Mike James carga contra el Baskonia y la ciudad de Vitoria: “Es lo peor. No había nada que hacer”

El fútbol ha logrado un nivel de fama en el que, en ocasiones, se toman como realidades absolutas las vivencias del deporte rey. Sin embargo, más allá del verde, el mundo es totalmente distinto. En otras disciplinas, los deportistas tienen más libertad para hablar de lo que viven como profesionales, de sus entrenadores, de lo que ocurre en los partidos... El baloncesto, pese a ser otro de los deportes más seguidos, guarda poco en común con su primo, el balompié.

Mike James, una de las estrellas del AS Mónaco Basket, además de ser uno de los cracks de la Euroliga, es asiduo a pronunciarse sobre cualquier tema y plataforma. En el pódcast de SKWEEK, una plataforma de streaming de baloncesto muy popular en Francia, analizó cómo había sido su vida como profesional en Europa.

En total, ha pasado por siete países distintos: Croacia, Israel, Italia, Grecia, España, Rusia y, desde 2021, Mónaco. Aunque, no guarda muy buen recuerdo de uno de ellos. Durante su tiempo en la península ibérica, militó en el Baskonia, en Vitoria, y, pese a la mayoría de la gente que llega va allí esté encantada, no fue el caso del estadounidense.

“En Baskonia fue terrible, Vitoria es lo peor”, recordó. “Ni siquiera sé si realmente es lo peor, pero yo tenía unos 24-25 años, un hombre soltero en Vitoria. Literalmente para mí no había nada que hacer. Fue lo peor. Realmente no sé si es tan mala como ciudad porque tiene buenos restaurantes”, apuntó.

“Cuando estuve allí no daban películas en inglés, no había demasiadas cosas para mí si he de ser honesto. Y se enfadan cada vez que lo digo, pero es la verdad”, remarcó el máximo anotador de la historia de la Euroliga, que no es la primera vez que recuerda su periodo en el País Vasco, y nunca con buenas palabras.

En la otra cara de la moneda estaría Atenas, la capital griega. “Me encantaba Atenas porque entonces estaba soltero, con 26-27 años, y había de todo para hacer. Creo que me excedí al principio. Me sorprende que Dimitris Giannakopoulos no lo dijera, porque al principio me excedí un poco. Recuerdo que se acercó a mí y me dijo: ‘Mike, has estado saliendo todos los días’. Yo le contesté que estaba emocionado con la ciudad. Realmente me encanta Atenas”, contó el base.

“Milán también estuvo muy bien, un poco lluviosa. Me encantó Moscú, no sé cómo suena eso, pero me encantó estar allí, fue increíble. Y, obviamente, disfruto mucho aquí en Mónaco, simplemente teniendo un poco más de calma y tranquilidad”, continuó.

Mientras que en el fútbol, el sueño de muchos es llegar a jugar en Europa, el viejo continente no es el destino predilecto de los jugadores de baloncesto. La imagen de poder formar parte de la NBA colma las expectativas de muchos, aunque no siempre los cuentos tienen un final feliz.

Durante la entrevista con SKWEEK, también tuvieron tiempo de remontarse a su tiempo en Estados Unidos. Solo jugó durante dos temporadas, aunque llevó los colores de tres equipos: los Suns y los Pelicans en 2017/2018 y los Nets en 2020/2021. Apenas disputó 49 partidos de temporada regular y sin casi protagonismo.

“Creo que los equipos de la NBA me ven como un riesgo. Cada vez que he hablado con ellos, no yo personalmente, sino mis representantes, se piensan que si la cosa no va bien para mí me voy a volver loco y volverme a Europa. Todo el mundo piensa que si no juego lo que quiero me iré. Consideran que me pongo en un papel superior al que quieren darme en el equipo, pero necesito ponerme en ese papel para tener más protagonismo. Tiene que ser un toma y daca entre ambas partes”, explicó.

“La NBA está bien, es agradable, pero en realidad no está hecha para gente como yo. Está más hecha para personas de 2 metros que saltan mucho, son buenos en defensa y se quedan en las esquinas parados esperando para tirar triples”, reflexionó.