Marc Casadó, el niño humilde de los exámenes “perfectos” que triunfa en el Barça de Flick: esta es su historia

El pivote del Barça deslumbra, a sus 21 años, en una plantilla en la que la juventud y el talento son dos atributos clave

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Marc Casadó en el partido
Marc Casadó en el partido de Champions contra el Bayern de Múnich. (Bruna Casas/REUTERS)

El Barça está experimentando un comienzo de temporada brillante. El equipo de Hansi Flick ha logrado recomponerse en apenas unos meses tras varias temporadas en las que no se encontraba. La llegada del alemán ha completado un puzzle que no deja de dar resultados. Los catalanes han ganado nueve de los diez partidos ligueros que han jugado. Únicamente, el Osasuna pudo robar los tres puntos a los azulgranas. Por otro lado, su camino en Champions también parece aclararse tras la victoria aplastante contra el Bayern de Múnich.

Posiblemente, una de las claves de este Barcelona sea la juventud de su plantilla. Debido a los problemas económicos del club, los entrenadores han tenido que tirar de La Masía para cubrir los huecos del primer equipo. Nombres como el de Lamine Yamal, Pau Cubarsí o Marc Casadó se han hecho un hueco dentro del fútbol mundial. Este último, no solo se ha ganado su puesto dentro del equipo de Flick, sino que también es un ejemplo a seguir fuera del verde.

Quién es Marc Casadó

Pese a su juventud, las habilidades técnicas del pivote aportan “mucho equilibrio al equipo”, como reconocen en la web del Barça. Su comprensión táctica del juego también lo hace decisivo en el campo. Nació el 14 de septiembre de 2003 en Barcelona, España. Al igual que muchos deportistas, su pasión por el balón comenzó desde bien pequeño, cuando ya empezó a dar señas del talento que explotaría en el futuro.

“Eran muy pequeños y casi no sabían jugar. Eran un desastre. En su primer partido oficial, un niño se agobió, cogió la pelota con las manos dentro del área y se quedó parado. Penalti. Al empezar la segunda parte todos los padres tuvimos que gritarles que tenían que atacar hacia la otra portería. Fue un cachondeo brutal”, bromeó su madre al medio elPeriódico.

Marc Casadó en 2023. (Vincent
Marc Casadó en 2023. (Vincent West/REUTERS)

Los entrenadores eran Pol Barrau y Sergi Ruiz, de 16 años: “Vimos que tenía algo especial el primer día. Marcaba, asistía y siempre estaba bien colocado, con una gran visión del juego. Era nuestro ‘Busi’ (Sergio Busquets). Era un ejemplo para todos, incluso para nosotros. Nos ayudaba a recoger y a organizar el entrenamiento”.

Esto le llevó a unirse a las filas del Barça. Procedente del CF Damm Fútbol base, llegó a la cantera azulgrana en 2016. Bajo el escudo catalán ha pasado por el Cadete A, Juvenil B y Juvenil A. En la temporada 2021/2022, como capitán de ese último, se convirtió en el primer ganador de liga y Copa de Campeones. A la temporada siguiente, con el Barça Atlètic, disputó 36 partidos y le llevó a ganarse la confianza del equipo.

Su gran debut con el primer equipo llego en la temporada 2023/2024. Fue durante un partido de Champions contra el Viktoria Pilsen. En total, disputó 23 minutos de juego en un encuentro que finalizó 2-4 para los españoles. En lo que va de año, se ha puesto las botas en ocho partidos de liga y en dos de Copa de Europa.

Más allá del fútbol

Su buen hacer en el campo no es lo único que destaca de Marc Casadó. Estudiante del Sant Antoni de Vilamajor, en el Vallès Oriental, se graduó en la promoción 2014/2015. “Era un niño extremadamente inteligente. Daba un poco de rabia porque no se esforzaba nada y sacaba unas notas impresionantes. No podías pillarle por ningún lado. Era muy listo, muy estratégico, con una capacidad de argumentación muy ‘heavy’. Se le daban muy bien las mates”, comentó una de sus profesoras, como recoge elPeriódico.

Jugadores del Barça jugando contra
Jugadores del Barça jugando contra el Bayern de Múnich. (Albert Gea/REUTERS)

También le recuerdan Lia Fernàndez, su profesora de Educación Física desde primero hasta sexto de Primaria, y Anna Roca, su tutora en quinto y sexto.“Era un niño espléndido, de verdad. Hace un tiempo tiré todos los materiales y los únicos exámenes que guardé eran los suyos. Porque eran perfectos. Lo hacía tan bien que en lugar de elaborar yo la respuesta para corregir los controles, revisaba el suyo. Ya no hacía falta que yo hiciera una rúbrica. Era brillante. Lo único que me sabría mal de todo esto es que no estudiara una carrera porque tiene un coco privilegiado”, confesó Roca.

“Siempre quería más y a veces tenías que frenar ese más y decir: ‘Hasta aquí’. Cuando acabó sexto de primaria le dije: ‘Tú en la vida harás lo que quieras, pero tienes que controlar esa parte tan espontánea y ese nervio’. Me acordaré toda la vida”, recordó Fernàndez.

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