos humanos en el país. Este desafío subraya la importancia de continuar actuando estratégicamente para preservar su imagen pública.
La Copa Davis y una emotiva despedida
La carrera de Nadal y su paso por la Copa Davis llegaban antes de lo esperado. Sus compañeros visiblemente afectados en el banquillo por no haber sido capaces de conseguir la victoria. No, Rafa. Él sabía que iba a llegar, él sabía que antes o después el punto y final a su carrera iba a llegar. Tras el encuentro de dobles, el mallorquín ha salido a la palestra y micrófono en mano ha dado toda una lección con sus palabras. “Buenas noches, las gracias las tengo que dar yo que es difícil hacerlo. Empezaré por los que están aquí: el público. Sinceramente, han sido 20 años de carrera profesional en los que me habéis llevado en volandas en los momentos buenos y en los malos me empujabais a seguir jugando. He podido vivir con España y con todo el mundo, me he sentido muy agradecido de sentir el cariño de todo el público y en especial aquí en España”, comenzaba el español.
Rafa tiene claro que no quería que llegara ese momento. Ni él ni ninguno de los espectadores que le han seguido en todas sus competiciones, que le han animado desde las gradas, o a través de la pantalla: “La realidad es que uno nunca quiere llegar a este momento, no estoy cansado de jugar al tenis, pero el cuerpo ya no quiere jugar más y hay que aceptarlo. Me siento un superprivilegiado, he podido hacer de mi hobby mi profesión durante mucho tiempo. Acordarme también de mi familia, de mi equipo, habéis sido una parte inolvidable de mi vida durante todos estos años. Soy una persona que cree en la continuidad y seguir cerca de la gente, que ha hecho mi vida mejor y eso me ha hecho tener una relación personal que va mucho más allá de la profesional, mil gracias porque sin vosotros esto no habría sido posible y lo digo de corazón”.