Rafa Nadal, el rey de la tierra batida: así fue el debut del tenista en Roland Garros

Pese a que era la crónica de un adiós anunciado, ningún aficionado del tenis se imaginaba que la verdadera despedida de Rafa Nadal iba a llegar. El español anunció el jueves 10 de octubre que abandonaría el tenis profesional. Sin embargo, no hay adiós sin despedida, y la suya será en la Copa Davis, junto al equipo nacional y en Málaga.

El mallorquín se ha convertido en uno de los deportistas españoles más laureados y queridos. En total, conquisto 22 torneos de Grand Slam a lo largo de sus 23 años de carrera. El Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y el US Open son las cuatro fechas señaladas para todos los tenistas. No obstante, la tierra batida francesa siempre tuvo una conexión especial con el manacorí.

En total, levantó la Copa de los Mosqueteros en 14 ocasiones, lo que le convierto en el tenista que más veces se ha alzado con el título en la historia. En total, 14 títulos y 112 victorias en 115 partidos. Pocas cosas han podido parar al deportista más allá de las lesiones. Su idilio comenzó en 2005, tras ese primer título vinieron los de 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2017, 2018, 2019, 2020, 2022.

Esta aventura comenzó un día como cualquier otro, concretamente el 23 de mayo de 2005. Rafa Nadal debutó en la pista 1 de Roland Garros contra el alemán Lars Burgsmuller. El choque se decidió a dos sets, en los que el español de 19 años arrasó: 6-1 y 6-1. Esa primera victoria sería un pequeño adelanto del torneo, que se acabaría llevando. El rey de la tierra francesa se coronó como el segundo jugador en la historia en llevarse la copa el año de su estreno. El primero fue Mats Wilander en 1982.

Pese a ser todavía un novato, ya se hablaba de él dentro del mundo del tenis. Burgsmuller lo confirmó en 2017 en una entrevista con ABC. “Todo el mundo hablaba ya de Rafa Nadal, que todo el mundo decía que iba a convertirse en un gran jugador”, comentó. “Sabía que iba a convertirse en alguien muy bueno”, añadió.

“La primera vez que jugué con él ya me di cuenta de que cuando pensabas que habías ganado el punto, encontraba la manera de llegar a la bola. Era rapidísimo y te obligaba a alargar los puntos y presionaba mucho para terminarlos”, confirmó. “Podré decir que fui el primer jugador al que Nadal venció en Roland Garros. Es especial”, finalizó bromeando.

Las lesiones han sido el peor rival del balear. En 2003 no acudió a París por una lesión en el codo y en 2004 se lo perdió debido a una fractura por estrés en el escafoides. No obstante, logró llegar a punto a la edición de 2005, en la que compartió cuadro con tenistas como Andre Agassi, Andy Roddick, Marat Safin, Gastón Gaudio, David Nalbandian, Tim Henman, Guillermo Coria, Guillermo Cañas, Joachim Johansson, Nikolay Davyndeko o Ivan Ljubicic.

La imagen del chaval de pelo largo, camiseta verde fosforito sin mangas y la mítica cinta en el pelo vive en la memoria de mucha gente. Sus seguidores se saben de memoria el ritual que ejecuta, minuciosamente, antes de cada saque. Sin embargo, por aquel entonces la mística del tenista todavía no se había convertido en religión.

En las semifinales se impuso al ya mítico Federer, con el que entablaría una rivalidad y una amistad igual de fuertes. El 5 de junio de 2005 Rafa Nadal se midió, frente a frente, con el argentino Mariano Puerta. El resultado del partido demostró ese espíritu de nunca rendirse que ha demostrado a lo largo de su carrera: 6-7, 6-3, 6-1 y 7-5.

Como referencia, en esa fecha Zinedine Zidane seguía siendo futbolista en activa. De hecho, fue él en encargado de entregarle la copa. Una imagen a la que se pudo volver en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de París 2024. El ahora entrenador le pasó el relevo de la antorcha olímpica al tenista en frente de la Torre Eiffel.