Un traumatólogo, sobre la lesión de ligamento cruzado de Militao, Carvajal, Rodri...: “Uno de cada cinco jugadores se vuelve a romper la misma rodilla o la contraria”

Álvaro Arriaza, especializado en traumatología deportiva habla con ‘Infobae España’ sobre la lesión que numerosos jugadores han sufrido desde que comenzó la temporada

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El jugador del Real Madrid,
El jugador del Real Madrid, Eder Militao (REUTERS/Susana Vera)

Desde que la temporada diera el pistoletazo de salida, las roturas de ligamento cruzado no han dejado de colarse en los vestuarios de las diferentes plantillas, tanto de equipos españoles como de ligas extranjeras como la inglesa, francesa, alemana o turca. Se trata de una epidemia que no ha dejado a nadie indiferente, te llames Real Madrid, Manchester City, Leganés o Villarreal. Prueba de ello es lo ocurrido durante este fin de semana en LaLiga, donde hasta tres jugadores han sufrido esta lesión, quedando prácticamente anulados para lo que resta de temporada. Álvaro Arriaza, traumatólogo en el Instituto Médico Arriaza, habla con Infobae España acerca de esta lesión y detalla que no solo la carga de partido puede afectar a las rodillas de los jugadores.

“La estadística dice que en general se producen más o menos unas once lesiones de cruzado por temporada y que cada equipo sufre de media, aproximadamente, una cada dos temporadas. Sin embargo, está empezando a aumentar la incidencia”, destaca este profesional. Y lo cierto es que prueba de que estos datos se han disparado es lo ocurrido esta jornada de la competición doméstica.

Tras el partido entre el Rayo Vallecano y Las Palmas, que se disputó el viernes, dando el pistoletazo de salida a la jornada 13. El siguiente en la lista era el Real Madrid, que recibía en el Santiago Bernabéu al Osasuna, un duelo complicado que se saldó con la victoria de los blancos por 4-0 y con una larga lista de lesionados. A los 20 minutos de que el balón comenzara a rodar, Rodrygo tenía que ser sustituido por una lesión en el recto femoral de su pierna izquierda. Entre lágrimas abandonó el brasileño el terreno de juego. Aunque no fue el único, diez minutos más tarde era Éder Militao el que se iba al suelo con las manos en la rodilla. Los peores presagios cruzaron la mente de los presentes en el templo blanco. Un pronóstico que terminó por certificarse: una nueva rotura del ligamento cruzado; la misma que le mantuvo alejado del césped casi toda la temporada pasada.

“La estadística dice que en general se producen más o menos unas once lesiones de cruzado por temporada”

Justo después de que el pitido final sonara en Chamartín, le llegaba el turno a la Cerámica, que recibía al Alavés. Si Militao decía adiós a la temporada, no iba a ser el único. En el minuto 42 de partido, las asistencias médicas tuvieron que entrar en el terreno de juego para atender a Ilias Akhomach. El jugador del Villarreal tuvo que abandonar el verde y los médicos confirmaron posteriormente el diagnóstico: rotura completa del ligamento cruzado anterior y esguince del ligamento lateral interno de su rodilla derecha. El ligamento cruzado volvía a acaparar el protagonismo en un partido.

La función todavía no había acabado, todavía quedaba hueco para un acto más. El escenario esta vez sería Butarque. El Leganés recibía al Sevilla en casa, donde buscarían sumar los tres puntos. Y ahí, donde nadie lo esperaba, de nuevo una lesión de ligamento cruzado. Fue en minuto 48 de partido. El jugador del Leganés, Enric Franquesa se iba al suelo. Y una vez más se confirmaba que el futbolista se había roto el ligamento cruzado. Las tres roturas del cruzado en tan solo dos días evidencian que hay algo que no está funcionando.

El delantero del Villarreal Ilias
El delantero del Villarreal Ilias Akhomach se retira en camilla tras sufrir una lesión (EFE/ Andreu Esteban)

Algunos de los factores que pueden influir en el aumento de esta lesión pasan por “la sobrecarga de partidos y, por tanto, la exigencia de los jugadores; que no solo es que jueguen más, sino que descansan menos, tienen más viajes, alteración de los ritmos de descanso y de sueño”. Pero también “que el fútbol es un deporte cada vez más potente, más rápido y donde probablemente se busquen botas cada vez con mayor adherencia al suelo. Esto tiene su ventaja para generar potencia, pero también tiene su riesgo a la hora del control biomecánico, en un gesto tan exigente como es el pivotaje y en una rodilla de un futbolista que se mueve a una potencia y una exigencia tan alta”.

Una lesión reincidente

El problema es que una vez que un jugador se ha roto el cruzado es más fácil que vuelva a sufrir esta lesión: “Más o menos, uno de cada cinco lesionados del cruzado se va a volver a romper en una rodilla u otra si vuelve al deporte original. Las tasas de recaída son similares, es decir, las probabilidades de romperse el mismo cruzado de nuevo o el contrario son similares”. Este es el caso de Éder Militao, quien ya sufrió esta lesión la temporada pasada. Esta cuestión que tiene que ver con volver a poner “un cuerpo, que ya tiene sus factores de riesgo para que se haya roto la primera vez, en la misma situación”, asegura Álvaro Arriaza. Y añade que, por estadística, puede volver a pasar y el jugador que se ha roto generalmente tiene el riesgo específico de su deporte, en el que se está volviendo a introducir; y factores biomecánicos de cómo se maneja su cuerpo; factores genéticos, factores que tienen que ver con el tipo de juego que desempeña en el campo.

En este sentido, este profesional considera que puede que no se esté trabajando el contralateral lo suficiente. Tras la lesión, muchos futbolistas trabajan especialmente en recuperar la fuerza de la pierna, de los músculos de alrededor de la rodilla, de los estabilizadores de pelvis… “Pero muchas veces, probablemente de forma inconsciente, la pierna que ya se ha lesionado tendemos a tratarla como si fuera más vulnerable y a trabajarla más y centrarnos más en ella y la otra rodilla sigue teniendo un riesgo de que le pase lo mismo”.

El tiempo de baja y recuperación

La baja habitual de estas lesiones clásicas se estimaba en unos nueve meses, que tiene que ver primero con la integración biológica de la plastia, es decir, del injerto de lo que se utiliza para sustituir el cruzado roto que se tiene que integrar en la rodilla. Y luego también incluye el tiempo que hace falta para que la rodilla esté defendida, biomecánicamente y muscularmente y pueda volver a enfrentarse a las situaciones exigentes de cambios de dirección, saltos, pivotajes...”, explica este profesional. Sin embargo, como aclara Álvaro Arriaza, la nueva dinámica que se está adoptando es ser “cada vez más conservador y darle más tiempo a la rodilla para prepararse para volver a hacer deporte”. El motivo de esta decisión es que “cada mes que se retrasa el retorno, disminuye la tasa de recaídas y de roturas”. Lo que está claro es que cada vez son más las bajas en los vestuarios por este tipo de lesiones.

Las lesiones desde que comenzó la temporada

Dani Carvajal, David Alaba, César Palacios, Joan Martínez, Ilias Akhomach, Enric Franquesa, Rodri, Marc Bernal, Ter Stegen o Mauro Icardi fueron los primeros en caer. Fueron los primeros a los que el virus llamado rotura de ligamento cruzado atacó. La idea de huelga sobrevoló la mente de los futbolistas durante un tiempo, aunque poco a poco comenzó a perder fuerza y ahora, una vez más, siguen siendo ellos quienes sufren las consecuencias sin que se produzcan cambios al respecto.

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