El puntazo de Rafa Nadal en la Copa Davis: se anota un globo de espaldas que podría haber valido la remontada

El tenista mallorquín ha levantado a todo el Palacio de Deportes Martín Carpena de Málaga en el arranque de la Copa Davis

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Rafa Nadal en el duelo contra Botic van de Zandschulp. (Juan Medina/REUTERS)
Rafa Nadal en el duelo contra Botic van de Zandschulp. (Juan Medina/REUTERS)

El último baile de Rafa Nadal comenzó con el pie izquierdo. El tenista español volvió a empuñar una raqueta después de haber estado alejado de las pistas más días de lo que cualquier aficionado hubiera querido. Ante él: Botic Van De Zandschulp. El pistoletazo de salida sonó en el Palacio de Deportes Martín Carpena de Málaga, pero su adversario corrió más rápido.

Esta edición de la Copa Davis se tiñó de un aura de melancolía y nostalgia desde el momento en el que Rafa anunció que allí, en casa, jugaría sus últimos minutos. Ni siquiera en la inauguración se logró derribar ese velo de tristeza por lo que se va. Las lágrimas de Nadal fueron las de un país que despide a una de sus grandes estrellas de todos los tiempos. Y, pese a sus esfuerzos, la épica no pudo acompañarle en un partido en el que la juventud, la velocidad y la altura marcaron un ritmo que no logró seguir.

El ganador de 22 Grand Slam paró el tiempo en Málaga y, por un momento, pareció ver la luz al final del túnel. Con el apoyo incondicional de la grada, fueron pasando los minutos y la bola de un lado al otro de la pista. Pero, los fantasmas del pasado volvieron a parecer y el primer set se le fue escapando entre los dedos. Por cada punto de Rafa, Van De Zandschulp respondía con más contundencia. 0-1,; 1-1; 1-2; 2-2; 2-3; 3-3; 3-4; 4-4... pero el 4-5 nunca llegó. El holandés apuró hasta el final para firmar el primer set y obligar a Nadal a remontar o morir.

La pelota volvió a ponerse en marcha y nada parecía haber cambiado en Málaga. El rival estaba envalentonado y Rafa no parecía tener fe en un cambio de ruta. Sin embargo, la providencia volvió a inclinarse a favor del español, quien logró encadenar varios golpes ganadores para frenar el avance neerlandés y firmar el 2-1. Pero, de la misma forma que en el primer juego, la juventud se impuso a la veteranía y el 80 del ranking cerró el encuentro igual que lo empezó, con un 6-4 que pudo acabar en victoria de Nadal.

El puntazo de Rafa Nadal

Pese a no poder sumar la victoria y el punto para España, Rafa Nadal sigue siendo el mismo que deslumbró al mundo con su calidad y respeto. Durante las dos horas de partido, el mallorquín dejó detalles de calidad como los de antes y, bajo el abrigo del “¡Vamos Rafa!”, ilusionó a todos.

Con un 2-0 en el segundo set, el español tenía en sus manos la oportunidad de iniciar la remontada con el punto de break a su favor y así lo hizo. Rafa era el encargado de sacar en un momento crucial y Van De Zandschulp lo sabía. Al borde de la pista, lograba devolverle la bola, que volvía a caer, sin dificultad, en la raqueta del exnúmero uno. En el tira y afloja, Nadal trató de sentenciar el punto acercándose a la red, pero las piernas del holandés, más frescas que las suyas, alcanzaron a responderle.

Todo parecía perdido, pero con la vista puesta en la esfera amarilla mientras corría al fondo, consiguió mandar un globo, de espaldas, al centro del campo del rival. Una, dos, tres... hasta siete raquetazos hicieron falta para sentenciar la épica de Rafa. La volea de Van De Zandzchulp acabó fuera de las líneas: 2-1 y todas las oportunidades de luchar por la remontada. Aunque, finalmente, no llegó.

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