El deporte, como muchas otras cosas en esta vida, no es una ciencia exacta y, lamentablemente, nadie tiene la fórmula absoluta del éxito. O, si no, que se lo digan a Aston Martin, que ha pasado de levantar pasiones en 2023 a no lograr meterse en la zona de puntos durante el 2024.
Fernando Alonso, el gran veterano de la Fórmula 1, no está viviendo su mejor temporada, aunque, por desgracia para sus seguidores, tampoco se trata de la peor. El piloto asturiano ocupa el noveno puesto de la clasificación, con tan solo 62 puntos, muy lejos de los 206 que consiguió en la pasada campaña. Lance Stroll, su compañero de equipo, tampoco ha corrido mejor suerte, ha bajado del décimo lugar al decimotercero.
Los de Silverstone son conscientes de que sus monoplazas no corren, y el problema no es solo la potencia, sino la fiabilidad de los vehículos. “No le hemos dado a Lance y a Fernando los coches que merecen”, se lamentó Mike Krack, jefe de Aston Martin. Aston Martin anunció que las mejoras de Austin fueron las últimas de la temporada, pero, de poco han servido, de nada más bien. Desde su visita a Estados Unidos, el caballito verde no ha sumado ningún punto ni en Austin, ni en México, donde, además, tuvo que abandonar, ni en Brasil.
Todavía les quedan tres Grandes Premios por disputar antes del final de la temporada: Las Vegas, Qatar y Abu Dabi. Con los ojos ya puestos en el curso 2025, los británicos se han conformado con aspirar a acabar las carreras y tratar de rascar algún punto. “Tenemos que asumir la responsabilidad de no dar a Lance y Fernando el coche que se merecen. Están siendo muy pacientes, pero les estamos pidiendo demasiado en estos momentos”, reflexionó.
Con uñas y dientes
A ningún deportista le gusta tener que pelearse contra viento y marea, incluso, contra su propio aliado para poder cumplir con su trabajo. Los coches que ha conducido Fernando Alonso, desde su salida de Renault tras ser bicampeón mundial le han dado más quebraderos de cabeza que alegrías. Eso mismo debió pensar en el Autódromo Hermanos Rodríguez durante su Gran Premio número 400.
“En las primeras 10 vueltas de una carrera siempre todo se sobrecalienta. Especialmente en un circuito así, donde vas viendo cómo van los neumáticos, el freno, el motor, y luego llega una fase de estabilización”, explicó Mike Krack. “Vimos rápidamente que en el lado del freno, no se estabilizó, simplemente se fue yendo. Y luego entras en la fase de oxidación, que es algo que siempre se debe evitar. (...) Así que tuvimos que tomar la desafortunada decisión de esa carrera 400. Tuvimos que terminar bastante pronto”, recalcó.
“Se lo dije a los compañeros de diseño. Ya sabes, tenemos que asegurarnos de que la 401 es la buena”, prometió Krack. Sin embargo, no fue así. “Una visita especial a un destino icónico del automovilismo, pero un fin de semana para olvidar para nuestro equipo. Un triplete brutal y sin puntos que pasa factura al equipo que trabaja en pista y en la fábrica”, cerró el ingeniero.
Alonso tampoco reaccionó mejor al fiasco en Brasil: “Voy a terminar la carrera por los mecánicos. Han hecho un trabajo increíble hoy, pero mi espalda me duele mucho, tíos. Este rebote no es normal”, dijo. “Prepararme un coche médico y lo voy a seguir. Así estaré cerca de él cuando pare”, se permitió bromear incluso.