Al pensar en un futbolista, posiblemente, la imagen que se viene a la cabeza es de alguien como Vinicius Jr., Cristiano Ronaldo o Messi. Estas grandes estrellas que llenas las redes sociales de imágenes sobre su vida e incluso son protagonistas de un reality. El negocio de millones en el que se ha transformado el fútbol también ha cambiado a los jugadores. Muchos de ellos son referentes de moda, imagen de marcas de lujo o, directamente, influencers.
Si pidieran dibujar a un futbolista de memoria, seguramente, sería un hombre tatuado, con ropa cara y extravagante, cargado de joyas. Lejos han quedado aquellos jugadores de bigote frondoso, pelos descontrolados y pantalones muy cortos. No obstante, en medio de esa vorágine de estrellas, todavía quedan deportistas que, sin hacer demasiado ruido, demuestra su talento en el campo. En este perfil encaja el actual ganador del Balón de Oro, Rodri Hernández, quien ha logrado hacer un hueco en la historia del fútbol español, y también del inglés.
El madrileño de 28 años no es de los que comparten contenido en internet, sin embargo, eso no le ha impedido ser tendencia. Desde el centro del campo, Rodri ha logrado dirigir el juego del Manchester City y de España. Con la camiseta metida por dentro del pantalón, como cuando el fútbol era en blanco y negro, se ha llevado dos trofeos de Premier Legue, una FA Cup, cuatro Campeonatos de Inglaterra, una supercopa de Inglaterra, dos Supercopas de Europa, un Mundial de Clubes, una Champions League, una Nations League y una Eurocopa. Y, aun así, su vida más allá de los terrenos de juego sigue siendo un misterio para la mayoría: “La fama no me llena. No me gusta ser extravagante”.
Un campeón con carrera
Antonio, su padre, ingeniero de profesión, y Elena, su madre directora de marketing, tuvieron a Rodrigo Hernández el 22 de junio de 1996, en Madrid. El mediocentro no es el único de la familia, Gonzalo y Álvaro, sus hermanos, también comparten el apellido Hernández.
Su vida, desde muy pequeño, se ligó al fútbol, como tantos otros niños de su edad. Aun así, el jugador no abandonó sus estudios. Tanto es así que se ha convertido en una anomalía dentro de su mundo, ya que puede presumir de ser uno de los pocos sobre el césped en tener un título universitario.
El madrileño terminó el grado de Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la Universitat Jaume I, en Castellón. La UJI recordó que inició su formación mientras jugaba en la cantera del Villarreal y, tras numerosos viajes para poder examinarse, finalizó sus estudios en 2021. Tras felicitarle por el Balón de Oro, indicaron que su Trabajo de Fin de Grado (TFG) consistió “en un Plan de Marketing” del que entonces ya era su club, el Manchester City.
Al no tener redes sociales, todo lo que le rodea está envuelto en una halo de misterio. Aun así, en algunos casos sí que se han podido descubrir pinceladas de lo que ocurre más allá del fútbol. Su pareja, Laura, es médico y se conocieron en la residencia de la universidad en 2014. Su relación se ha mantenido en un segundo plano, salvo en determinados momentos. Ambos se volvieron virales tras la celebración de la Champions, cuando ella saltó al campo para acompañar a Rodri y fueron captados compartiendo un tierno momento.
El español le cedió su medalla de campeón y, mientras ella observaba la presea, el jugador se fundió en un abrazo con ella. Posteriormente, se les vio besándose en una de las pocas apariciones públicas que ha hecho. También estuvo a su lado en la gala del Balón de Oro, en la que Rodri le dedicó unas palabras, ya que, el 28 de octubre, era su aniversario. En una entrevista en El Partidazo de Cope le preguntaron si había lago que hiciese siempre antes de los partidos, a los que respondió: “Llamar a mi novia. Me da tranquilidad”.
El origen de Rodri
El jugador comenzó dando patas al balón con la camiseta del CF Rayo Majadahonda en 2006, cuando tenía 10 años. Sin embargo, su dominio en el verde llamó la atención del Atlético de Madrid y en 2007, pasó a vestir de rojiblanco. Pasó tanto por el fútbol base como por el juvenil B, no obstante, el camino hasta la élite no lo iba a recorrer de la mano de los colchoneros.
El Villarreal llamó a su puerta en 2013 y, con 17 años, hizo las maletas y se marchó a la cantera grogueta. Formó parte del once del juvenil B, del A y del filial del club de Castellón. En 2016 debutó en LaLiga ante un Rayo Vallecano que se impuso por goles de Guerra y Miku. Tras el éxito con la camiseta amarilla, el Atlético de Madrid volvió a reclamar sus servicios y en 2018 pisó por primera vez el recién estrenado Metropolitano. Disputó 47 partidos, marcó tres goles, dio una asistencia y se marchó de España.
El Manchester City, su actual club, se interesó por el madrileño y decidió apostar por él para la temporada 2019/2020. Los británicos pagaron 70 millones de euros, según Transfermarkt, y podrán disfrutar de él hasta 2027. Sin embargo, los cityzens no podrán disfrutar de él sobre el verde esta temporada. En septiembre sufrió una lesión de ligamentos en su rodilla derecha en el enfrentamiento contra el Arsenal y, tras someterse a una operación, Pep Guardiola confirmó que no se espera contar con él este año.