La temporada de Fórmula 1 está a punto de concluir y, a falta de tres carreras para el final, todavía quedan incógnitas por resolver. A diferencia de otros años, aún está por decidir quién se lleva el mundial, tanto de pilotos como de constructores. Mientras que Max Verstappen se mantiene en cabeza, Lando Norris y Charles Leclerc continúan exprimiendo las pocas opciones que les quedan. Por su parte, en los garajes, McLaren (593) y Ferrari (558), le van ganando la batalla a un Red Bull (544) que se había acostumbrado a liderar en solitario.
Sin embargo, no todos son alegrías en el automovilismo. La última cita en Interlagos puso en apuros a más de uno debido a la intensidad de la lluvia que les acompañó durante todo el fin de semana. Para los fans de Fernando Alonso, este fenómeno meteorológico puede ser sinónimo de éxito, aunque, con el monoplaza que maneja esta temporada, las oportunidades de triunfo no son muchas. Tampoco lo fueron para Oliver Bearman, uno de los benjamines de la parrilla.
El piloto británico se subió al Haas de Kevin Magnussen, tras confirmarse que estaba enfermo desde el viernes. No obstante, la visita a Brasil se convirtió más en una pesadilla que en un sueño. Nico Hülkenberg, su compañero, fue descalificado tras recibir ayuda de los comisarios al salirse de la pista, Franco Colapinto se estrelló detrás del safety car, Carlos Sainz también estrelló su coche... Pero, la peor parte se la llevó Bearman, quien preocupó a su equipo debido a sus mensajes de radio.
‘Drive to survive’
La intensidad de la lluvia no dio tregua en Interlagos, por lo que se tuvo que retrasar la clasificación hasta el mismo domingo de la carrera. Aun así, el Gran Premio acabó celebrándose, pese a las circunstancias. Durante la peor parte del recorrido y, antes de que el safety car saliera a pista, el joven alertó a su escudería: “¿Cómo se nos permite competir así? Alguien va a chocar y va a ser un accidente muy grave. Ni siquiera puedo ver mi volante”.
Este mensaje no fue el único, “Vamos, habla con la FIA, esto es muy peligroso. ¡Estoy intentando no morir!”, transmitió a Mark Slade, su ingeniero de pista. “Gracias a Dios. Estaba muy mal”, respiró aliviado tras la decisión de Dirección de Carrera de neutralizar la prueba debido a la situación.
No obstante, no toda la culpa la tuvo el coche o la meteorología. El corredor acabó fuera de la pista y tocó el muro mientras perseguía al español de Ferrari de forma agresiva. “Fue una carrera difícil. Demasiados errores por mi parte y eso realmente comprometió nuestra carrera”, se lamentó al final de la prueba en Interlagos.
“Por un lado, acabé bastante cerca de los puntos a pesar de la cantidad de errores que cometí. Pero por otro, tuve demasiados fallos, pérdidas de tiempo y cosas así. Fue un día realmente duro. Aprendí mucho, eso seguro. Correr en estas condiciones bajo el agua, es bastante raro que puedas hacer eso. Cada vuelta en mojado es muy valiosa y conseguí hacer muchas, así que estoy muy contento por eso”, finalizó.