El Balón de Oro está a punto de anunciar a su nuevo dueño y los favoritos ya empiezan a acaparar todas las apuestas. El delantero brasileño del Real Madrid, Vinicius Junior, es uno de los nombres que más se escuchan cuando se habla de este galardón. Desde hace tiempo, el madridista ha copado los titulares por su actitud sobre el campo, siendo muy cuestionado y señalado. También por ser víctima de insultos racistas en muchos de los estadios que ha visitado. Ambas cuestiones convergen en la actualidad, elevando el número de seguidores y detractores que tiene a sus espaldas. Este lunes podría suponer un punto clave en su trayectoria, un momento en el que acallar a aquellos que no confiaban en él, a aquellos que le criticaban, y sobre todo un momento para conocer más en profundidad la historia de superación que hay detrás del personaje.
Vinicius nació el 12 de julio del año 2000 en Porto do Rosauna, una de las favelas más pobres de todo el municipio de Sao Gonçalo, situado en Río de Janeiro. Allí vivía con sus padres y sus dos hermanos en una pequeña casa de su abuela. Desde pequeño ya daba muestra de su talento con el balón, y con tan solo cinco años le inscribieron en el Club de Regatas del Flamengo, donde rápidamente comenzó a destacar. Cuando el joven aspirante a futbolista tenía diez años, sus padres decidieron mudarse a São Paulo para elevar las posibilidades de que Vinicius pudiera cumplir su sueño en el mundo del deporte. Pero sus padres llegaban apurados a fin de mes, teniendo incluso problemas para poder pagar el equipo de fútbol del delantero. “Siempre tuvo mucha hambre de balón. Venía a entrenarse en todos los horarios. Empezaba con los mayores y se quedaba hasta el último entrenamiento que había”, aseguró Valeria Beraldini, directora de la ‘escolinha’ Fla, en una entrevista que recogió el diario AS.
Poco a poco, el delantero fue creciendo a nivel personal y deportivo, lo que le llevó hasta el Flamengo. Allí cumplió su primer sueño como jugador profesional, dado que se trata de uno de los mejores clubes de la zona. La situación económica también cambió, trasladando su residencia a Barra da Tijuca, uno de los mejores barrios de Río de Janeiro. A partir de ese momento, sus sueños crecieron y sus habilidades sobre el terreno de juego llamaron la atención de los mejores clubes del mundo, el Real Madrid entre ellos. El FC Barcelona, el Manchester City o el PSG fueron algunos de los que también se interesaron por él.
La batalla por el jugador la ganó el club blanco, que hizo oficial el fichaje en mayo de 2017, aunque adelantó que el jugador no vestiría la camiseta del Real Madrid hasta la temporada 2018-2019, es decir, cuando cumpliera 18 años. Entonces, pagaron 45 millones por el delantero brasileño, una cifra que a muchos les pareció demasiado elevada, pero tras su llegada a la capital ha ido demostrando que el precio fue una ganga para el equipo de Florentino Pérez, quien ha sacado rentabilidad a ese joven de tan solo 16 años y con aspiraciones de ser el mejor del mundo.
Vinicius y su debut más esperado
El brasileño comenzó vistiendo la camiseta blanca con el Castilla. Con el filial disputó sus primeros partidos para el Real Madrid hasta que finalmente le llegó la hora de subir al primer equipo. Fue durante el derbi madrileño, cuando Lopetegui (entonces entrenador del club blanco) le llamó a filas. El Santiago Bernabéu clamaba porque el técnico sacara a Mariano, pero el vasco optó por la joven promesa brasileña. Un murmullo de ilusión recorrió el estadio cada vez que Vinicius tocaba el balón, aunque no fue suficiente para dar la victoria a los locales, que tuvieron que conformarse con un 0-0 ante el Atlético de Madrid.
A partir de ese momento, el joven procedente de São Paulo se ganó un hueco en el banquillo del Real Madrid, tratando de aprovechar todas y cada una de las oportunidades que le brindaban sus entrenadores. Tan solo un año más tarde, le había ganado el pulso a la titularidad. Los aficionados del templo blanco se rendían ante el nuevo rey del Santiago Bernabéu, ese que ilusionaba la grada y desestabilizaba a los rivales a partes iguales. La nueva joya blanca era protagonista en casi todos los partidos. Su desborde, su velocidad y su regate dieron al madridismo justo lo que necesitaba para rendirse a sus pies.
El racismo se ceba con Vinicius
El problema fue que, a medida que ganaba peso y relevancia en el vestuario blanco, su actitud sobre el césped empeoraba y los reproches de las gradas rivales ponían su punto de mira en él. El joven brasileño se convirtió en víctima de la peor cara del deporte, siendo objeto de insultos racistas en muchos de los estadios a los que acudía. La primera vez fue en 2021, en el Camp Nou. Tras ser sustituido en el minuto 87, la grada le gritó “mono”.
Y el 14 de marzo de 2022, Son Moix acogía el duelo entre el Mallorca y el Real Madrid. Con 0-3 en el marcador para los blancos gracias a la actuación de Vinicius, la grada imitó el sonido de un mono a la par que gritaba: “Vete a recoger plátanos”. En septiembre de ese mismo año, los aficionados rojiblancos cantaron en el Metropolitano: “Vinicius, eres un mono”. El 26 de enero de 2023, justo antes de un partido de la Copa del Rey, los aficionados del Atlético de Madrid colgaron un muñeco con la camiseta del brasileño de un puente cerca de Valdebebas, con una pancarta que rezaba: “Madrid odia al Real”.
Estas agresiones verbales no terminaron ahí. El 21 de mayo de 2023, Mestalla vivió toda una mascletá dentro del estadio durante el partido ante el Real Madrid. Unos petardos que comenzaron a sonar a la llegada de los jugadores al campo del Valencia, donde recibieron al delantero con gritos de “Eres un mono, Vinicius”. El punto álgido llegó en el 72 de partido. El encuentro entre los chés y los merengues iba 1-0 en el marcador. Los blancos tenían un córner a favor, y entonces el brasileño se olvidó del duelo futbolístico para dirigirse a las gradas. “Has sido tú, has sido tú”, se escuchaba decir a Vinicius en las retransmisiones de televisión. El delantero se refería al autor de los insultos racistas que acababa de recibir. Varios de sus compañeros fueron en su ayuda. La policía entró al estadio para llevarse al responsable, mientras el colegiado del encuentro pedía que pararan los insultos por megafonía. La tensión del ambiente continuó elevándose hasta que el brasileño fue expulsado por encararse con Yunus Musah después de que este le negase la pelota a Rüdiger.
¿Balón de Oro?
Lo cierto es que han sido muchos los episodios de racismo que Vinicius ha soportado a lo largo de los años desde que fichó por el Real Madrid. Adversidad aparte, y lejos de los problemas de racismo que ha tenido que aguantar, el delantero se ha convertido en uno de los mejores jugadores del mundo.
Hasta el punto de ser uno de los nominados a ganar el Balón de Oro este lunes. Su capacidad de desborde y decisión en los partidos, su relevancia durante la temporada pasada con el Real Madrid, donde ganó LaLiga y la Champions, han situado su nombre como uno de los favoritos a llevarse el galardón. Un premio que supondría el reconocimiento a toda una historia de superación.