La presencia de mujeres en competiciones, carreras, maratones, triatlones y otros tipos de disciplinas es muy inferior a la de los hombres. Si bien es cierto que en los últimos años estos datos se han reducido en ultra distancia, todavía queda camino por recorrer. Es ahí donde entra el papel de personas como Sara Carmona, docente, entrenadora y coach deportiva. Ella se dio cuenta de que apenas había mujeres en las competiciones a las que asistía, y decidió cambiarlo. Ahora busca reunir a 100 mujeres para que la acompañen en su próximo reto, de la mano de RPM Sports, una compañía internacional de marketing deportivo que organiza la Škoda Titan Desert Morocco, carrera dentro de la marca Titan World Series. “Mi principal motivo para participar es promocionar el deporte femenino y dar voz a este tipo de disciplinas que anteriormente no estaban tan visibilizadas para la mujer”, confiesa Sara Carmona a Infobae España.
600 Kilómetros, 6.000 metros de desnivel y seis días por delante, todo ello con el desierto como escenario. “Este año lo llevo de una manera totalmente diferente a cuando lo hice en el 2018 y 2016. En primer lugar, porque he sido mamá y mi tiempo se ha visto totalmente reducido. He tenido que adaptar muchísimo más mis entrenamientos para poder llegar. Estoy haciendo mucho rodillo y mucho entrenamiento en casa, pero no he podido llegar a los entrenamientos largos”. Sin embargo, con la experiencia de años anteriores, es consciente de que, a nivel mental e incluso de estrategia, se siente “más cómoda y relajada”.
Y lo cierto es que ese es uno de los aspectos más complicados de trabajar, la fortaleza mental para afrontar una competición tan larga y de tales características. “Lo que hago es ir poniéndome pequeños retos. En la Titan Desert, que son etapas de 100 kilómetros, no pienso en la salida que tengo que hacer 100 kilómetros, sino que divido esa etapa en tres, cuatro mini objetivos y de esa manera es mucho más fácil para mí y muchísimo más motivante”. Y añade: “Mi primer reto es llegar a los primeros 20 kilómetros, que sé que es donde está, por ejemplo, el primer avituallamiento. Cuando llego allí, es como que me premio. Es una manera de no tener en la cabeza 100 kilómetros, sino que solamente tienes 20″. Otra de las estrategias que le funcionan es disfrutar del momento. “La Titan es exigente, dura, pero a la vez ofrece unas vistas y una cultura muy diferente a lo que estamos acostumbrados”, afirma. Sara también asegura que durante la carrera se guía por las sensaciones y no por lo que marca el reloj; eso le permite disfrutar todavía más de la etapa.
Aunque una de las mejores cosas de este tipo de competiciones es la experiencia. “Las otras dos veces que hice la Titan, en una conocí a un chico con una amputación de pierna; y en el 2018 compartí la experiencia con 30 mujeres, fue cuando hicimos récord de participación femenina. De ahí me llevé un montón de experiencias y vivencias con cada una de ellas, porque cada una arrastra una mochila, todas tenían un porqué para enfrentarse a este reto. Fue un gran aprendizaje, no solamente profesional, sino también de vida”.
Sara también tiene su porqué para participar en este tipo de competiciones: “Mi porqué inicial fue para promocionar el deporte femenino, para dar voz a este tipo de disciplinas que anteriormente no estaban tan visibilizadas para la mujer. A día de hoy se puede decir que el ciclismo en general, tanto el de carretera como el de montaña, tiene mucha más participación y creo que estamos haciendo un buen trabajo para que las mujeres se atrevan y se enfrenten a este tipo de retos porque también son válidas para poderlos ejecutar sin ningún problema”.
Los obstáculos para las mujeres
Uno de los motivos por los que las mujeres no han tenido tanta presencia en competiciones deportivas es que tanto ellas como su entorno las han situado en bajas posiciones entre las prioridades, pero hay muchos otros factores que influyen. En este sentido, Sara considera que “por un lado, se debe al tema económico”. “Por otro, porque al final priorizan a la familia, el estar más tiempo en casa, el no renunciar. En otras ocasiones, también por no tener el apoyo o un entorno que les anime a hacer este tipo de acciones. Al final, siempre o casi siempre, la que se ha sacrificado dentro de la familia ha sido la mujer, tanto por sus hijos como por su pareja. A la vista está que no sé por qué las mujeres sentimos la responsabilidad o nos sentimos culpables si tomamos decisiones en las que pensamos un poquito más en nosotras”, añade. Una cuestión en la que, según esta profesional, las mujeres deberían trabajar más.
Sara comenzó a practicar desde que tiene memoria. Desde siempre fue para ella “una pasión” que sus padres detectaron de inmediato. Eso hizo que probara en todo tipo de deportes, de raqueta, individuales, colectivos... Pero rápidamente se dio cuenta de que le gustaba la natación y pronto comenzó a profesionalizarse. Llegaron los campeonatos de España. Fue ahí cuando empezó a descubrir lo que realmente quería hacer: ser entrenadora y profesora de deporte. A partir de ese momento, dejó la natación y comenzó a estudiar. Se metió en la carrera de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Sin embargo, nunca dejó de lado su faceta como deportista. Después de la natación, comenzó a hacer triatlón, mucha bici y mucho running. Y entonces llegó su primer Titan Desert, ahí descubrió la baja participación femenina y se enfrascó en esa misión: animar a más mujeres (que las había) a participar en ese tipo de competiciones.
Primero llevó a 30 mujeres a hacer un triatlón en Barcelona, luego a otras 30 a hacer una maratón, también en la ciudad condal. “He intentado llevar el deporte femenino a muchos terrenos: running, bici de montaña, bici de carretera… He hecho también aguas abiertas. Al final, lo que yo busco es que la mujer esté en el deporte”. Uno de sus objetivos también es crear una especie de comunidad de mujeres, un espacio en el que se sientan a gusto y donde puedan preguntar todo tipo de cosas. En Barcelona, previo a la Titan, hará un encuentro para que las participantes puedan conocerse y comenzar a crear esos vínculos que tanto unen dentro del deporte. Sara lo tiene claro: este es el año, es el momento de lanzarse a hacer una Titan Desert, de seguir rompiendo los esquemas y seguir sumando mujeres a este tipo de competiciones.