En el fútbol moderno, el nivel económico de los clubes es un favor que marca la diferencia en el rendimiento y estado físico de sus jugadores. No solo afecta al nivel de las instalaciones, el número de profesionales o la calidad de sus servicios. Con el paso del tiempo, la alimentación de los deportistas se ha convertido en un factor fundamental.
Muchos futbolistas cuentas con nutricionistas propios o deciden seguir dietas concretas para mejorar su rendimiento. Sin embargo, no todos los equipos se pueden permitir económicamente esa clase de gastos. El Espanyol se ha visto obligado a reducir costes de cualquier forma.
Los pericos, recién ascendidos a Primera División, protagonizaron un mercado estival low cost. El propietario de la entidad, Chen Yansheng, dio la orden clara de recordar el gasto. Dicha política ha afectado a todos los departamentos, incluido el vestuario. Según indica el medio Relevo, hasta la fecha, los jugadores de la primera plantilla desayunaban, comían y podían llevarse la cena a casa para seguir con las pautas diseñadas por el cuerpo técnico.
Este régimen sigue igual, pero ha tenido que soportar diversos cambios que han provocado que sea peor, según los futbolistas. Los blanquiazules se habrían quedado sin jamón o yogures de proteínas y la cantidad de fruta se habría reducido. “Hay que ahorrar en todo”, es el lema del chino. No obstante, no solo se ha resentido la comida. Pese a la categoría en la que compiten, los deportistas no siempre pueden transportarse en avión privado, como sucede con otros rivales. En su caso, combinan el chárter, con los vuelos comerciales, el AVE o el bus, en función del destino.
Como recogen desde el citado medio, los jugadores son conscientes de la situación económica de su equipo y asumen las medidas de recortes. Sin embargo, la cuestión alimenticia ha sido la gota que ha colmado el vaso, por lo que se han visto obligados a tomar medidas. Los futbolistas solicitaron tanto a los responsables de marketing como del gasto una reunión para acercar posturas y proponer soluciones.
Además, los deportistas no están solos. Sergi Gómez, Leandro Cabrera, Javi Puado y Pol Lozano, los capitanes de la plantilla, cuentan con el apoyo de su director deportivo, Fran Garagarza. El guipuzcoano se ha mostrado como mediador entre los suyos y la entidad para tratar de hacer viables las medidas de ahorro sin perjudicar a los atletas.
Un pajarito sobre las cuerdas
En julio de 2024, la situación del Espanyol hacía pensar lo peor. La inestabilidad económica provocada por los dos descensos deportivos y las decisiones tomadas por los propietarios provocaron que no se pudieran “cubrir los costes operativos”.
Pese al ascenso, la amenaza de disolución de la entidad sobrevoló sobre el RCDE Stadium. Según la Ley de Sociedades de Capital, el patrimonio neto debe ser, como mínimo, superior a la mitad del capital social. En el caso de los pericos, el capital social era de 165 millones de euros tras la última ampliación de Rastar Group, que realizó en 2021. No obstante, su patrimonio neto se situó en 84,4 millones de euros, como informó el Diario AS. Aunque, si se sumaban los malos resultados de ejercicios anteriores y otras pérdidas (8,8 millones de euros), la cifra caería hasta los 75,6 millones de euros.
En el ejercicio actual están logrando mantenerse. De nueve partidos, han logrado tres victorias, cinco derrotas y un empate, lo que les mantiene como 14º. Aun así, todo parece apuntar que las medidas de ahorro llevarán al Espanyol a cambiar de manos cuando cuadren las cuentas.