Con el avance de la medicina, la alimentación y las rutinas de ejercicios, los futbolistas han logrado alargar sus carreras más años de los que se imaginaban. Sin embargo, siguen teniendo una fecha de caducidad demasiado corta, si se compara con la esperanza de vida actual. Por ello, muchos deportistas encuentran una nueva profesión tras colgar las botas y no siempre está relacionada con los campos de juego.
Uno de esos ejemplos es el de Djibril Cissé, exdelantero centro francés que jugó en equipos como Liverpool o Marsella y vistió la camiseta de la selección francesa. No obstante, su vida fuera del césped ha sido más convulsa de lo que podría haber esperado. El galo ha sido condenado a ocho meses de prisión por malversación de activos empresariales.
Cissé fue absuelto el miércoles 13 de noviembre en Bastia, una ciudad francesa situada en la isla de Córcega, de los cargos de fraude fiscal y blanqueo de capitales, pero se le impuso una pena de ocho meses de prisión con suspensión de condena y una multa de 20.000 euros por uso indebido del patrimonio empresarial y omisión de asientos contables. El mismo Tribunal Penal dictó una sentencia adicional de privación del derecho a presentarse a las elecciones durante tres años.
La audiencia tuvo lugar el 11 de septiembre, aunque ese día el exfutbolista no estuvo presente. El fiscal de Bastia, Jean-Philippe Navarre, solicitó la pena de prisión suspendida de un año y una multa de 100.000 euros contra el sospechoso. Pese a que su actividad actual es la de DJ y colaborador televisivo, todo nace de su tiempo en el Sporting Club de Bastia.
El que fuera delantero centro tenía una sociedad por acciones simplificadas unipersonales (SASU), con domicilio en Furiani (Alta Córcega). La empresa fue puesta en liquidación forzosa en 2020, pero la cuenta corriente asociada seguía teniendo una deuda de 550.000 euros. Según la fiscalía, este hecho suponía un abuso de patrimonio empresarial y, en la investigación, se consideró que no había declarado esa suma a la administración tributaria.
“Transfirió dinero a sus cuentas bancarias”, fue el argumento del fiscal. Además, también se descubrió una deuda de 230.000 euros por no declarar el IVA ni el impuesto de sociedades. Para el abogado defensor, Me Malcolm Mouldaïa, la microempresa servía para gestionar los ingresos vinculados a la imagen de Cissé en el momento de su reconversión como DJ y asesor de fútbol para la televisión.
“Siempre dije que no había defraudado a la Hacienda y los tribunales me dieron la razón”, declaró el miércoles a la agencia AFP. “Hemos citado al despacho de contabilidad ante el tribunal de comercio de Nanterre por falta de información e incumplimiento contractual y le exigimos que pague todas las sumas que pagó el señor Cissé en relación con sus controles fiscales”, apuntó su abogado.
Su implicación en el ‘Caso Valbuena’
El mundo del fútbol ha tenido que hacer frente a numerosos escándalos y el deporte galo se ha llevado el premio en numerosos casos. Uno de los momentos más polémicos fue el conocido como ‘Caso Valbuena’, en el que estuvieron implicados varios jugadores de la selección francesa.
Karim Benzema, Mustapha Zouaoui, Axel Angot, Younes Houass y Karim Zenati estuvieron implicados en un chantaje contra su compañero Mathieu Valbuena a través de un vídeo sexual. Y pese a que el nombre de Cissé no saliera en primera instancia, acabó apareciendo en una de las declaraciones de Zouaoui, quien dijo que llevaba años poniéndose al servicio de futbolistas de Marsella a cambio de sus favores.
“Si hubiera querido, habría podido tener muchos vídeos sexuales. He ido a fiestas en casa de Valbuena, he visto a cuatro jugadores sobre la misma chica”, explicó. Dentro de ese mundo, uno de sus contactos era Djibril Cissé, que había vestido la camiseta del club de la ciudad. Anteriormente, Zouaoui le había hecho ciertos favores, como intermediar para que no se filtrara un vídeo sexual suyo. “Ni se imagina las veces que le mandamos chicas a Grecia. Yo le decía: ‘Djibril, ¿sabes que tienen 15 años?’”.
Durante el proceso, habló de una escena en un sótano en el que había unos intermediarios enmascarados que recibieron un dinero para destruir esas imágenes. El francés le recompensó con 15.000 euros, le invitó a su casa y le sentó en su mesa, como recoge el medio 20 Minutos. “Nos divertíamos, bebíamos, era la buena vida”, aseguró. Finalmente, el jugador quedó en libertad el mismo día de su detención tras declarar.