El Lille se sale en Champions ante los madrileños. Tras vencer al Real Madrid en Francia por la mínima gracias a una mano de Camavinga en el área. Desde la distancia de los once metros no fallaron. El siguiente duelo en el calendario era el otro equipo madrileño que también disputa la competición europea: el Atlético de Madrid. Los franceses aterrizaban en la capital española con la moral por las nubes y con un objetivo en mente: rascar algún punto en el Metropolitano. Y lo consiguieron. Empezaron perdiendo en el marcador, pero fueron capaces de dar la vuelta al resultado en apenas 10 minutos. Con el 1-3 sonó el pitido final y los tres puntos viajaron a Francia.
El pasado 2 de octubre el Real Madrid visitó Francia, para disputar su segundo partido de Champions ante el Lille. Allí los de Ancelotti no fueron capaces de encontrar la tecla para llevarse el encuentro. No fueron capaces de encontrar ese ritmo que en los últimos partidos derrochaban y que tanto les había costado forjar. Enfrente se encontraron un equipo que, lejos de asumir el papel de club pequeño, elevaron el tono para mirar de tú a tú al Real Madrid. Fue un error de Camavinga lo que sentenciaba a los blancos justo antes de concluir la primera parte debido a una mano en el área. Jonathan David ejecutaba el disparo desde el punto de penalti para adelantar a los franceses en el marcador. Un único gol que fue suficiente para que los locales se llevaran los tres puntos.
20 días después, el Lille volvía a verse las caras con un club madrileño. Esta vez les tocaba enfrentarse al Atlético de Madrid fuera de casa. La presión de la afición jugaba en su contra y un punto a tener en cuenta y más con un nada como la rojiblanca. El duelo comenzaba con los del Cholo Simeone por delante en el marcador, poco después de que el balón comenzaba a rodar por el verde. En el minuto 8, aparecía Julián Álvarez para asestar un picotazo a los franceses y adelantar a los suyos en el marcador. Con ocasiones para ambos equipos, pero no demasiadas, concluían los primeros 45 minutos sin que ninguno de los dos conjuntos moviera el marcador.
La remontada del Lille
La segunda mitad siguió la misma dinámica, ocasiones pero ninguna clara. Y entonces apareció en la banda derecha Zhegrova para mandar un cañonazo contra la portería de Oblak, donde el guardameta no pudo llegar. Era el minuto 61 de partido, todavía restaba tiempo para dar la vuelta al encuentro. Y eso hicieron, tan solo 15 minutos más tarde, en un ocasión dudosa en el área, llegó el segundo. Fue de penalti. Aunque tuvo que entrar el VAR y el árbitro tuvo que volver a visionar la jugada para finalmente decantarse.
Lo pitó y desde ahí Jonathan David no falló. 1-2 en el marcador. Ya estaban por delante, habían conseguido remontar el partido. Sin embargo, todavía querían más. Los franceses todavía tenían algo más que decir. Y en el último minuto del tipo reglamentario llegó el tercero para sellar la victoria e impedir que los rojiblancos pudieran, aunque fuera, rascar un punto en su propio campo. El Lille había conseguido dos dianas madrileñas. Había conseguido acabar con los dos grandes equipos de la capital y en la Champions nada menos.