No pudo ser. El Palacio de Deportes José María Martín Carpena, el escenario de la Copa Davis, estaba listo desde hacía días. Las gradas a rebosar y el gran protagonista de la velada listo para salir a escena. La emoción se palpaba en el ambiente, comenzaba el último baile de Rafa con un primer ritmo llamado Países Bajos y una primera canción, Botic Van de Zandschulp. Los primeros pasos sobre la pista fueron tímidos para ambos, que trataban de seguirse el uno al otro sin dejar que su oponente se adelantara. Y entonces el traspié llegó con el primer set y el español tocó la lona. En el segundo, Rafa trató de despertar, pero no fue suficiente para apagar al neerlandés que cada vez veía más cerca la victoria y, tras un 6-2 en el marcador en el segundo set, acabó certificándola.
Todos los focos apuntaban al mallorquín, las cotas de interés de la Copa Davis se dispararon al conocer que sería su último baile, dado que nadie quería perderse la última actuación de Rafa sobre las pistas. Málaga se presentaba como el territorio perfecto para poner el punto y final a una carrera de 23 años y 22 Grand Slams. Pero un traspié inicial aguó la fiesta de Nadal. Ahora quedan dos oportunidades para certificar el pase a la siguiente ronda. El primer paso está en la raqueta de Carlos Alcaraz, que deberá ganar para dar paso al cruce final que se disputará en dobles, donde se decidirá todo.
Tras su derrota ante el neerlandés, Rafa reconoció ante los medios que estaba siendo “un día muy emotivo” porque podría ser su último partido como profesional si su país no supera la eliminatoria en Málaga. Y añadió: “Es un día emotivo. Sabía que podía ser mi último partido, los momentos previos han sido difíciles de gestionar, pero he intentado hacerlo de la mejor manera posible. A veces es difícil, pero no puedo agradecer lo suficiente a toda la gente que me ha ayudado siempre”.
También habló sobre esa derrota, donde asegura que es lo que tiene el deporte: “No voy a decir lo siento, esto es deporte, lo he intentado y uno no puede controlar el nivel que tiene. Puede controlar la actitud, energía y determinación y eso no me ha fallado. Solo que no he encontrado el nivel necesario para competir. Quizá he estado mejor entrenando que en la competición”.
¿Jugará la siguiente ronda Nadal?
Como no podía ser de otra forma, se planteó la pregunta de si jugará más partidos en caso de que España pase de ronda y confesó: “Si fuera yo el capitán no me pondría a jugar el siguiente partido. Visto mi nivel no me elegiría, pero eso no quiere decir que no tenga ganas de jugar. Puede que el de hoy haya sido mi último partido individual. La decisión de jugar la tomó él, para eso es el capitán. Yo no le puse ninguna presión. Se tomó la decisión de que jugara yo y sabíamos que había un riesgo. No he podido ganar el punto, no puedo decir lo siento porque esto es deporte. Yo lo he intentado como lo he intentado siempre. Uno no puede controlar el nivel que tiene. Yo ya dije que me descartaría si no me veía preparado, pero he entrenado lo suficientemente bien”.