Los monoplazas que se agolpan en la parrilla de salida son cada vez más rápidos, más potentes y más similares. Los ingenieros de las distintas escuderías tienen verdaderos quebraderos de cabeza para poder introducir nuevas innovaciones en los coches porque aunque en los ordenadores suponen mayor carga de aerodinámica, en la pista suponen un problema en el balance de vehículo. Esta es una problemática afecta a la mayoría de las escuderías, excepto a McLaren. En medio de esta encrucijada, Fernando Alonso ha proporcionado una visión valiosa sobre cómo abordar estas dificultades.
El piloto español ha destacado un enfoque poco convencional: en lugar de buscar el máximo rendimiento, conducir al 90%, evitando llevar el vehículo a sus límites extremos. Esta estrategia permite que la plataforma no llegue a alturas incómodas, asegurando así un rendimiento más consistente. A pesar de que pueda parecer contradictorio, este enfoque puede resultar más eficiente. El piloto español también ha compartido experiencias sobre cómo esta táctica afecta a sus resultados. Durante la clasificación en Bakú, Alonso pasó de ser 15º en la Q1 a 5º en la Q2 en tan solo siete minutos, sin cambiar su estrategia de frenado ni la preparación de su vuelta. Estas variaciones en rendimiento demuestran la imprevisibilidad del comportamiento del coche bajo ciertas condiciones.
Gracias a actuaciones sólidas en circuitos desfavorables como Azerbaiyán y Singapur, Alonso ha acumulado 12 puntos en las últimas carreras. Actualmente, ocupa el noveno puesto en el campeonato mundial con 62 puntos, superando ampliamente a su compañero, Lance Stroll, que tiene 24 puntos. Con el respaldo de sensores avanzados, Alonso puede identificar pequeñas diferencias en el comportamiento del monoplaza. “Por eso en las carreras, cuando compites al 90%, no vemos tantos problemas ni accidentes. El coche está más contento a esa velocidad, aunque va contra el instinto del piloto, porque en una vuelta de clasificación quieres ir al 110%, pero es algo que hay que gestionar”, asegura el asturiano.
Lo cierto es que todo influye, hasta las mínimas modificaciones. “Dos milímetros en la altura del coche, dos metros en una frenada… Hay coches que históricamente van mejor con los neumáticos más duros, y luego por ejemplo Ferrari suele estar mejor con una gama más blanda, el C3, C4 y C5″, destaca.
El GP de Estados Unidos
De cara al GP de Estados Unidos, el desafío aumenta. Las escuderías planean introducir evoluciones con un solo entrenamiento el viernes antes del formato sprint, lo que puede complicar aún más la tabla de tiempos. Alonso, no obstante, se muestra motivado para enfrentar el reto de Austin después de competir en circuitos urbanos como Bakú y Singapur. El enfoque estratégico de Alonso, priorizando el equilibrio en lugar de la velocidad pura, marca una dirección en la Fórmula 1 actual, proporcionando lecciones valiosas para pilotos y equipos, enfrentando esta temporada llena de complejidades técnicas y estratégicas.