Así ha sido el castigo físico detrás del éxito de Rafa Nadal: “Desde 2005 es incapaz de jugar un Grand Slam sin tomarse un calmante”

Rafael Nadal afronta sus últimas semanas como tenista profesional tras el anuncio de su retirada del mundo del deporte. El ganador de 22 Grand Slam dirá adiós tras la Copa Davis en la que España buscará alzarse con una nueva Ensaladera de la mano de Rafa y Carlos Alcaraz. Tras la exhibición en Arabia Saudí, en la que el de Manacor jugará con Novak Djokovic, acudirá a defender los colores de España para poner fin a una carrera llena de éxitos, pero también de sufrimiento.

Los triunfos de Rafa Nadal sobresalen por encima de lo demás, pero es cierto que el integrante del Big Three ha acusado problemas físicos durante toda su carrera deportiva. Esas molestias y lesiones le han pasado factura en los últimos años, ya que lo han alejado de la élite y forzado a tener que dejar el tenis por la incapacidad de mantener su nivel de forma regular sin acusar dolores en su vida cotidiana.

En toda la extensión de su carrera tenística, Nadal ha estado bajo la influencia de problemas que lo han mantenido fuera de las pistas en múltiples ocasiones. La importancia de estas es tal que le han hecho perderse una larga cantidad de Grand Slams, en los que ha promediado una cifra de una victoria en cada tres que ha jugado. Acorde a esas cifras, el balear, de haber disputado todos los campeonatos posibles, podría tener en nómina al menos un par más.

“Desde 2005 es incapaz de jugar un Grand Slam sin tomarse un calmante”, explica Toni Nadal, tío y pasado entrenador del tenista, en declaraciones recogidas en Europa Press. Estas declaraciones evidencian el castigo que Rafa ha ejercido en su cuerpo para conseguir pasar a la historia en el tenis. Además, muestran que la pesadilla física comenzó de forma muy temprana para el español.

Todo empezó en 2003, cuando el balear sufrió una pequeña lesión en su codo, de la que se recuperó y que solo le tuvo fuera de las canchas por mes y medio. Sin embargo, desde ese momento, las lesiones y patologías empezarían a afectarle con fuerza. Tan solo dos años más tarde, Nadal fue diagnosticado con Síndrome de Müller-Weiss, que posteriormente en 2021 volvería a acusar, y con el que ha tenido que lidiar a menudo. Esta patología va ligada a la deformación del hueso escafoides del pie, que trae un dolor intenso en la zona.

Una de las zonas más perjudicadas por el desgaste físico del español es la articulación de la rodilla, que le ha provocado numerosos dolores y lesiones. La primera de ellas llegó en 2008, cuando una tendinitis le dejó fuera de juego por un mes. Un año más tarde, una doble tendinitis le fue diagnosticada de nuevo, esta vez en ambas rodillas, aunque hasta ese momento logró evitar las lesiones graves.

Sin embargo, en el año 2012, el campeón español se rompió el tendón rotuliano, que le dejó ocho meses de baja y puso su continuidad en el aire. Una lesión de ese calibre marca mucho el devenir de un deportista, pero Nadal se recuperó y volvió en un gran nivel, pero no sin castigar su cuerpo a niveles extremos.

Por otro lado, su muñeca también le ha dado muchos problemas, con dos lesiones idénticas en la izquierda y la derecha en años distintos. Además, en los últimos tiempos también ha sufrido problemas musculares, especialmente en el abdomen, que le alejaron de torneos en los que ya estaba en rondas avanzadas.

En muchas ocasiones, el balear ha comparecido para decir que su vida personal estaba llena de dolores tras los esfuerzos físicos en las pistas del circuito ATP. Además, las imágenes en muletas y cojeando en la salida de los estadios y la llegada a aeropuertos delataban la sinceridad de sus declaraciones.

A pesar de ello, el de Manacor ha seguido su trayectoria en el tenis hasta ahora. El castigo que su cuerpo ha sufrido ha sido muy intenso y le dejará secuelas físicas de por vida, pero para él todo ha merecido la pena por su amor al tenis.