Llegó el día, llegó el adiós de Rafa Nadal. Este martes 19 de noviembre, arranca la Copa Davis con Málaga como escenario de la última gran función del de Manacor. La leyenda del tenis español colgará la raqueta en ese torneo que le vio brillar por primera vez hace 20 años. Será allí donde “cierre “el círculo” y ponga el punto y final a una larga trayectoria en la que ha sido capaz de sumar 22 Gran Slams y dos medallas olímpicas. Allí se despedirá el rey de la tierra batida, el héroe sin capa del tenis español. “A los 17 años ya dije que sería el número uno del mundo porque veía que era alguien fuera de lo normal”, asegura Jordi Arrese, extenista, a Infobae España.
Corría el año 2004, España deslumbraba con su tenis y, sobre todo, con sus tenistas. Juan Carlos Ferrero, Carlos Moyá, Alex Corretja, Albert Costa o Félix Mantilla eran los protagonistas del momento. Los tres capitanes del entonces, la famosa G-3 formada por Jordi Arrese, Juan Avendaño y Josep Perlas fueron los encargados de componer la lista de los elegidos para viajar a República Checa y disputar la primera fase de la Copa Davis. El hecho de que el primer partido fuera en febrero facilitó la convocatoria, dado que la cita estaba programada justo después del Open de Australia y muchos tenistas se encontraban con molestias debido a la carga de partidos. Finalmente, la lista la formaron Tommy Robredo, Feliciano López, Beto Martín y Rafa Nadal.
“Rafa prácticamente era un adolescente, con la diferencia de que tenía una energía enorme, que era muy bueno, que era y es una persona muy, muy, muy positiva. En cuento a su personalidad, parecía una persona mucho mayor. Era realmente sorprendente. Tenía una intensidad tanto de piernas como de velocidad, de brazo y de todo enorme. Fuera de lo normal”, recuerda Jordi Arrese. En ese momento ya se veía que Rafa, asegura Arrese, era mucho más maduro de lo normal para su edad. “Tenía una energía, era superpositivo. Siempre era el que marcaba un poquito el juego, el ir a por la bola, el ir a ganar, el que luchaba cada punto como si fuera un match ball. Esto son cosas que solo las ves en tenistas mucho más mayores, pero que a esa edad sorprenden y mucho”, destaca.
Nadal ya convenció, desde el primer momento, en primera ronda, a los capitanes. Jugó indoor, pista en la que el equipo español llevaba sin ganar cinco años, una pista que no “era la ideal para los españoles”. Pero el de Manacor no se vino abajo. “Respondió magníficamente bien. Lo pusimos en primera ronda, porque confiábamos y creíamos en él; y daba algo diferente a los demás”. En ese primer partido, Rafa cayó contra Jiri Novak, que en ese momento era el favorito por el tipo de pistas en las que se llevó a cabo. Un traspié inicial en individuales que ya nunca volvería a repetir a lo largo de su carrera. En dobles corrió la misma suerte, pero esto no desinfló al de Manacor y sus capitanes tampoco tuvieron dudas. ”Vimos que cada mes iba creciendo a nivel tenístico y a nivel mental. Por eso, lo pusimos en semifinales en lugar de Moyá, y en el momento decisivo también cumplió”, considera.
La energía, garra y fuerza que tanto le ha caracterizado a lo largo de su carrera ya la mostraba con 17 años. Esa energía y esos nervios incluso le producían algún calambre, “tensiones normales y que él siempre controló”. Y resalta: “Cuando los otros pueden bajar o flojear un poco, él te daba su máximo”. Un empuje que le llevó a soltar a su compañero Feliciano López aquella mítica frase que pasaría a la historia: “Feli, por favor, tú gana a Berdych, que del quinto me encargo yo después”. Arrese recuerda aquellas palabras y destaca: “Esa frase te dice todo lo que es la mentalidad de Rafa”. Entonces ya sabía que Nadal tenía una prometedora carrera. “Yo sí que a los 14 años dije que sería número uno del mundo porque veía que era alguien fuera de lo normal. Pero de ahí a saber que ganaría 22 Grand Slams o que haría todo lo que ha hecho…”, confiesa.
Rafa, una leyenda humilde
Desde ese joven Rafa de 17 años al actual, con 38 años, han cambiado muchos aspectos de su vida. Se ha convertido en toda una leyenda del tenis español y mundial, ha conquistado 22 Grandes en sus 23 años de carrera, pero, en esencia, sigue siendo el mismo. “Una persona sencilla, humilde, con muchísimo respeto hacia todos los demás. En eso no ha variado mucho, a pesar de convertirse en una leyenda. Respecto al Rafa como tenista, sí que ha ido mejorando sus golpes”. El saque siempre ha sido el punto débil del de Manacor, aunque a lo largo de los años ha ido mejorándolo. “Su saque era débil, porque era muy flojo, pero mejoró mucho la velocidad. Se dio cuenta de que le castigaban mucho con el segundo saque y eso lo mejoró mucho”, destaca.
A lo largo de los 23 años de carrera que ha tenido Rafa, resulta difícil quedarse con un solo momento, dado que hay mucho a destacar, aunque Arrese lo tiene claro: “Para mí la primera Copa Davis. Ese momento fue increíble. Después veo otros, veo como la final que ganó en Wimbledon, que duró tanto tiempo. Para mí está en un tipo de pista que no es la idónea. Y poder ganar a Federer, que para mí era muy superior a todos, pues fue brutal”.
Nadal cierra el círculo
La Copa Davis, esa en la que empezó hace 20 años, será el punto y final a su carrera. Allí cerrará “el círculo”, como él mismo aseguró. “Creo que es una buena manera de acabar, porque es donde realmente él empezó a lo grande. Y yo creo que cerrarlo aquí en una Copa Davis, donde además tienen posibilidades, y donde puede aportar mucho al equipo es brutal”. Nadal no ha dejado de entrenarse para llegar al 100% a la cita, aunque nada le asegura jugar en Málaga. “No sé si va a jugar o no. Pero yo pienso que es muy positivo para él y para el equipo que lo pueda cerrar igual que lo empezó”. La expectación, el escenario y el contexto son las ideales para que Nadal se despida por todo lo alto y que España despida a su rey de la tierra batida como se merece.